«La UPV necesita un nuevo impulso y debatir sobre cuál es el rumbo a seguir en el futuro»

– ¿Por qué se quiere presentar a las elecciones?

– La respuesta rápida sería porque creo que la UPV/EHU necesita un nuevo impulso, y pienso que yo puedo encabezar al grupo de trabajo que se lo dé.

– Continúe.

– Somos conscientes de que cambiar el rumbo de un transatlántico como es la UPV es complicado; sin embargo, creemos que en algunas cosas se pueden hacer cambios para atender necesidades importantes e impregnar un nuevo estilo en la universidad. Queremos implantar una nueva forma de hacer las cosas, más colaborativa y que implique a todos los colectivos.

– Usted va a encabezar la primera lista alternativa en las elecciones al rectorado desde 2008. ¿Qué opina de que haya pasado tanto tiempo sin oposición?

– Es una buena pregunta. Lo único que puedo decir es que nosotros, la plancha que yo lidero, vemos necesario un debate dentro de la UPV, a nivel global, para hablar sobre el rumbo de la universidad. Por eso, pensamos que con una candidatura alternativa ese debate se va a potenciar mucho más.

– (...)

– Aunque, bueno, nosotros más que una alternativa, somos un grupo de trabajo de 30 personas que quiere contrastar su proyecto con toda la comunidad educativa durante estas semanas.

– ¿Cuáles son esos aspectos que cree que se pueden mejorar?

– Hay algunos que son urgentes y otros que son necesarios y estratégicos. Si hablamos de urgencia, por ejemplo, se me viene a la cabeza en primer lugar las condiciones laborales de todos los colectivos profesionales que conforman la UPV. Este es, además, un problema que afecta especialmente al profesorado de sustitución. También hay una preocupación creciente sobre lo tarde que se están consolidando las carreras profesionales en el ámbito universitario, que es algo que afecta a los proyectos de vida de los trabajadores, la conciliación, etc.

– ¿Por qué se han dado estos problemas?

– En parte, por la falta de ese debate interno que he mencionado antes. No se puede ignorar que todos estos años la universidad ha funcionado y ha seguido adelante, pero tal vez lo ha hecho siguiendo una inercia. Creo que ha habido temas estratégicos que con la existencia de un contraste más agudo hubieran tenido más urgencia a la hora de resolverlo.

– ¿Qué puede aportar la UPV a la sociedad vasca?

– La universidad cumple funciones múltiples para el conjunto de la sociedad. En mi opinión, las tres grandes funciones serían la docencia, el aprendizaje y la investigación y su transferencia. La universidad custodia el conocimiento y genera, además, nuevo conocimiento, para transmitirlo entre distintas generaciones. Creemos que la UPV tiene que ser puntera en la investigación. En los últimos tiempos se ha hecho una reflexión conjunta entre las universidades y el Gobierno Vasco, en los que se han identificado los temas de salud y educación como los más importantes para la sociedad.

– ¿Y qué importancia van a tener estos temas en vuestro proyecto?

– Muy grande, van a tener tratamiento prioritario. Por ello, estamos discutiendo sobre la idea de crear unas figuras específicas que se dediquen a la investigación de estos dos temas.

– En los últimos meses se han producido varias protestas sobre conflictos laborales que aludían a la UPV. ¿Ha hecho daño eso a nivel de reputación?

– En primer lugar, si se dan estas situaciones es porque hay un problema de fondo. Eso es innegable. Una huelga o una concentración es el síntoma de que hay un problema detrás. Más que el daño a nivel de reputación, nos interesa más saber las causas de ese disgusto que motivan las huelgas y analizar cómo afrontarlas y corregirlas. En el caso de los trabajadores de la UPV, la precariedad en las condiciones de la remuneración es preocupante.

– Hay muchas voces críticas en Euskadi que apuntan a que se han ablandado mucho los requisitos para hacer sustituciones en Secundaria. ¿Siente que se está perdiendo la vocación de la docencia?

– Mire, por eso le he hablado antes de la necesidad de crear una figura específica dentro de la UPV que aborde los problemas estructurales de la educación en nuestra sociedad. Seguramente, la universidad tenga cosas que aportar en este tema. Con todo, mi opinión personal es que la educación debería hacerse valer mucho más en la sociedad, debemos alcanzar un nivel de prestigio mucho más alto.

