El reino de la piel fina
Aquí, camino hacia la normalidad ·
No dudamos en denunciar el elitismo vacunil cuando se benefician otros de ello, pero que no nos toquen la posibilidad de viajar a por la dosis a BiarritzTenemos prisa, mucha. Y para ser inicio de verano y apenas haber encadenado dos días de buen tiempo, tenemos la piel muy fina. Somos un ... auténtico hazmerreír como sociedad. Nos falta tiempo para poner el grito en el cielo si nos enteramos de que las Infantas viajan a Abu Dabi a vacunarse antes que el resto. Nos indignamos sobremanera si vacunamos a 26 futbolistas en un momento en el que ponemos más dosis que Estados Unidos. Pero nos parece lo más normal que los que quieran viajen a Biarritz a ponerse las dosis de Pfizer. En el reino de la hipocresía nadie nos cerraría las puertas de entrada.
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La vacunación gala a extranjeros con dosis sobrantes era un tema tabú, oculto, sobre la que solo una élite de enterados tenía constancia. Una opción de saltarse la cola a apenas 30 kilómetros de casa, gratis y con la garantía de recibir las dos dosis de Pfizer o Moderna sin temor a una escasez de vacunas. En vez de que esas dosis sobrantes se puedan ceder de una forma regulada al país más próximo para que sean administradas de forma ordenada y según el calendario establecido, cualquiera podía pasar la muga 'destrangis' y volverse con la vacuna puesta.
Admito que llego a entender que lo hagan los jóvenes que dependen de una vacunación en próximas fechas para poder hacer su Eramus a partir de agosto o septiembre. Incluso los que necesiten las dosis para viajar al extranjero por trabajo. Pero el hecho de vacunarse en Francia para que mi turno en Euskadi no me estropee las vacaciones roza lo insolidario y deja claro que en esta pandemia no hemos aprendido nada y nuestra escala de prioridades sigue necesitando un serio repaso que por desgracia a estas alturas parece imposible que se pueda dar.
Por no hablar de esa parte de la población que grita que los medios de comunicación deben hacer periodismo e investigar, contrastar y sacar a la luz informaciones y hechos desconocidos para que el gran público los conozca y pueda opinar y valorarlos. Algunos de ellos valoran que un medio como DV publique la información sobre las decenas de guipuzcoanos desplazados para vacunarse de forma injustificada a Iparralde, con un reportaje exclusivo 'in situ' desde el propio vacunódromo. Otros, que también reclaman que los periodistas hagan periodismo, vuelcan nuevamente toda su rabia contra el medio al ver que se publica una información que prefieren que se mantenga oculta en beneficio propio, en una suerte de elitismo vacunil que no dudamos en denunciar cuando vemos que no nos podemos servir de él en beneficio propio.
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Ponemos el grito en el cielo si 26 futbolistas se vacunan, pero vemos normal saltarnos las colas en Biarritz
También me sorprende que Salud no tuviera constancia de que estas situaciones se estaban dando y de la tibieza de las respuestas de la consejera Sagardui hacia los emigrantes que han buscado la dosis en Biarritz o Capbreton. Ya estábamos tan acostumbrados a recibir alguna reprimenda por determinados actos que su declaración diciendo que «respeta» a los vascos que se vacunaron en Iparralde pero que 'hor konpon' con ellos, resultó demasiado 'light'.
Estos días hemos vuelto a comprobar que las macrofiestas, de momento, siguen siendo sinónimo de macrobrotes. Al menos en las que se dan cita los jóvenes sin vacunar. Es una lástima que su verano se convierta nuevamente en un caminar sobre ascuas. Seguramente yo, en su situación, también hubiera acudido al viaje de fin de curso y, muy probablemente, estaría confinado y llorando mi mala suerte en mi habitación. Los jóvenes no se caracterizan por la desobediencia constante y tanta culpa o más que ellos de caer en este contagio masivo la tienen quienes permitieron que celebraran esas fiestas sin mascarilla. Si la media de aulas abiertas durante el curso ha superado el 99% es porque los estudiantes se han portado muy bien.
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Es una lástima que los jóvenes vuelvan a caminar sobre ascuas este verano y sean otra vez centro de las críticas
La peor consecuencia de estos brotes es la llegada en mayor número de la variante Delta a Euskadi, lo que podría suponer una expansión más rápida de dicha cepa que está afectando al control de la pandemia en Reino Unido y en Portugal, entre otros. Por suerte, la lista de vacunación sigue avanzando y en breve casi todos los mayores de 30 años tendrán al menos una dosis. Sin contar los vacunados en Francia. Eso es otro cantar.
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