La Iglesia vizcaína se responsabiliza de los abusos sexuales y abre 20 investigaciones

El pronunciamiento llega siete días después de que el párroco de la catedral de Santiago, Luis Alberto Loyo, considerara los abusos en el seno de la Iglesia como «una tragedia, una lacra y un escándalo» y llamara a la institución a asumir su responsabilidad, tras haber intentado «taparlos». Euskadi, según se ha conocido esta misma semana, suma cuatro de las 68 querellas abiertas por la Fiscalía General del Estado por pederastia en el conjunto de la Iglesia católica española.

El anuncio se hizo a través de una nota leída en todas las eucaristías. La celebrada en la parroquia San Francisco de Asís de Gernika contó con la participación del director de la Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos de la diócesis, Carlos Olabarri, quien antes de leer el escrito se pronunció sobre los hechos: «La víctima no es la Iglesia, ni los curas, ni las parroquias; las víctimas son los niños», afirmó.

En su intervención, el presbítero también reconoció la demora con que la Iglesia ha afrontado esta cuestión. «Andamos demasiado tarde», admitió. «Pero eso no quita para que lo que se está haciendo ahora carezca de valor», subrayó.

La nota de la diócesis vizcaína arranca con un reconocimiento sin fisuras de la responsabilidad de la organización en lo sucedido. La institución reconoce que el hecho de que se trate de un problema extendido tampoco «nos exime de nuestras obligaciones específicas ante el conjunto de la sociedad. La Iglesia, según dice, quiere «escuchar a las víctimas, investigar, reparar y, sobre todo, sanar las heridas de quienes han sufrido cualquier tipo de abuso, independientemente del momento en que se haya producido». La Ley del Menor amplió el pasado verano el plazo para la prescripción de estos delitos, que se elevó de los 35 a los 50 años. «El dolor padecido no prescribe», ha reconocido, sin embargo, el obispado bilbaíno.

La Diócesis, según se detalla en el escrito conocido hoy, constituyó en 2019 la Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos, que preside Olabarri. Este órgano ha recibido hasta la fecha «una veintena de denuncias, de las cuales seis afectan a sacerdotes diocesanos».

Además de las averiguaciones que logre realizar, la Comisión ha solicitado la colaboración de «instituciones externas especializadas», con el objetivo de «garantizar mayor independencia en las investigaciones». Asimismo, está informando y respondiendo a los «requerimientos de las instancias públicas y judiciales relevantes en cada caso».

Considera también la institución eclesial que las denuncias «ayudan a aprender del pasado y son el mejor antídoto para que este tipo de situaciones escandalosas» no se oculten ni se repitan en el futuro. El reconocimiento de la diócesis concluye con una invitación expresa a la sociedad para que denuncie cualquier abuso cometido por la institución. «Que se ponga en contacto con la comisión diocesana, bien a través del correo electrónico habilitado a tal fin (proteccióndemenores@bizkeliza.org) o del modo que considere más oportuno».