Mikel Bengoa

Doctor en Biología y experto en el 'Aedes albopictus'

«El mosquito tigre acabará invadiendo toda la cornisa cantábrica»

– Hasta hace poco, la presencia del mosquito tigre se asociaba a zonas más mediterráneas. Sin embargo, ha demostrado una gran capacidad de adaptación. ¿Ha llegado a Euskadi para quedarse?

– El mosquito tigre está incluido en la lista de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo. Su capacidad de expansión ha quedado muy clara en todos los lugares a los que ha llegado: donde se instala, se queda. En Euskadi está proliferando. De hecho, aunque en un principio se pensaba que entraría por el Cantábrico, lo hizo finalmente por el Mediterráneo. Ahora está colonizando toda la zona norte y acabará invadiendo la cornisa cantábrica.

– ¿Le favorecen climas húmedos como el nuestro?

–Una de sus principales características es su plasticidad climática, se adapta muy bien a climas muy distintos. Mucha gente me pregunta si los inviernos fríos pueden acabar con él. La respuesta es que no, hay mosquito tigre en Suiza, y algunos incluso están llegando a Suecia. Puede sobrevivir tanto en el Mediterráneo como en zonas más frías del norte de Europa.

– ¿Se puede prever cómo será su expansión en los próximos años?

–Lo más probable es que se extienda por toda la costa. De hecho, ya casi ha colonizado todas las zonas costeras de España. Ahora ya ha empezado a asentarse en el norte y también en lugares más húmedos del interior, como las orillas de los ríos. Por ejemplo, ya ha remontado el Ebro y está en Zaragoza.

– ¿Cuál es su periodo de actividad? ¿Cuánto tiempo vive?

–La hembra puede vivir alrededor de un mes en la naturaleza, y el macho apenas una semana. Comienzan a estar activos desde mayo, sobre todo cuando las temperaturas mínimas nocturnas superan los 10 grados. Su pico de actividad suele darse entre septiembre y octubre.

– ¿En qué se diferencia del mosquito autóctono?

–Lo bueno del mosquito tigre es que es muy diferente al resto de de los que tenemos en España. Para empezar, su comportamiento es diurno, es decir, está activo durante el día. Es completamente negro con lineas blancas, por lo tanto también es muy fácil de identificar morfologicamente. Además, tiene preferencia por picar en zonas como los tobillos.

– Llevamos varios años hablando de esta especie. ¿Estamos ante un problema de salud pública?

–Es cierto que puede transmitir enfermedades como el dengue, el chikungunya o el zika. De hecho, recientemente hubo un caso de chikungunya en una niña en Francia. Pero son enfermedades muy vigiladas. Las administraciones públicas, las empresas de control de plagas y los organismos implicados estamos en alerta constante y actuamos con rapidez. No creo que debamos hablar de alarma ciudadana. Cada vez que hay un caso importado se vigila y se actúa. Por el momento han sido pocos, tres o cuatro en total.

– ¿A partir de qué densidad de ejemplares hay que empezar a preocuparse?

–No existe un umbral exacto. Depende mucho de la percepción individual. Para algunas personas, dos picaduras ya pueden ser un problema grave, sobre todo si generan una reacción alérgica. Lo que sí sabemos es que, tras su detección inicial en trampas, puede tardar uno o dos años en crearse una alerta por parte de la ciudadanía.

– ¿Tanto?

–Sí, al principio pasa desapercibido, pero luego empieza a crear problemas. En Donostia, por ejemplo, sucedió exactamente eso, por eso es tan importante la detección temprana.

– Además de esa detección temprana, ¿qué puede hacer la ciudadanía para protegerse?

–Lo principal es evitar los focos de cría. Debemos revisar todos los recipientes que puedan acumular agua en terrazas, jardines... Desde platos de macetas hasta cubos olvidados. Si el agua se mantiene más de 7 días, puede convertirse en criadero. Así que lo ideal es vaciar, tapar o tratar esos recipientes. También es recomendable usar ropa larga para reducir la piel expuesta y aplicar repelente en las zonas que quedan al aire.

– Y si ya nos ha picado, ¿cómo debemos actuar?

–Lo mejor es no rascarse, porque eso puede provocar heridas o infecciones. Lo ideal es aplicar frío, que ayuda a reducir la inflamación. Al picar, el mosquito inyecta saliva, y esa saliva provoca una reacción alérgica que genera el picor. También existen productos específicos en farmacias para aliviar los síntomas.

–En Euskadi ya hay 68 zonas de monitoreo.

–Exacto. El sistema que tiene implantado el Gobierno Vasco funciona mediante unas trampas que simulan los focos de cría habituales del mosquito tigre. En ese recipiente únicamente se pone agua y se pone también un palito de madera, en el cual las hembras de mosquitos van a poner huevos. Así podemos calcular su incidencia y prevenir posibles brotes.

– Además del monitoreo profesional que hacen las instituciones, existen herramientas ciudadanas como la app Mosquito Alert. ¿Funciona bien?

–Sí, Mosquito Alert es una aplicación móvil que permite hacer una foto al mosquito y recibir una identificación. Al principio, todas las imágenes eran validadas por tres entomólogos. Pero hace un par de años desarrollamos una inteligencia artificial que reconoce al mosquito tigre con muchísima precisión. Si la foto está bien sacada, el sistema responde de forma casi inmediata. Si no es clara, pasa a revisión por parte de expertos. Es una herramienta muy útil para complementar el seguimiento científico con la colaboración ciudadana.

– Hemos hablado de prevención, pero ¿qué estrategias de control se están aplicando para contener sus poblaciones?

–A nivel municipal sí que se actúa frente al mosquito tigre, haciendo tanto tratamientos herbicidas en zonas públicas como a través de campañas de concienciación ciudadana, dando consejos sobre cómo poder combatirlos. Así que sí que hay medidas de actuación a nivel público.