La hora de los futuros médicos
Gipuzkoa forma a más de un centenar de nuevos MIR y EIR en los hospitales y centros de salud del territorio, los profesionales de la Osakidetza de mañana
Llevan alrededor de cinco semanas y a muchos aún no se les ha borrado la sonrisa de la boca con la que han comenzado sus ... cuatro años de formación como residentes. Gipuzkoa forma ya a más de un centenar de nuevos MIRy EIR que desde hace un mes largo se instruyen en los hospitales y centros de salud del territorio. Los sanitarios que están llamados a trabajar en la Osakidetza del mañana en un contexto en el que la falta de ciertos perfiles profesionales ha desatado una guerra sin cuartel entre comunidades autónomas por tratar de fichar a jóvenes facultativos.
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Un año más, Euskadi ha logrado adjudicar las 566 plazas para Formación Sanitaria Especializada de residentes que ofrecía en la convocatoria de este año y que suponía la cifra más elevada de su historia. Un tercio de estos destinos estaban vinculados a la red de Atención Primaria, una de las máximas prioridades del nuevo equipo del Departamento de Salud. En concreto, 115 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria, 37 en Enfermería Familiar y Comunitaria, y 29 en Pediatría.
Hace algo más de un mes tomaron posesión de sus plazas el centenar largo de sanitarios que ya reciben su instrucción en Gipuzkoa. La mayoría (85) lo hace en el Hospital Donostia, algo lógico teniendo en cuenta que es el centro que mayor población atiende de todo el País Vasco. Además, otros 29 jóvenes profesionales se forman en el resto de hospitales comarcales del territorio, además de la red de AtenciónPrimaria.
Osakidetza quiere mantener a los médicos jóvenes que acaban su residencia en el Servicio Vasco de Salud, pero también busca atraer a aquellos profesionales que se han formado en otros sistemas sanitarios. Para ello ha puesto en marcha un plan con condiciones «atractivas» para captar a estos facultativos. Una de las más significativas es la salarial. Euskadi ofrece a estos profesionales sueldos base de 56.629 euros al año, a los que habrá que añadir otra serie de complementos salariales como los de hospitalización, autoconcertación (horas extra) y antigüedad.
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Pero el salario no es lo único con lo que Osakidetza busca captar a estos jóvenes galenos. Les propone además contratos de un mínimo de tres años de duración, la cobertura de aquellas plazas que hayan quedado vacantes en las últimas OPE y una serie de derechos laborales similares a los que ya disfrutan los médicos con plaza en propiedad en el País Vasco. Entre ellos se encuentran 28 días laborables de vacaciones, 6 de asuntos propios, derechos de conciliación de vida laboral y familiar, mejoras retributivas o acceso a la EPSV Itzarri. Todas estas medidas forman parte de un programa de rejuvenecimiento y mantenimiento de la plantilla.
Elena Iraola Medicina de familia
«El médico de familia es el eje del sistema sanitario»
Cuando les comenté a mi familia y amigos que mi idea era escoger Medicina de Familia y Comunitaria muchos me dijeron que me lo plantease bien, que me lo pensase bien. Pero yo he elegido esta especialidad por vocación». Así de tajante se muestra la asteasuarra Elena Iraola, la primera facultativa en optar por una plaza de médico de cabecera en Gipuzkoa y cuya formación ya está llevando a cabo desde hace unos días en el centro de salud de Hernani «por cercanía y por la experiencia que tienen formando a otros residentes».
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Iraola siempre ha tenido claro que su carrera profesional estaría ligada al ámbito sanitario. «Siempre me ha gustado. Por experiencia de vida me ha tocado cuidar de mis abuelos y es un ámbito que he tenido siempre muy presente y cercano», explica. Como mujer de fuertes convicciones que es sabía a la perfección que, si el examen MIR lo permitía, se decantaría por la Atención Primaria en lugar del ámbito hospitalario. Y la prueba que desarrollaron ya hace unos meses salió a la mil maravillas.
«Siempre me ha atraído la idea de ser el primer punto de contacto, acompañar al paciente a lo largo de su vida y ver a la persona más allá de la enfermedad. El médico de familia es el eje del sistema sanitario. Somos una de las piezas más importantes porque somos los que damos continuidad, los que filtramos, los que orientamos y prevenimos también muchas cosas», reconoce la residente, que hace un alegato por la figura del médico de familia «a pesar de que hoy en día la profesión está sobrecargada, con mucho trabajo y poco tiempo por paciente».
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Porque, a pesar de que la joven de 24 años acaba de comenzar su formación, es plenamente consciente de que «trabajamos en condiciones difíciles hoy en día. Nos ponen mucha carga de trabajo, muchos pacientes y poco tiempo por paciente. Y esto nos impide dar la atención que todos merecemos. El tiempo al final limita nuestra calidad de atención». Pero insiste en que a pesar de que «tanto en la calle como en el hospital se infravalora la especialidad y nuestro trabajo, somos fundamentales. Se piensan que no sabemos nada, pero somos los que tenemos que derivar, tenemos que saber cuándo algo es importante y cuándo no. Y somos los que mejor conocemos al paciente.
Esta es la especialidad con mayor oferta de plazas MIR, tanto en el País Vasco (115) como en el conjunto de Sistema Nacional de Salud (2.508). Es de la que se nutre la Atención Primaria, la base del sistema sanitario, y también es la que sufre en la mayor carencia de profesionales en la actualidad. «Ahora ha llegado el momento de poner en práctica todo lo que nos han estado contando. Somos conscientes de que somos el futuro de la sanidad.A ver si se dignifica un poco nuestro trabajo», reivindica. El tiempo apremia y toca volver a la consulta.
