Los padres respiran tras el fin de la huelga en la concertada: «Es un alivio que la hayan desconvocado»

En palabras de estas dos progenitoras, es importante además porque «no hay que olvidar que estamos en el tercer trimestre y es importante que los niños sigan con sus clases y que den toda la matería que les pertenece por curso, porque si no al final se quedan atrasados y eso después juega en su contra», explicaban. En el caso de Kontxi, tiene otro hijo mayor que va a Jesuitas, otro de los centros afectados por estos paros. «En enero sí que hubo algún día que no tenían ciertas clases. Nos lo avisaban el mismo día por la mañana, pero por lo general todo transcurrió con normalidad», matizaba la madre de Yeray, alumno de 3º de la ESO.

A las puertas del colegio se respiraba una sensación de tranquilidad. «Para nosotros es un alivio que se hayan desconvocado las huelgas», comentaba la madre de un niño de Primaria que ha preferido mantenerse en el anonimato. «Al conocer la noticia me he quedado mucho más tranquila», detallaba al tiempo que reconocía entender «que todos tenemos derecho a huelga, pero hasta cierto punto». En su caso, añadía, «lo que no se puede hacer es avisarnos de un día para otro porque, ¿qué hacemos con los niños? No todos podemos quedarnos con ellos y el cole no se responsabiliza aunque ofrezca servicios mínimos».

A ella que se convoquen «tantas huelgas seguidas» no le parece bien, decía. «Llevamos muchos años igual que creo que se podía haber negociado antes, aunque también pienso que las condiciones que tienen no son tan malas como se hace ver».

Pese alcanzarse un acuerdo que, a priori, contenta a todas las partes, hay padres que muestran su descontento porque «los principales afectados siempre por estas huelgas somos nosotros». Según él, que tiene a su hijo en 2º de Primaria, «de igual manera que pagamos todos los meses por unos servicios también necesitamos que haya una regularidad. Lo que no puede ser es tener convocada una huelga para hoy y desconvocarla de madrugada».

Lo que la mayoría comparte es que en niños pequeños «apenas tienen repercusión» los paros porque «no pierden material lectivo», pero cuando se trata de «más mayores la cosa cambia porque tienen exámenes». Asimismo, confiesan, «hay niños que necesitan refuerzo en depende qué cosas y para ellos estaban empezando a ser ya bastantes días sin clase. La situación se estaba alargando demasiado».

Desde el colectivo 'AMPAs Unidas', que agrupa a más de treinta asociaciones de padres y madres de Euskadi y que el pasado sábado convocó una manifestación para pedir el fin de este desencuentro, temen «que esta situación pueda producirse nuevamente y en el 2025 nos veamos otra vez con la pancarta defendiendo a ese alumnado que ha sido el gran olvidado en el conflicto». «Después de dos conflictos, hemos aprendido que estas situaciones son cíclicas», lamentan en un comunicado.

Consideran que el acuerdo no es más que un «parche» de contenidos «vagos». Sostienen que no se trata de un conflicto laboral, sino «una lucha por la hegemonía sindical». Algo que consideran «intolerable». También cargan contra la patronal, a quien acusan de «dejadez» y «desidia». Por último, critican al consejero de Educación, Jokin Bildarratz, por haber sido «el gran ausente» y haber «permitido» la «vulneración de un derecho fundamental sin hacer nada»

Por su parte, las federaciones de AMPAs Fapae, Feguiapa, Fapacne y Bidelagun, que representan cerca del 30% de las familias de todo el sistema educativo vasco, se «congratulan» por el fin del conflicto, «agradecen» a todos los agentes implicados el «esfuerzo» realizado pero exigen «que se continúe en la mesa de negociación».