Doctor Alberto Hernández, traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa
Policlínica Gipuzkoa

«La cirugía mínimamente invasiva favorece que la recuperación sea más rápida»

El doctor Alberto Hernández, traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa, explica cómo esta intervención provoca que se dañen menos los tejidos, eliminando algunos de los inconvenientes de la cirugía tradicional

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 12:52

Las técnicas quirúrgicas han avanzado mucho en los últimos años. Ahora, además, también se han desarrollado nuevas técnicas que apenas dejan secuelas y provocan menos efectos secundarios. Una de esas técnicas es la cirugía mínimamente invasiva, de la que es un experto el doctor Alberto Hernández, traumatólogo de la Policlínica Gipuzkoa.

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¿Qué es la cirugía mínimamente invasiva?

Busca completar los objetivos de la cirugía de columna con una menor agresión sobre la piel, sobre la musculatura, los tendones o los ligamentos de la columna para intentar evitar las desventajas típicas de las operaciones de columna. Esto puede provocar efectos positivos en los resultados debido a los inconvenientes que tiene la cirugía clásica.

¿Cómo se realiza?

Habitualmente la cirugía mínimamente invasiva requiere de un aparataje y una tecnología que nos permita dos cuestiones fundamentales. La primera es acceder al lugar de trabajo con una menor agresión a los tejidos de la musculatura y de la piel. Suelen ser separadores específicos o material quirúrgico específico. La segunda es que disponga de una tecnología que nos permita ver correctamente las estructuras sobre las que queremos trabajar. Para esto se utilizan endoscopios o microscopios.

¿Para qué tipo de lesiones se utiliza esta cirugía?

El ámbito más habitual en el que se utiliza este proceso es en los problemas degenerativos y los desgastes de la columna, bien sean desgastes del disco o de hernias discales, pero la lesión que más se puede beneficiar de la cirugía mínimamente invasiva es la estenosis del canal, que es el cierre progresivo del paso de los nervios. También se pueden beneficiar diversas fracturas vertebrales y otras lesiones menos frecuentes.

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¿Qué técnicas existen dentro de esta cirugía?

Principalmente hay tres familias. Las fijaciones percutáneas o estabilizaciones, que consisten en la introducción de un material para añadir estabilidad o rigidez a la columna vertebral a través de menos incisión de la que teníamos que realizar antes. Esta es una técnica que se basa en unos materiales específicos para poder ganar estabilidad en la columna realizando menos daño.

El segundo grupo es la endoscopia pura, que es la introducción de unos tubos con unas microcámaras con las que realizar el trabajo. Es la familia que menos daño provoca, pero es la técnica más limitada en cuanto a su utilización por el tipo de lesión que puede tratar.

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Por último, está la microcirugía tubular, que está basada en unos separadores específicos que sirven para realizar una dilatación progresiva con unos tubos que cada vez tienen mayor diámetro y que nos sirven para acceder a la columna y limar el hueso o quitar una hernia, por ejemplo. Todo con la ayuda de un endoscopio o un microscopio para poder ver correctamente el fondo.

¿Qué beneficios tienen esas técnicas?

El principal beneficio es que generan menos daño en los tejidos y se eliminan esos inconvenientes que teníamos en las cirugías tradicionales. Al menos se minimizan. No se elimina todo el riesgo, pero favorece que la recuperación sea más rápida. Al eliminar los daños que se producían a la piel, se evitan esos problemas derivados del daño de los tejidos. Así, los pacientes operados con estas técnicas, tienden a tener una recuperación más rápida, tienen menos dolor lumbar porque los tejidos han sido menos dañados y tienen estancias hospitalarias menores. Los problemas con las heridas son menos frecuentes, por lo que los pacientes recuperan su vida normal mucho antes.

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¿Cómo es el postoperatorio de estas intervenciones?

Si no hay problemas intraquirúrgicos, que estas técnicas no están exentas de ellos, la ventaja es que los pacientes puedan ponerse a caminar relativamente rápido. En menos de 24 horas están caminando y están pudiendo ir al baño con normalidad. Muchos de ellos pueden marchar a su casa quizás con una faja o con algo que les proteja un poco el apósito y la herida, pero pudiendo caminar y dar paseos con relativa normalidad. En cuanto a la vuelta a realizar actividad deportiva, hasta que transcurra en torno a un mes o un mes y medio les dejamos empezar a entrenar, pero al cabo de tres meses están aportando el mismo rendimiento que tenían antes de la operación.

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