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Alain Ibarretxe Oftalmología
«No hemos entrado a un trabajo, sino a una profesión»
A AlainIbarretxe no se le hace nada extraño el servicio de Oftalmología del Hospital Donostia donde se está instruyendo desde hace unas semanas como residente de primer año. «En cuarto de carrera rotamos por varios servicios del hospital, estuve una semana en el de Oftalmología y flipé. Me quedé con la mosca de que no sabía si había sido un flechazo simplemente porque era lo nuevo que había visto o si de verdad era lo que había sentido. En sexto estuvo un mes de nuevo aquí y entonces ya me quedó bien claro», explica este donostiarra de 24 años.
Era la primera opción del «ranking» que realizó Ibarretxe antes de saber la posición en la que le iba a colocar el examen MIR a la hora de optar por una plazas, el 1060. «Oftalmología si lo hacía muy bien, Urología si lo hacía muy bien también pero no tanto, y sino Reumatología. Pero en realidad tengo que reconocer que casi todos los servicios en los que estuve me gustaron, porque son muy potentes y puedes estar a gusto si lo que te gusta es la profesión», reconoce.
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Y a este joven facultativo el ámbito sanitario «siempre me ha gustado. Mis aitas siempre me han dicho que desde pequeñito me tiraba todo lo relacionado con lo biosanitario, aunque tampoco puedo explicar muy bien por qué». Incluso cuando acudía al hospital «me interesaba lo que se hacía ahí, la forma de trabajar, la dinámica...Me parecía algo que era muy activo. Nunca me he visto trabajando en un sitio todo el día sentado. Yo ya me veía en el hospital con pacientes».
Después de muchos meses y muchos sacrificios, ese momento ya ha llegado.«Llevamos poco tiempo y todavía estoy creyéndomelo, porque hasta ahora era una especie de nebulosa que estaba ahí», sostiene entre risas. «Ahora es el momento de creérnoslo y de empezar a profesionalizarnos. Porque como dice nuestra coordinadora de estudios, nosotros no hemos entrado a un trabajo, sino a una profesión. Y creo que todos entramos, o yo por lo menos, con una sonrisa en la boca, muy motivado, con muchas ganas de aprender y de disfrutar de lo que es la medicina de verdad», celebra con orgullo.
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En estos primeros días ya ha podido comprobar de primera mano que «el Hospital Donostia tiene un servicio de Oftalmología muy potente. Me gusta mucho la forma de trabajar, la dinámica... Tiene un proyecto a futuro que es muy interesante como grupo y también la docencia que tienen es increíble. Además, tiene subespecialidades muy desarrolladas y sé que no va a quedar una pata coja en la formación».
Martina Cinelli Pediatría
«Siempre me ha gustado poder ofrecer esperanza a los niños»
A Martina Cinelli siempre le ha gustado «trabajar con niños» porque, entre otras cosas, considera que «se me da fácil comunicarme con ellos». Por eso eligió la especialidad de Pediatría. «Siempre me ha gustado poder ofrecerles esperanza en un entorno que no siempre es agradable. También es un área muy general. Me gusta ver el paciente en su totalidad y no centrarme en un solo órgano, por decirlo de alguna manera. En la medicina de adultos muchas veces no se puede hacer mucho más allá de convivir con la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas. En Pediatría creo que se busca y se puede curar mucho más», explica esta joven de 26 años.
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La residente está desarrollando su formación en el Hospital Donostia, ciudad a la que se ha mudado junto a su novio desde Pisa (Italia), su lugar de origen. La pregunta es obvia: ¿qué hace una italiana formándose en SanSebastián? «Todos me hacen esta pregunta», admite entre risas en un perfecto castellano. «Estuve viviendo aquí hace un año y medio de Erasmus y me encantó. Tanto la ciudad como el hospital. Conociendo el entorno decidí volver.Además, el Hospital Donostia es un centro con muchos servicios y tiene muchas posibilidades de aprendizaje. Y en concreto mi servicio es muy joven, hay muy buen ambiente entre residentes y adjuntos, y también valoré eso a la hora de elegir plaza», asegura.
Cinelli reconoce que, tras el primer contacto con los pacientes y sus nuevos compañeros del servicio, la experiencia está siendo «incluso mejor de lo que me esperaba. Estoy aprendiendo muchísimo y estoy muy bien acompañada por los residentes mayores y por los adjuntos, que siempre están muy encima y disponibles para enseñar». Eso no quita, agrega, para que los primeros días hayan sido «muy duros porque hay muchas cosas que hacer. Ya he hecho dos guardias en Urgencias Pediátricas y espero hacer pronto también algo de cirugía».
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Martina Cinelli, que desde pequeña siempre ha tenido vocación por «ayudar a la gente de una manera u otra», reconoce que existen ciertas diferencias entre el sistema sanitario italiano y el que ha podido descubrir aquí en Gipuzkoa. «Veo bastantes diferencias, aunque obviamente el tema de los protocolos son iguales en todas partes», reconoce antes de enumerar las disparidades. «En Italia creo que el ambiente no es tan acogedor como aquí y no hay tantas posibilidades de aprender. También creo que hay más desigualdades entre hombres y mujeres que aquí. Pero lo que más destaco es que aquí se valora mucho la conciliación, y eso en Italia algunas veces es percibido como una falta de compromiso», critica la joven.
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