Jokin Bildarratz: «Si se relajan las medidas deberá tener su reflejo en los colegios»

– ¿Qué nota le da al inicio de curso?

– Un 9,2. Es la misma con la que terminamos en junio. Se ha empezado con las mismas ganas e ilusión, pero con la ventaja de que los datos de la pandemia son mejores, la vacunación en los mayores de 12 años es muy elevada, y contamos con la experiencia de la etapa anterior y el refuerzo de personal que tuvimos para mantener la presencialidad.

– ¿Estaba en los planes volver al 100% en las universidades tan rápido?

– Era una de las posibilidades en los esquemas, pero los datos de verano de las tasas de incidencia entre los jóvenes nos hacía pensar que no llegaríamos tan rápido. Ha sido una alegría. Garantizar la presencialidad es dotar a los jóvenes y a la propia sociedad de estabilidad. Para los alumnos volver a socializar, encontrarse y vivir el mundo académico es una noticia.

– El martes se levanta el estado de emergencia sanitaria, ¿se levantarán restricciones en los centros educativos?

– La vida en los centros escolares la definimos semana a semana entre nuestro departamento y el de Salud. Es evidente que si hay una relajación general tiene que tener consecuencias en los propios centros. Hemos hecho una serie de propuestas y será Salud quien determine cuáles se pueden llevar adelante y cómo gestionarlas.

– ¿Qué medidas se pueden aligerar?

– Prefiero no crear expectativas. Hemos trasladado nuestras preocupaciones y nuestra visión. Lo importante es la salud y que nos ayuden a establecer las medidas.

– Falta por vacunar a los menores de 12 años, si se decide que se les pueden inocular, ¿debería hacerse en los colegios?

– Una vez que se defina si se pueden vacunar o no, será Salud la que determine la manera más rápida, eficaz y sencilla para todo. Cuanto antes se solucione esta cuestión todos vamos a estar mucho más tranquilos. Si al principio de la pandemia el foco estaba puesto en los mayores, ahora con las vacunas ese foco se dirige a los menores de 12 años que son los que faltan por inocular.

– ¿En qué se tiene que sustentar el pacto educativo que propone?

– Debemos tener una fotografía clara de hacia dónde se dirige la educación. Es el nudo que tenemos que tener claro, es el momento de aunar voluntades, de debatir, cuantos más nos juntemos mayor será el acuerdo. Entendemos que es el momento de los agentes y comunidad educativa, de los especialistas, de los técnicos para analizar la educación del siglo XXI.

– ¿A qué aspira ese pacto?

– Hay que ver cómo trazamos la educación de 2050 para un alumnado que va a vivir en un mundo mucho más disruptivo, que va a tener que dar soluciones a problemas que todavía no se han planteado. Estudiantes con capacidades y competencias para tener una visión crítica.

– Es muy ambicioso lograr un pacto educativo en un año y seguido aprobar una ley, la educación suele ser materia de pelea entre los grupos políticos.

– Llegamos a la pandemia con mucho conflicto y tensión. Pedí entonces a todos los agentes una paz social dentro de la educación y se ha dado. De manera implícita ya se ha dado un pacto educativo en este tiempo previo. No empezamos de cero, llevamos un año escuchando diferentes planteamientos y proposiciones sobre cuestiones que preocupan de sindicatos, partidos de la oposición, de todos los que participan en el ámbito educativo. Además el equipo de gobierno trabaja en el desarrollo de la nueva ley y me gusta escuchar lo que me traslada el partido socialista, considero que tiene mucha experiencia en esta materia.

– Cada vez que se habla de un cambio en el sistema educativo la red concertada se echa a temblar.

–Conmigo no.

– ¿Existe una buena convivencia red pública-red concertada? ¿Se mantendrá?

– Son necesarios los dos sistemas, imprescindibles.

– ¿No tienen de qué preocuparse?

– Conmigo, no.

– Defiende que el modelo D sigue siendo el adecuado, ¿qué falla para que distintos agentes alerten de que el nivel de euskera haya bajado?

– En el modelo no falla nada.

