«Uno de cada diez niños tiene dislexia, aunque es la eterna olvidada»

- Usted suele apuntar en sus intervenciones que no se habla de la dislexia todo lo que se debería. ¿Por qué?

- Porque no tiene el respaldo que tienen otro tipo de trastornos del aprendizaje, como puede ser el caso de la discapacidad visual. ¿Cuántas campañas publicitarias recuerda sobre la dislexia?

- Ninguna.

- Exacto. Sin embargo, todos los años vemos campañas muy potentes sobre personas con discapacidad visual, porque a nivel de imagen el foco que tienen es mucho más grande.

- ¿Qué es la dislexia?

- Es un trastorno específico de aprendizaje que afecta principalmente a la decodificación, al deletreo o a la velocidad de nombrado, y que altera, en este caso, todos los niveles lingüísticos del alumnado, desde el fonológico y morfosintáctico para la estructuración de frases, hasta el fonológico y transposición de reglas de fonema y grafema. Además, obviamente, afecta en el ámbito pragmático a nivel relacional y en el ámbito léxico-semántico a nivel de tratamiento de vocabulario.

- ¿De qué se suelen quejar los estudiantes con este tipo de trastornos?

- Lo primero y más importante, que no entienden lo que se les está explicando. 'No te comprendo, Diego, ¿me puedes ayudar?', es una frase recurrente que suelo escuchar cuando estoy con ellos en clase.

- ¿Por qué?

- Porque sienten que la adaptación que se hace de los materiales académicos para ellos no es suficiente. En este caso, yo creo que además de los materiales se debe seguir trabajando con más ahínco aún en la adaptación de estrategias educativas para estos estudiantes con trastornos de aprendizaje, en pautas de intervención, en diferentes recursos...

- ¿De qué porcentaje de alumnos estamos hablando?

- Es complicado dar una cifra concreta, pero hace poco se publicó un estudio a nivel de España en el que se afirmaba que uno de cada diez niños tienen algún tipo de trastorno de aprendizaje. En el caso de la dislexia, por ejemplo, estaríamos hablando también de un porcentaje de cerca del 10%.

- ¿La atención a este tipo de estudiantes con necesidades educativas especiales es el gran reto del sistema educativo?

- Seguramente sea uno de los más importantes, sin duda. Es cierto que en los últimos años se están dando pasos en la dirección correcta, especialmente en la enseñanza ordinaria, donde se está dejando de lado el concepto de la integración para dar paso a la inclusión educativa.

- ¿Cuál es la diferencia entre integración e inclusión?

- A ver, el gran objetivo es que el alumno se sienta incluido dentro del aula, ¿no? Le pongo un ejemplo. Yo puedo integrar en clase a una chica con discapacidad visual y puedo realizar adaptaciones de los materiales para ella, pero puede no sentirse incluida porque estamos marcando una diferencia entre los demás y ella. Lo que debemos buscar, como profesores, es presentarle la materia de forma cognitivamente más fácil, para que esa chica pueda aprender los mismos contenidos y tenga los mismos objetivos que su compañero.

- Entiendo que esto implica para los docentes una vuelta de tuerca más en su trabajo, ¿no?

- Dar una atención de calidad y óptima a este colectivo de alumnos exige un compromiso alto y un nivel muy grande de coordinación con la dirección del centro escolar. Aquí es importante destacar que no todos los profesores tienen los mismos conocimientos y no todos tienen acceso a los mismos recursos formativos.

- ¿Qué les diría a los docentes que se quejan de que necesitan más ayuda con los alumnos que tienen discapacidades sensoriales?

- Que tienen razón y que eso está provocando un 'burnout' en este gremio. Por ejemplo, vamos a pensar en el caso de una profesora que tiene en clase un chico con TDH, otro con dislexia y otro con discapacidad visual. Va a tener que hacer un esfuerzo mayor para adaptar los contenidos a cada uno de ellos y debe tener muy claro qué tiene que hacer y cómo debe hacerlo.

- Por lo que ha podido comprobar en su experiencia, ¿los centros escolares están abiertos a colaborar?

- Sí, pero no es tanto colaborar, sino el hecho de dar a los profesores las herramientas necesarias para que estén formados y puedan enseñar a estos estudiantes igual que lo hacen con los que no tienen discapacidades.

- ¿Cuál es el problema con las segundas lenguas y las extranjeras entre los estudiantes con dislexia?

- Para empezar, es un ámbito con mucho margen de experimentación. El criterio de adaptabilidad de materiales educativos para enseñar euskera a una estudiante con dislexia, por ejemplo, es más complejo. En la discapacidad visual ya hemos mencionado que hay más apoyo a nivel institucional. La dislexia es la eterna olvidada, hay un halo de opacidad si la comparamos con otro tipo de discapacidades sensoriales. En todo caso, hace falta más investigación científica para ayudar a las personas que tienen trastornos del aprendizaje como la dislexia.