Frontball Planet

La pelota da el salto a la PlayStation

Que nadie espere que a partir de hoy templos de la pelota como el Astelena, el Atano o el Labrit vayan a ser escenarios de partidos de pelota en la Play ni que vaya a poder jugar campeonatos del Cuatro y Medio, Manomanista o Parejas. Y es que está basado en el Frontball, una modalidad creada hace quince años como punto de «intersección de diferentes juegos de pelota a mano practicados en el mundo». A diferencia de lo que estamos acostumbrados, se juega en un solo muro, sin paredes laterales y sobre una cancha de 7,5 metros de ancho y 11 metros de largo. Se utiliza una pelota de cuero de 70 gramos de peso, frente a los 85 del trinquete; su diámetro y peso es más pequeño con el objetivo de permitir un juego sin apenas protecciones.

Esta modalidad ha ido ganando popularidad en los últimos años, sobre todo en Estados Unidos. En Nueva York, barrios como El Bronx o Harlem cuenta con canchas para jugar al Frontball, incluso la que fuera estrella de la NBA Blake Griffin se ha atrevido a probarla para «mejorar la coordinación ojo-mano y ganar velocidad», dijo en un vídeo.

Los bilbaínos Relevo Videogames han sido los encargados de desarrolla 'Frontball Planet'. «El objetivo es crear una experiencia en tercera persona, con diferentes entornos tridimensionales callejeros, distintos contrincantes a los que derrotar y varios modos de juego tanto para un solo jugador como multijugador local», señalan. Nueva York, Ciudad de México, Miami, Dubai, Tokio, Bilbao o Madrid son algunos de los escenarios en que se juega.

'Frontball Planet', que está desde hoy disponible en las plataformas de PS4, PS5 y PC y cuyo precio es de 14,99 euros, dispone de «tres personajes iniciales, dos de ellos configurables en base a elementos desbloqueables que se adquieren en la tienda offline del juego», reconocen sus creadores. Además, «se comprarán con moneda de juego que se va obteniendo a medida que se avanza en los diferentes modos». No habrá corredores de apuestas, ni jueces, ni el ambiente de los frontones, pero la pelota da un salto de gigante adentrándose en el mundo virtual.