– ¿De qué se quejan entonces?

– Hay que mejorar aspectos. El modelo D ha traído una progresión geométrica espectacular de vascoparlantes en los últimos 30 años. Más que cargar las tintas en el modelo hay que tener en cuenta el índice de complejidad educativa (ISEC) que el centro pueda tener por donde esté ubicado. La realidad de los centros cambia mucho según dónde se encuentren y qué realidad social tengan alrededor.

– Hay quien plantea crear submodelos del propio modelo D.

– Debemos empoderar a cada centro educativo para que dentro de su realidad pueda construir su propio proyecto educativo. Dotarles de recursos y métodos necesarios para trabajar con las distintas realidades sociolingüísticas que existen.

– ¿Existe un problema de segregación en el sistema educativo vasco?

– Niego la mayor. Hay muchos tipos de segregación. Este será uno de los elementos claves para acordar en el pacto educativo. El mundo educativo sufre lo que otros ámbitos generan, por ejemplo depende del tipo de barrio que se planea se cuenta con un alumnado u otro. Los alumnos vienen con una mochila que dentro de la escuela intentemos equiparar pero que no es fácil. Hay que trabajar en muchas medidas paro el primer freno viene dado por las cuotas. Si un centro cobra 100 euros y otro cero, ahí ya marcas un mensaje y una realidad.

– Eso mira directamente a la red concertada.

– Hay que ver en qué situación está cada centro porque hay realidades muy diferentes dentro de cada red. También tenemos muy presente la voluntad de cada colegio. La base es tener un criterio igualitario sea público o concertado en el reparto de alumnos.

– La bajada de natalidad, ¿qué supone?

– Lo tomamos como una oportunidad. Hay que analizar las consecuencias y buscar cómo fortalecer nuestro sistema educativo.

– ¿Habrá una lucha por la búsqueda del alumnado?

– Se dará como se ha dado siempre, no es la primera vez que se cierran centros por la falta de alumnos.

– ¿Qué dato del diagnóstico del sistema educativo vasco le preocupa más?

– Me preocupa el número de repetidores, es una cifra baja comparada con otros sistemas educativos, pero es elevada. Debemos trabajar en mejorar el currículum y apostar por la evaluación continua, como la vida. Valorar la competencia y la madurez.

– ¿Pero algún día, deberán enfrentarse a un examen?

– Sí, y debemos prepararles para esos filtros. El profesor es el que mejor conoce el desarrollo integral de la persona. Habrá elementos clave para la excelencia como la capacidad lectora, comprensiva, las matemáticas... pero hay que tener en cuenta otros aspectos como los valores.

– ¿Se podrá aplicar este curso?

– Estamos a la espera de ver cómo desarrolla el Ministerio de Educación los decretos. Hay comunidades, sobre todo las del PP, que quieren posponerlo más allá del curso 2022-23. Me empieza a preocupar este asunto porque una vez den el visto bueno hay que desarrollar desde aquí el curriculum. Ahora hay 80 personas implicadas en este aspecto.

– ¿Mantiene su criterio con la jornada continua en Secundaria?

– Sí, es la mejor opción y la más justa. Desde el punto de vista pedagógico es complicado mantener la atención tantas horas seguidas. Además hay que tener en cuenta que no todas las familias se pueden permitir 'llenar' de extraescolares las tardes libres de sus hijos. Aún así, nos comprometimos a estudiarlo, lo estamos haciendo y veremos qué modelo se adopta en un futuro, no tiene que ser lo que yo mantenga.

– La ley de FP estatal se basa en lo que ya se hace en Euskadi, la parte práctica coge más impulso, ¿hay empresas para todos los alumnos?

– Hemos trabajado de la mano del Ministerio para dar forma a esa ley, la relación ha sido muy buena. Y si esa relación no se tuerce, que no se tiene por qué torcer, si nadie se empeña en torcerla, iremos de la mano. Tenemos el objetivo de llegar a 5.000 empresas, crearemos las condiciones para llegar hasta esa cifra y hacerlo de manera colaborativa.