«La sarcopenia es la pérdida patológica de masa, fuerza y función musculares»

A la hora de hablar de las lesiones de espalda, no cabe duda de que el sistema muscular tiene gran importancia. Para analizar este tema y profundizar concretamente en la sarcopenia, contamos con el testimonio del doctor Alberto Hernández, traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa, quien arranca apuntando que la «principal función del músculo es la contracción muscular y, gracias a ella, consigue realizar movimiento, que se traduce tanto en precisión como en fuerza».

Ello le sirve para explicar que «la postura, el mantenerse erguidos, son dependientes de esa capacidad y función muscular. Pero, sin embargo, el músculo no se comporta siempre igual, debido a su gran plasticidad. Si hay un entrenamiento, adquiere volumen y fuerza, dándose una hipertrofia; mientras que si tiene poca actividad, tiende a mermar, a la atrofia».

Asimismo, con el paso de los años el cuerpo tiende a perder musculatura. Se trata de un «fenómeno fisiológico natural por el cual se va adquiriendo capacidad y fuerza muscular hasta llegar a la vida adulta y hacia la cuarentena, se empieza a perder masa y fuerza musculares». Es, sin embargo, un recorrido que «no todo el mundo hace de la misma manera».

Ello le sirve para entrar de lleno en el tema de la sarcopenia, que «es la pérdida patológica, excesiva, de masa muscular -porcentaje del músculo-, de fuerza del músculo y, como consecuencia, de función» del músculo. Un concepto «que se ha ido definiendo mucho en los últimos años» y que «tiene bastante que ver con los problemas de espalda».

Para entender los problemas de dolor de espalda es fundamental comprender que «la columna es una estructura músculo-esquelética, compuesta por vértebra y con discos entre ellas». Su mayor «singularidad» está en que «tiene los elementos neurales -médula, raíces nerviosas, etc.- en su interior, pero no aislados», sino acompañados de «una gran masa muscular circundante a su alrededor». En ese sentido, el profesional detalla que por delante de la columna está el psoas, -músculo «grueso y muy potente»-; por detrás, «muy pegado a la columna vertebral», el multífido; y junto a él, el erector de la columna y, más lateral, el cuadro lumbar.

Un sistema muscular completo que se encarga de «proteger, sujetar y sostener la columna», indica el Dr. Hernández, para informar de que ha quedado demostrado que «hay enfermedades de la columna en las que la presencia de mayor o menor musculatura puede ser un modulador positivo o negativo de la enfermedad».

En relación a dichas dolencias de la espalda, el especialista detalla que «las más habituales» relacionadas con la capacidad muscular son, en primer lugar, las discopatías degenerativas. «De hecho, la primera línea de tratamiento consiste en potenciar la musculatura de este perímetro de la columna -denominado core-, junto a la abdominal y la glútea», detalla el experto, indicando que el desarrollo de dicha musculatura en presencia de discos estropeados es «muy beneficioso para que la sintomatología sea menor».

Lo mismo ocurre con otras patologías propias de «edades más avanzadas» como son la escoliosis degenerativa del adulto o la estenosis de canal: «En presencia de la sarcopenia pueden ser más sintomáticas y determinar que el paciente tenga una vivencia peor de los síntomas. Para ello, identificar a los pacientes que tienen el músculo deteriorado y trabajarlo es fundamental para que la sintomatología sea menor».

Y en esa identificación del problema el Dr. Hernández expone que «existen unos criterios de diagnóstico que definen un estado patológico de la musculatura» y que se centran en la pérdida de masa, de fuerza y de función musculares. Las dos últimas, «con objetivables» mediante unos test, pruebas que se realizan en consulta; mientras que la primera -la masa muscular- se determina mediante otro tipo de pruebas «más específicas y con datos más fiables», como son las pruebas DEXA: «En Policlínica Gipuzkoa tenemos desde principios de año un sistema DEXA único en Euskadi para determinar la composición corporal y cuantificar cuánto músculo tienen los pacientes».

Junto con este método «objetivo» se emplea con «muchísima rutina» también la resonancia magnética, pues es una prueba que «nos da muchas pistas e información» respecto a la composición de la musculatura.

El sedentarismo, es decir, la pérdida de actividad física y, por tanto, de capacidad y volumen del músculo, es «el factor de riesgo más importante» para el desarrollo de la sarcopenia. A él se le unen también los desequilibrios hormonales, que «pueden favorecer la pérdida de regeneración del músculo», y «algunas enfermedades que pueden deteriorar la capacidad de la musculatura de estar viva y fuerte». Sin olvidar que tampoco es recomendable el consumo de tóxicos como son «el tabaco, el alcohol y algunos fármacos».

Sabiendo esto, para tener una correcta musculatura hay medidas a trabajar, como favorecer que la síntesis de proteínas sea adecuada y, para ello, «favorecer su generación a través de una ingesta proteica adecuada» que el profesional establece en «entre 1,6 y 1,8 gramos por kilo de proteínas diario». Por otro lado, se recomienda una actividad física adecuada que traspase la barrera del sedentarismo, establecida en «6.000-10.000 pasos diarios» y, a partir de los 40-50 años, «se recomienda realizar dos sesiones semanales de ejercicios de fuerza».