Sara Manzano y Elordi García, en uno de los talleres que organizan.

«Hablar de salud sexual sigue siendo un tabú en las consultas oncológicas»

El 91% de las personas afectadas por cáncer afirma no haber recibido ninguna información médica sobre cómo afectan los tratamientos en su vida sexual

Jueves, 4 de septiembre 2025, 02:00

Cuando Elordi García recibió el diagnóstico de leucemia, nadie le informó de que iba a perder la fertilidad a consecuencia de los tratamientos. Ni siquiera ... le dijeron que podía congelar sus óvulos. A Sara Manzano, también diagnosticada de leucemia con 29 años, le ocurrió lo mismo. «Esto a día de hoy sigue pasando. No se da la información porque los médicos entienden que no hay tiempo para ese proceso. Por no hablar de la falta de acompañamiento emocional, el dolor durante las relaciones sexuales, los cambios corporales tras cirugías invasivas o una menopausia precoz que no te explican», lamenta la lazkaotarra Elordi García, periodista y autora del libro 'Imparable hasta la médula'. Su diagnóstico llegó hace tiempo, en 2012, pero cuando toca hablar del «derecho a una vida sexual plena» y de los problemas sexuales que generan los tratamientos oncológicos, observa que las cosas no han cambiado. Por eso decidió crear la asociación La Higuera junto a Sara Manzano, ambas supervivientes de leucemia, con la intención de reivindicar un tema que se tiende a guardar en la intimidad. La organización sin ánimo de lucro ha echado a andar a comienzos de este año –Elordi trabaja a caballo entre Madrid y Donostia– con el objetivo de visibilizar y acompañar, a través de talleres y asesoramiento, los efectos que provocan los tratamientos en la salud sexual, tanto a nivel físico como emocional. Una realidad «invisible» que las creadoras de este proyecto conocen bien. Para ellas la sexualidad es una parte «integral» de la salud y alzan la voz contra el «silencio» que existe a día de hoy sobre las secuelas del cáncer «en esta parcela tan íntima».

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Los datos son reveladores: el 91,4% de las personas afectadas por cáncer afirma no haber recibido ninguna información médica sobre cómo los tratamientos impactarían en su salud sexual y el 81,4% siente que su sexualidad ha sido «completamente ignorada» durante el proceso de atención sanitaria, según una encuesta estatal en la que han participado 314 pacientes y supervivientes oncológicos (74 de ellos de Euskadi).

Este estudio, impulsado por la asociación La Higuera con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual que se celebra hoy, recoge testimonios de pacientes de todas las comunidades autónomas, de todos los tipos de cáncer, edades y contextos y «el resultado es claro: la salud sexual sigue siendo un tabú médico, una asignatura pendiente y un derecho negado, especialmente para las mujeres», destaca García. En su caso, no le dieron la opción de decidir si en el futuro querría formar una familia: «El médico que te atiende no sabe si tú quieres ser madre o si es una cosa indispensable en tu vida, por lo que está decidiendo por ti. En otros casos de cáncer es verdad que se informa pero es como, 'tienes cáncer, ¿quieres congelar óvulos?'. No hay una sensibilidad a la hora de dar esa información». Tampoco «espacios seguros de diálogo» donde los pacientes puedan preguntar cómo afecta el cáncer a su cuerpo y a sus relaciones.

Y todas estas dudas y preocupaciones suelen llegar en tromba a la asociación La Higuera, la inmensa mayoría por parte de mujeres aunque también de hombres a los que les preocupa sobre todo «la disfunción eréctil y la pérdida de libido. Y muchas chicas nos preguntan si pueden practicar sexo con su pareja cuando están recibiendo los tratamientos, si es perjudicial... porque nadie, ni en oncología ni en hematología abordan este tema. También tienen dudas sobre si es normal el cambio de flujo o sangrar cuando tienes relaciones con penetración. Todo esto no se explica, ni siquiera los profesionales sanitarios están preparados para recibir estas preguntas y es una información súper necesaria», señala García, que reclama una formación específica en salud sexual para los profesionales sanitarios así como incluir la salud sexual en los protocolos de atención oncológica desde el primer momento del diagnóstico. «E igual que te dicen que te hidrates la piel porque con los tratamientos se va a quedar seca, podrían decirnos que también tenemos que hidratarnos la vulva y la vagina o utilizar lubricante porque esta información se pasa por alto y cuando quieres retomar tu vida sexual te encuentras con el problema de que tu vagina está muy estrecha, te duele, hay mucha sequedad, y muchas pacientes piensan que esto no es un efecto de los tratamientos sino que hay algo mal en ellas y se aíslan». Y es que además de los múltiples efectos secundarios que provoca el proceso de curación de una enfermedad tan invasiva, García hace referencia al «impacto psicológico tan brutal». «Afecta muchísimo a la autoestima, de hecho muchas parejas se rompen por este tema o casos de chicas que nos escriben con 20 años que cada vez se van sintiendo más pequeñas. A veces cuando tienes cáncer ya no te sientes merecedora de tener placer y muchas deciden prescindir de esa faceta. Pero cuando ya has pasado los tratamientos y vas al ginecólogo te miran raro y te dicen, 'pero has sobrevivido, confórmate con lo que hay, si estás viva'. No nos queremos conformar, queremos seguir teniendo una vida sexual plena y satisfactoria. No es algo necesario para la supervivencia, pero sí para nuestra calidad de vida», añade.

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