«Un pacto educativo sobre la universidad sería bienvenido»

– Se cierra un curso que empezó bajo los temores de la pandemia, ¿qué balance hace?

– Muy bueno. La vuelta a la normalidad, salvo alguna excepción, ha sido lo más destacable.

– ¿Qué subrayaría de lo conseguido este curso en la UPV?

– Haber logrado aprobar el plan estratégico de la universidad para los próximos cuatro años es uno de los grandes logros. Hemos puesto blanco sobre negro las líneas de actuación que queremos seguir, en qué debemos incidir, en qué debemos apostar o qué giros tenemos que dar.

– ¿Y qué se han marcado hacer?

– En primer lugar mantenemos una línea de continuidad. La UPV tiene que hacer lo que está encargada de hacer, ofrecer formación superior, investigación de calidad, transferencia de resultados y divulgación.

– ¿Cómo se va a hacer eso?

– A través de la digitalización tiene que estar presente de manera que atraviese a toda la actividad universitaria. La internacionalización es otro de los pilares, el conocimiento no tiene fronteras. Tenemos que trabajar en la comunicación de lo que hacemos. Históricamente las universidades no dábamos importancia a este aspecto pero cada vez es más importante el impacto social de lo que hacemos. Y, además, es fundamental que nos fijemos en los objetivos de desarrollo sostenible. Los retos de la sociedad son cada vez más complejos y deben estar en la mirada de los universitarios a la hora de articular programas de formación o líneas de investigación.

– ¿Se va a ampliar la formación?

– Nuestro reto es aumentar la formación internacional de másteres y la oferta dual. Otra apuesta es la de extender la formación a lo largo de la vida. El paradigma de que quien llegaba a la universidad se formaba y luego trabajaba, está superado.

– ¿Eso implica una apuesta por la formación online?

– Esa fórmula puede resultar atractiva a personas que se encuentren trabajando y necesiten una formación específica. No es lo sustancial de nuestra universidad. Somos una universidad presencial pero es una necesidad que está en la sociedad y a la que debemos dar respuesta. Las capacidades digitales nos abren muchas puertas.

– Recientemente anunció que la UPV/EHU «reevaluará» la posibilidad de aumentar plazas en Medicina para paliar el déficit de facultativos. ¿Se deben abrir más plazas en otros grados en la misma situación?

– El debate sobre las plazas de Medicina lleva años encima de la mesa en la UPV. La oferta de estudios tiene que ir acompañada de un análisis de la demanda para que tenga sentido. El ajuste oferta/demanda no podemos plantearlo anualmente. La realidad nos dice que no sabemos cuáles serán los trabajos del futuro. Eso es en sí bueno porque los estudiantes serán los emprendedores del futuro. Para nosotros lo importante es dar una formación de calidad inspirada en la vanguardia del conocimiento y dar la oportunidad de que distintas personas de distintas ramas del conocimiento se comuniquen entre sí, de ahí surgirán las mejores oportunidades laborales.

– ¿La pandemia ha conseguido poner ante la sociedad la importancia del trabajo de investigación que se hace en la universidad?

– Ha conseguido abrir los ojos de lo que hacemos en la universidad. En la sociedad ha quedado patente la necesidad de tener un sustrato de investigación potente para que en un determinado momento, que nadie preveía, se pueda reaccionar. Para eso es necesaria la investigación básica, no orientada al corto plazo. Es la que genera la base de la pirámide para que luego se vea el resultado, que es el extremo de la misma. Lo importante es que la universidad esté en el centro de la sociedad, y también al revés. Que estemos atentos a los retos sociales que nos permitan abrir líneas de investigación y formación.

– Se acaba de aprobar el borrador de la futura Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), ¿qué le gusta de lo que viene?

– Por primera vez en un articulado aparece que se invierta en las universidades públicas el 1% del PIB. A ver qué recorrido tiene, pero por el momento es una expresión de voluntad política de una inversión mejor de lo que ha habido hasta ahora en términos generales. Esto ya hace que merezca la pena el recorrido de una nueva ley.

– ¿Qué no le convence?

