El Gobierno Vasco rechaza la ley nacional para proteger al lobo, pero no la recurrirá

El lobo ibérico es desde hoy un animal protegido cuya caza está prohibida en el conjunto de España, salvo en situaciones excepcionales y, siempre como último recurso. Así lo recoge su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). La orden del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sin embargo, ha salido adelante con el rechazo del Gobierno vasco, ya que entiende que invade su competencia para regular la fauna dentro de la comunidad. Responsables del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, en cualquier caso, aseguraron ayer que no recurrirán este nuevo régimen de protección, como sí han anunciado ya las comunidades consideradas «loberas» (Asturias, Cantabria, Castilla y León y Galicia), que además solicitarán al juez medidas cautelares como su suspensión mientras no haya una sentencia definitiva.

Desde la consejería encabezada por la jeltzale Arantxa Tapia recordaron que el lobo ya cuenta con una especial protección en Euskadi desde que en marzo del año pasado fuese incluido dentro del catálogo vasco de especies amenazadas. «Se hizo así porque esta potestad es competencia exclusiva de las comunidades», remarcaron las mismas fuentes. Por eso, insistieron, ya en mayo votaron en contra del borrador de la orden del Ministerio.

Desde entonces, añadieron, «estamos trabajando en el desarrollo de un plan concreto de gestión en colaboración con las diputaciones que, en definitiva, serán las encargadas de aplicar las medidas de protección necesarias en sus respectivos territorios». Los responsables autonómicos reconocieron que, en cualquier caso, este trabajo está bastante verde, «y queda mucho trabajo por delante». Eludieron, por tanto, dar fechas sobre su entrada en vigor, «ya que lo hacemos con la tranquilidad de que en Euskadi no hay ninguna manada censada por lo que, sobre el papel, hablamos de un problema que no existe».

Sin embargo, subrayaron que «el lobo se mueve» y ha habido problemas con algunos ejemplares en zonas limítrofes con otras comunidades en Álava o Las Encartaciones. Por eso criticaron que esta protección no se haya potenciado de forma coordinada desde los gobiernos autonómicos, «ya que no tiene sentido que Euskadi tenga un plan de gestión superbueno, pero luego no exista esta regulación en Burgos o haya criterios distintos; lo ideal sería tener un plan en el que todas las administraciones regionales pudiesen trabajar conjuntamente».

El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de Cantabria, Guillermo Blanco, por su parte, fue más drástico y anunció que el Ejecutivo regional seguirá aplicando su plan de gestión del lobo hasta que la Justicia se pronuncie sobre su requerimiento y que, de ser este rechazado, se acogerá al régimen de excepciones que la medida contempla para controlar ejemplares. Por su parte, en Galicia, donde hay registradas más de 90 manadas, su consejera de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, mostró «sorpresa, frustración e indignación». La orden ministerial, a su juicio, «carece de sentido» en una comunidad que asegura haber sido «capaz» de lograr un «equilibrio» entre la actividad agroganadera y la preservación de esta especie.