Educación bajará las ratios de alumnos en los colegios vascos para evitar el cierre de aulas

El número de alumnos para conformar un aula se reducirá en el futuro sistema educativo vasco. La causa no es otra que el descenso de la natalidad. Educación bajará las ratios tanto en la red pública como en la concertada. Pasará de exigir 17 estudiantes en Infantil y Primaria a tan solo 11 estudiantes en los centros públicos, y a 13 en el caso de los concertados, salvo que sea el único colegio de la localidad, cuyo mínimo se equiparará a la red pública.

El Departamento de Educación tiene ya el borrador por el que se establecen los nuevos criterios de ordenación y planificación de la red de centros de enseñanza obligatoria. Se trata de un documento en el que se establecen las normas en el reparto de alumnos –cada vez más escasos en Euskadi– del futuro sistema educativo vasco, en el que se integra la red pública y concertada bajo el paraguas de centros sostenidos con fondos públicos. Antes de poner sobre el papel los números, representantes de Educación han mantenido reuniones con colegios para dar a conocer sus intenciones y recoger sus impresiones.

Solo durante la última década el número de alumbramientos en Euskadi ha descendido un 30% y eso tiene irremediablemente su reflejo en las aulas. La bajada del número de alumnos por aula –6 en el caso de la red pública, 4 para los colegios concertados– busca garantizar la supervivencia de los centros escolares que, de otra manera, y con las ratios aprobados en 2016 de un mínimo de 17 menores en los ciclos más bajos, se verían obligados a cerrar líneas y tendrían muy comprometido su futuro, más aún cuando las previsiones de nacimientos no son al alza.

La configuración del mapa escolar a partir del curso que viene se entiende como un elemento dinámico en el que intervienen diferentes factores y se establecerán criterios de evaluación para su ajuste. Tanto es así que el mismo decreto mantiene en Secundaria un mínimo de 17 alumnos para conformar un grupo. La misma cifra se exigirá en Bachillerato. La única excepción en los dos cursos previos a la universidad será en caso de que en un modelo lingüístico concreto solo exista un grupo y no sea posible juntar alumnado de dos modelos diferentes; en ese caso, se permitirá hacer un aula con diez estudiantes.

Ese dinamismo hace que el propio decreto se cubra las espaldas para los próximos años, ya que los alumnos que en septiembre empiecen primero de Primaria, en el curso 2029-30 estarán ya en la ESO, por lo que si su aula tiene 11 o 13 alumnos, dependiendo la red en la que estudien, difícilmente dentro de siete años contará con más estudiantes.

Los centros deberán contar con al menos dos líneas por curso para una optimización de los recursos a no ser que se trate del único centro de la zona. Fuera de esta premisa están las 'Eskola Txikiak'. Si escolarizan alumnos de 2 a 6 años, deberán contar con al menos 8 menores. En el caso de que tengan estudiantes de 2 a 12 años, deberán tener 18 estudiantes. Aun así, el borrador del decreto contempla la posibilidad de que estos colegios no alcancen estas cifras e introduce el concepto de flexibilidad cuando confluyan varias circunstancias: que sea el único centro sostenido con fondos públicos del municipio, el ayuntamiento de la localidad esté claramente implicado, la evolución de los nacimientos sea ascendente y el 80% de las familias del municipio opte por matricular a sus hijos en ellos.

Para los colegios que no sean dependientes del departamento, las ratios por aula se mantendrán en los establecidos actualmente, esto es, 17 para las etapas de educación obligatoria y 18 en Bachillerato.

El número máximo de alumnos apenas varía. La red concertada no podrá tener más de 23 menores en el segundo ciclo de Infantil y Primaria, 25 en la ESO y 27 en Bachillerato. En los centros concertados se establece un tope de 25 estudiantes en la etapa de 2 a 6 años y en la de 6 a 12 años. En Secundaria podrán contar con 30 alumnos, cinco más en el caso de Bachillerato.

La planificación escolar se prevé revisar de forma periódica y por territorios para atender las necesidades y garantizar a todo el alumnado una plaza escolar gratuita. Así, cada comienzo de curso se realizará una oferta de puestos escolares ajustado a cada zona. Cuando la demanda de plazas de un centro supere la oferta y en el mismo área existan centros con plazas libres, Educación podrá derivar los excedentes de alumnado a esos colegios. También se tendrán en cuenta las plazas reservadas para el alumnado en situación de vulnerabilidad y se garantizará la equidad. En cuanto a la escolarización de estudiantes a mitad de curso, se velará por que su inclusión en los colegios sea de manera equilibrada en una misma zona.