Borrar
Las diez noticias clave de la jornada
Antonio muestra la herida que se hizo al caerse en el encierro. ARIZMENDI
Sanfermines 2022

Marea de pañuelicos rumbo a la fiesta

Fin de semana masivo. Pamplona se prepara para el aluvión de visitas, como ayer se se palpaba en la estación de autobuses de Donostia. «Vamos a pasarlo bien, pero sin pasarnos»

AINARA URANGA

Sábado, 9 de julio 2022, 07:11

Comenta

Pamplona acogerá este fin de semana una marea de pañuelicos que han invadido durante estos días la estación de autobuses de Donostia. A primera hora de la tarde los colores rojo y blanco empezaban a vislumbrarse en la estación, tanto en la indumentaria de los que volvían de la fiesta como en la de los que se subían al autobús con destino a los Sanfermines. Sin embargo, un poco más tarde, para las cinco, una verdadera marea rojiblanca tomaba la estación. Para esa hora se habían habilitado siete autobuses, cinco más que de costumbre, a disposición de los que desean acudir a la fiesta pamplonesa. De hecho, para poder cubrir toda la demanda de viajeros el horario de los autobuses que unen Donostia con Pamplona se ha tenido que adaptar, adelantado las primeras salidas de las 7.00 de la mañana a las 5.00 horas.

En la estación donostiarra se cruzaban quienes ponían rumbo a la capital navarra y aquellos que volvían de su aventura sanferminera. Llegaban cansados y contentos y algunos incluso magullados. Ese es el caso de Antonio, un alicantino que se había caído ayer en su primer encierro. «Será seguramente la última vez que corra», confesaba. Aunque, a pesar del percance tenía claro que volverá a disfrutar de la fiesta con su amigo Miguel, pamplonés, a quien le encanta el «ambiente y sentimiento común de 'todos a una' que provocan las fiestas». Ese mismo clima sorprendió a los mexicanos Carlos y José que reconocían haber disfrutado mucho del «ambiente seguro y familiar» de la fiesta.

Mientras unos enfilaban el camino de regreso a casa o a su alojamiento en Donostia, decenas de jóvenes ataviados con ropas blancas y el indispensable pañuelico rojo iban tomando la estación. Escaleras mecánicas, cafetería y andenes se llenaban de una marea 'zurigorri' que aguardaba impaciente el momento de subir a los autobuses con destino Sanfermines. La mayoría de los viajeros eran jóvenes que viajaban en grupo. «Por la tarde abundan los jóvenes mientras que los mayores viajan generalmente por las mañanas», explicaba un trabajador de la estación.

Asier, Aitzol y Julen, de Oiartzun, reconocían que han estado esperando dos largos años para poder celebrar de nuevo la fiesta que empezaron ayer por la tarde y por el momento «sin final ni vuelta». A pesar de ser unos «veteranos» en la fiesta, no se han atrevido nunca a correr con los bravos toros. «Preferimos verlos sentados en la plaza mientras nos echamos unas risas», confesaba Asier. «Tenemos muchas ganas de fiesta y eso es a lo que vamos», aseguraba.

Las donostiarras Carla y Alejandra también son «veteranas» en los Sanfermines. Las dos fueron al día del chupinazo, que es «lo que más nos gusta», y ayer decidieron volver de nuevo a las calles pamplonesas, en un viaje que improvisaron a última hora. No podrán alargar la fiesta todo lo que les hubiera gustado porque «lamentablemente» tenían que regresar a Donostia.

Los nuevos

Para otros de los jóvenes que se montaban ayer en los autobuses serán sus primeros Sanfermines. Aitziber, de Azkaine, tras haber estado un par de veces de pequeña con su familia este año se ha lanzado por primera vez a la «juerga» sanferminera con sus amigas. Las jóvenes improvisaron el viaje tras haber visto en redes y medios de comunicación el «ambiente» que se vive en la capital. Tenían previsto poner fin a su aventura sanferminera para antes del encierro. «No voy a ver los toros, eso no va conmigo».

Ni toros ni tradición. La mayoría de quienes toman los autobuses de la tarde en Donostia buscan «juerga». Las garrafas que portaban muchos daban buena cuenta de ello. Las ganas de pasarlo bien y de fiesta se respiraba en el aire. Aunque eso sí. Como decía Malen, otra donostiarra que viajaba con sus amigos, «hay que pasarlo bien, pero sin pasarse». Respecto al plan previsto casi ninguno lo tenía claro y todos respondían con un «ya se verá» o «sobre la marcha» que dejaba abierto un amplio abanico de posibilidades ante un panorama en el que no sabían «qué nos vamos a encontrar».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Marea de pañuelicos rumbo a la fiesta

Marea de pañuelos rojos rumbo a Sanfermines