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El boom de los 'smartwatch'. Un escolar de unos 8 años consulta su reloj inteligente poco antes de acceder al colegio. Fotolia

El problema se extiende con los relojes digitales

Nuevo frente. El uso cada vez más temprano de dispositivos móviles como los 'smartwatch', que ya se ven en niños de 8 años, lleva a los colegios a restringirlos en las aulas

Domingo, 26 de noviembre 2023, 01:00

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Cada vez es más frecuente ver a alumnos de los primeros cursos de Primaria con un reloj inteligente en sus muñecas. Si la edad de acceso a un teléfono móvil ha descendido a los 10-11 años, en los cursos anteriores, con 8 y 9 años, muchos niños llevan lo que podría considerar su versión de muñeca. «Incluso antes de esa edad», advierten responsables de los centros educativos.

Este uso cada vez más temprano de los conocidos como 'smartwach' –unos relojes digitales que están equipados con muchas de las funciones de los móviles de última generación, ya que tienen acceso a internet y redes sociales y pueden sacar fotos y vídeos–, ha sumado un motivo más de preocupación y alerta en los centro escolares porque «realmente es un móvil, pero en pequeño». Así que empiezan a llegar las circulares y convocatorias de reuniones con las familias en las que, por el momento, se pide a las familias que sus pequeños no lleven este tipo de dispositivos al colegio.

Lezo Herri Eskola es uno de los colegios que ha mandado una carta a las familias de Primaria para recordarles que durante el horario escolar «no se puede hacer uso de ellos», por lo que piden a los padres «firmemente no traer» a la escuela relojes digitales con el fin de evitar «conflictos entre los niños y problemas legales».

Además, apuntan que en el colegio han decidido que en caso de que las familias consideren que el menor «necesita» tener uno, «dejará el smartphone en Dirección» durante el horario escolar. Justifican esta decisión al final de la carta. «Hemos tomado esta decisión para garantizar la seguridad de vuestros hijos», concluye el texto que agradece la «comprensión y colaboración» de las familias de sus estudiantes de entre 6 y 12 años.

No es el único centro que ha hecho este llamamiento a las familias. En Amara Berri comunicaron a los padres al inicio de curso que era mejor que los relojes digitales se quedaran en casa. Una recomendación que se extiende a centros como Donostia Jesuitak o Aldapeta Mari Ikastetxea. Prohibir este tipo de dispositivos es más complicado para los propios centros porque en más de una ocasión las familias trasladan que «les aporta tranquilidad» porque luego «sus hijos hacen extraescolares y pueden ir solos», comentan los directores de varios centros. «Y no saben los problemas que nos pueden dar porque en realidad tienen las mismas funciones que los móviles. Pueden grabar vídeo , audio y nos puede suponer un verdadero problema en vestuarios de gimnasia o en el propio patio», explican.

Más allá de los problemas que puedan generar en la convivencia escolar en el debate de cuándo deben tener acceso los menores a los dispositivos móviles, sea cuál sea su forma o tamaño, la asociación Española de Pediatría (AEP) sostiene que «la clave» es aprender a hacer un «uso razonable a cualquier edad».

Afecta al neurodesarrollo

En este sentido, recalcan que «el mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social». Además, «en la infancia y en la adolescencia también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje». No obstante, los pediatras señalan que «los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes».

Consideran desde la AEP que el no es tan importante la edad de inicio en el móvil como otros factores de mayor influencia como pueden ser el uso que hacen los progenitores de las pantallas o si existen límites para su empleo en el hogar o la finalidad de su uso. «Pensar que solo instaurando una prohibición el problema del uso inadecuado de los teléfonos móviles se va a resolver, puede hacer que no se haga hincapié por parte de las familias y las instituciones en estos otros factores», advierten.

El acceso a las pantallas a edades más tempranas preocupa también a los pediatras guipuzcoanos, que alertan sobre la excesiva exposición en menores tras la realización de un estudio llevado a cabo en 15 centros de salud de Gipuzkoa y liderado por Pedro Gorrotxategi, pediatra en el ambulatorio de Pasai San Pedro y vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

La recogida de datos provisionales de las 256 encuestas realizadas indicaban que el 70% de los menores de entre 6 meses y dos años (siete de cada diez) están expuestos a las pantallas cuando «la OMS recomienda que de 0 a 2 años no deberían ver ningún tipo de pantalla, cero pantalla», subrayaba Gorrotxategi. En la siguiente franja de edad estudiada, de 2 a 6 años, el consumo de pantallas «también es mayor de lo que dicen las organizaciones internacionales. Entre los 2 años y los 5 sería una hora al día como máximo, y es frecuente que lo usen más de lo que se aconseja».

Además, en muchos hogares, la tablet se ha convertido en un comensal más en la mesa. Así, otro de los datos que resultan «muy llamativos», a juicio de este experto, es que «el 30% utiliza pantallas durante la comida o la cena, que son momentos en los que no se deberían utilizar, sino estar dialogando con los padres, y un 10%, al irse a dormir». Este momento debería acompañarse «de un cuento, no de un móvil».

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