Ianire Aranzabe: «La enseñanza de mi amona fue que hiciera las cosas sin esperar nada a cambio»

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olo el ruido del paso de algún vehículo perturba levemente la tranquilidad y el sosiego que transmite el cantar de los pájaros. Una encina centenaria junto a la iglesia, el frontón, el Ayuntamiento y la sidrería Olagi componen la postal de bienvenida de Altzaga, uno de los municipios más pequeños de Gipuzkoa. Allí, más concretamente en el barrio de Altzagarate, localizado casi tres kilómetros carretera arriba, vive desde que viera la luz Ianire Aranzabe, cantante de Esanezin que tiene claro que «aunque en el día a día, casi para cualquier cosa: ir al médico, al trabajo, los estudios o hacer la compra... tienes que bajar a Ordizia, esas no son razones de peso para irme de aquí».

Lógico si tenemos en cuenta que para una artista como ella la inspiración es más fácil que fluya en lugares como este pequeño pueblo del Goierri: «En estos últimos años he comenzado con mi proyecto musical, Esanezin, y vivir en un sitio tan pequeño, valorar más las pequeñas cosas que tenemos aquí, me ha ayudado a llevar adelante este proyecto. Esos valores que me ha dado el pueblo y mi barrio son los he querido transmitir en mi canción 'Altzagarate' que he dedicado a mi familia y al barrio».

Precisamente su familia fue propietaria hasta la pandemia de un restaurante, uno de los pocos negocios del pueblo junto a la sidrería y el agroturismo Olagi, que aún funciona. Allí, en su cocina, creció Ianire. «Nuestra vida siempre estuvo alrededor del restaurante familiar, molestando a la gente que venía a comer, sentándonos a su lado e intentando robar alguna croqueta. No he heredado la habilidad culinaria de mi abuela, pero crecí en esa cocina y como artista me gusta transmitir los valores que aprendí con ella. Hacía las cosas sin esperar nada a cambio y esa es la principal enseñanza que saco».

Altzagarate es el punto final a una carretera que no tiene continuación. Desde allí las vistas del Goierri son espectaculares. «Para mí esa especie plaza o de mirador ha sido un lugar multiusos de mi infancia. En mi barrio no teníamos frontón y no teníamos plaza» -recuerda- «allí hemos pasado parte de nuestras vidas jugando a fútbol o a pelota porque, aunque no hubiera frontón, había una raya gris que utilizábamos a modo de txapa. Siento que las cosas más importante que he aprendido las aprendí en ese lugar y en la cocina de mi abuela».

Y allí, en su barrio, vivió «la experiencia más especial que me ha pasado en la vida». Fue en 2022 cuando «en esa especie de plaza en la que nunca se habían hecho conciertos, más allá de algunas romerías con trikitixa y pandero, di un concierto cuando empezaba mi carrera musical. Era la primera vez que se hacía un concierto en Altzagarate y fue muy especial. De hecho, tengo el vídeo grabado en el mismo lugar en el que en mi infancia jugaba a fútbol o al frontón».

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