– ¿A qué cree que se debe esa falta de profesores en la educación no universitaria?

– Pienso que en Primaria las condiciones para los docentes y su nivel de implicación son mayores que en el caso de Secundaria. ¿Por qué? No lo sé, pero hay que analizar muy bien qué está ocurriendo en ese salto, en el que probablemente entren factores en juego como la adolescencia, la motivación del profesorado, las condiciones, las nuevas tecnologías... Las distintas modalidades de acceso a la universidad requieren de un pensamiento profundo también por nuestra parte.

– Vamos a hablar de los alumnos. ¿El nivel medio de los estudiantes universitarios vascos es bueno?

– Es complicado generalizar, y en este sentido yo creo que el nivel de preparación de cada alumno es en la mayoría de los casos mejorable. Dicho lo cual, yo no identificaría el problema fundamental con el nivel de preparación del alumnado que accede a la universidad. Lo que sí me parece importante es que sean los propios estudiantes los que se impliquen mucho más en exigir al profesorado una docencia de calidad. Les pediría que tuvieran más valor a la hora de comunicarse con los profesores, que sean críticos.

– La orientación en los estudios encaminada a la vida profesional es otro de los temas que más interés suscitan entre los alumnos y sus familias. ¿Le daría alguna vuelta?

– Lo primero que quiero decir es que es algo fundamental. Por ello, creemos que es clave diseñar los estudios para que los primeros años sean transversales. La orientación, obviamente, no lo resuelve todo, pero es muy importante.

– Los estudiantes que vienen de fuera de Gipuzkoa se quejan de las dificultades para encontrar alquileres asequibles. ¿Cómo se puede abordar esta situación?

– Hay que estudiar las distintas opciones existentes junto a las instituciones competentes, municipales y territoriales, para resolver el problema de una forma creativa. En efecto, faltan plazas en residencias públicas y también alquileres a precios más asequibles.

– El Gobierno Vasco ha designado a Juan Ignacio Pérez Iglesias como nuevo consejero de Ciencia, Universidades e Innovación. ¿Qué le parece la decisión?

– Muy acertada. Es un profesional que conoce muy bien la institución, que ha desarrollado una carrera científica impecable, que tiene una cátedra en Cultura Científica... Creo que va a ser una persona que va a saber analizar muy bien los problemas y sus posibles soluciones. Ya sea conmigo o con Eva Ferreira, va a trabajar a las mil maravillas con el futuro equipo rector.

- ¿Cómo ha llegado a este punto? ¿Cuándo le picó el gusanillo para ser rector?

- Bueno, esto es algo que viene ya de hace un tiempo. En 2004 ya fui tentado por varias candidaturas para ser parte del grupo de trabajo del rectorado.

- ¿Y qué pasó?

- Había regresado hace poco tiempo de Edimburgo y lo que el cuerpo me pedía era otra cosa, centrarme en mi investigación y mi docencia.

- ¿Hubo algún otro intento más tarde de otras candidaturas?

- No, pero sí que es verdad que en el año 2011 se me encargó la dirección de un programa de la universidad llamado EH Gune, en el que estuve 10 años. Ahí ya tuve mucho más contacto con la vida de rectorado y con la experiencia de la gestión universitaria.

- ¿Ahí es donde dijo 'me quiero presentar'?

- No, no. Eso sucedió este año, cuando después de un periodo de reflexiones entre distintas instituciones sobre el futuro de la universidad fui contactado por un grupo de colegas, que me animaron a dar el paso proponiéndome como cabeza de lista. Buscaban a una persona transversal, que tuviera una carrera consolidada, y pensaron en mí.

- ¿En ese momento todas las piezas encajaron?

- Sí, podría decirse que sí. Me apetecía intentar ese salto y me sentía con muchas ganas y mucha convicción.

- ¿Cómo es su vínculo con la UPV/EHU?

- Viene de lejos. Yo me licencié en 1986 y mis primeras clases como profesor en la Facultad de Derecho fueron en 1990. Después, también he estado trabajando en el Gobierno Vasco, Edimburgo, Luxemburgo... Hasta que volví definitivamente a la UPV.