Tamborrada 2024

El Día de San Sebastián empieza en febrero

Probablemente cualquiera de las cerca de 25.000 personas que saldrán tocando sus tambores y barriles te dirá que el 20 de enero es el mejor día del año. Niños y mayores, hombres y mujeres, disfrutan como enanos de la Tamborrada. Llegan el día 20, forman y desfilan inundando de fiesta y alegría la ciudad. Pero para que todos disfruten despreocupados de una jornada que no tiene igual en todo el año, hay ángeles de la guarda en cada tamborrada que se encargan de que todo esté en su punto. Son los miembros de la comisión, personas que realizan un trabajo desinteresado y fundamental para que la fiesta sea una realidad.

Es una labor que va mucho más allá del Día de San Sebastián y de los ensayos previos. Es un trabajo que se desarrolla en muchos casos a lo largo de todo el año y que prácticamente empieza pocos días después de concluir la Tamborrada. El fin de semana siguiente, sin ir más lejos, Joserra Berasategi, miembro de Txirritako Txuriurdinak, ya se está ocupando de que «los miembros de la tamborrada devuelvan el material para guardarlo en el local para el año siguiente». En Anastasio, por contra, cada uno se responsabiliza de guardar su traje y su tambor de un año a otro, pero el día 21 «no se abre el restaurante y se utiliza para recoger material como banderas, palillos o cualquier otro elemento que haya que reparar o llevar a la tintorería», explica Javier Vaquerizo, miembro de la comisión de la tamborrada más multitudinaria.

La comisión de Anastasio se reúne el primer lunes de cada mes, exceptuando agosto. «El lunes de febrero lo utilizamos para hacer balance, para comentar si ha habido cualquier incidencia y para empezar a hablar de las cuentas, ya que para el día 19 de febrero hay que presentar ante el Ayuntamiento un balance de ingresos y gastos».

Es a partir de la reunión de marzo cuando empiezan a mirar hacia el año siguiente: «Hablamos de posibles mejoras y de recoger sugerencias». En Txirritako esos meses son algo más tranquilos, dado que, tal y como cuenta Berasategi, «los miembros de la tamborrada somos casi todos de la peña, con lo que tenemos una comunicación constante a lo largo de todo el año y si tenemos algo que debatir o anunciar tenemos también un grupo de WhatsApp».

Tras décadas de trayectoria, Anastasio tiene todas sus plazas cubiertas en la tamborrada sénior. «Desde enero se pueden rellenar las hojas de inscripción, pero es complicado porque hay una lista de espera de más de 40 personas y están reservadas a los que han estado en la juvenil hasta el último año». Es precisamente la tamborrada juvenil la que más tarea da a Anastasio «ya que hay muchas altas y bajas cada año», por eso en julio «se realizan las inscripciones y para noviembre tienen que pagar la cuota personándose en el Anastasio o entregar el material si deciden no salir». Es entonces cuando saben cuántas bajas van a tener y, en consecuencia, cuántas altas podrá haber.

Octubre es un mes crucial en la planificación de la tamborrada, puesto que «es cuando hay que hacer la petición de subvenciones, presentar toda la documentación, los seguros, el número de componentes, el recorrido provisional...», explica Javier Vaquerizo. El recorrido se cincelará ya en enero, a pocos días de San Sebastián, para determinar si debe haber algún cambio de última hora a causa de obras o cualquier otra cuestión.

En Txirritako Txuriurdinak aprietan el acelerador ya llegado el mes de diciembre. «Nos juntamos los miembros de la comisión para zanjar si hay que comprar barriles, herradas, tambores, palillos, o si hay algo que se haya estropeado y que deba ser sustituido o reparado». Antes han zanjado con la ikastola las fechas en las que podrán disponer de sus instalaciones para ensayar y el día del ensayo general hacen entrega a los participantes de los trajes y los instrumentos para que todo el mundo esté de punta en blanco el Día de San Sebastián.

Se puede decir que para el 20 de enero el grueso del trabajo ya está hecho, aunque siempre quedan detalles. En Txirritako tienen quizá más trajín porque preparan la comida en la sociedad Euskal Giroa, donde comen muchos de los que luego salen tocando.

Los miembros de la comisión de Anastasio «comemos cada uno en su casa» y, al haber unos parlamentos anteriores al inicio de la tamborrada y tomar la salida desde una calle muy céntrica, hay trabajo por hacer desde casi dos horas antes de que parta la tamborrada: «Algunos miembros de la comisión se ocupan de que no aparquen los coches en las inmediaciones. Es cierto que el Ayuntamiento pone vallas, pero conviene estar atentos», explica Vaquerizo. «También tenemos que montar el estrado para los actos protocolarios, preparar los palillos, las banderas...». A las 16.30 horas parten las tres tamborradas de la Peña Anastasio desde el restaurante. A las 17.30 desde la sociedad Euskal Giroa inicia su recorrido Txirritako Txuriurdinak. A lo largo del desfile nada falla porque todo ha sido trabajado y coordinado con las tamborradas del barrio. «Lo fundamental es no cruzarte con ninguna» para no interferir en los recorridos. Nunca sucede gracias a esa labor previa, un trabajo quizá invisible para muchos y desinteresado que permite que todos disfrutemos de una fiesta única en el mundo.