– Voy a ser cautelosa. Mantenemos el diálogo abierto en la conferencia de rectores sobre cosas que se pueden hacer de otra manera.

– ¿Eso incluye el tema de la financiación privada en el sector público?

– Hemos pedido mayor flexibilidad en este aspecto, que no significa vía libre. Es más fácil ejecutar dinero público en una entidad privada, que dinero privado en una universidad pública. Eso genera corsés. Imagina que conseguimos 10 millones de euros de financiación externa, para cuando pasa todos los filtros tendríamos realmente 7 millones y para ponerlos en marcha mucho tiempo después. En la privada, esa cantidad se puede ejecutar al día siguiente.

– ¿Le gustaría que se plantease un debate sobre la universidad como para alcanzar un futuro pacto educativo como el que se ha logrado?

– Hacer una reflexión siempre es bueno. Que la universidad estuviera en el centro de un debate político de altura me parece bueno. El acceso a la educación superior a todas las personas que sean competentes sin ningún tipo de restricción es un bien a conservar. Cualquier pacto en esa línea sería bienvenido.

– Uno de sus retos era el de rebajar la burocracia en la UPV, ¿lo va consiguiendo?

– Hay cosas en las que hemos mejorado. Vamos recortando en cosas pequeñas, aunque tenemos que seguir haciendo muchos trámites porque somos una casa grande. Buscamos conseguir que ciertos procedimientos no ahoguen al personal, que no le suponga más carga que su propia labor.

– ¿Va a haber más cierres en los campus más allá de los del verano para ahorrar energía?

– Nuestros cálculos nos dicen que va a ser una medida que merece la pena, y evaluaremos si seguir haciendo este tipo de medidas. A todos nos gustaría dar un servicio 24/7, pero hay que combinarlo con el consumo.

– ¿Tiene ganas de abordar un curso en el que el único reto sea académico?

– Un curso sin pandemia es quitarse una gran piedra del zapato. Creo que siempre me quedo con los aprendizajes. Este tiempo nos ha ayudado a sobrellevar momentos de estrés. A nadie le dio por pensar en dejar de aprender. Y esto antes no era tan obvio.

La oferta académica de la UPV/EHU no cesa en verano. Los cursos de verano se extienden cada vez más fuera de su sede originaria, el Palacio Miramar.

- La rumorología dice que llegará el momento en que Donostia deje de ser la sede principal de los cursos de verano. ¿Acabará siendo así?

- En lo que a mí respecta, el Palacio Miramar es el buque insignia de nuestra oferta académica en verano. Hacer más cursos fuera no debilita a San Sebastián, al contrario.

- También se habla del poco nivel con el que llegan los estudiantes a la universidad.

- Desde los tiempos de Sócrates nos quejamos de las generaciones más jóvenes. Soy una optimista antropológica, estoy convencida de que el 10% de los mejores de ahora son mucho mejores que el 10% de los de hace 40 años. Tenemos que ver el compendio de todo, ahora se abarca mucho más. Igual tenemos gente menos especializada pero con más conocimientos.

- ¿Cómo cambiará el examen de acceso a la universidad por competencias?

- Habrá que estudiarlo. Tenemos que ser muy exquisitos con cualquier cambio que hagamos. Cómo examinas condiciona qué preparación se hace en Bachiller. Los estudiantes se juegan mucho, así que debemos ser muy cuidadosos con las modificaciones que se introduzcan.

- ¿Qué recomienda a un futuro estudiante a la hora de elegir grado?

- Nunca he aconsejado fijarse solo en qué tiene mayor salida. Debe preguntarse en qué grado se ve fuerte. Los mayores fracasos los he visto en personas que estaban donde no tocaba, por influencias de todo tipo. Y una vez que sabes dónde, hay que darlo todo.

- ¿Cuál es la apuesta para el campus de Gipuzkoa?

- Alrededor de la salud nos ocupa dotar de buenas infraestructuras al área de Medicina y Enfermería. Fortalecemos el campus. Lo último es la apuesta por la computación cuántica. Y hay proyectos interesantes que están en marcha de los que poco más puedo contar.