«Ahora somos más conscientes de que en las redes hay pederastas»
La alarma desatada por los chats sexuales entre escolares ha puesto el foco en la importancia de la prevención. «No sabía que compartir una de esas fotos es delito», dicen alumnos guipuzcoanos en las charlas que imparte la Ertzaintza
Son las diez de la mañana y hace una hora que ha arrancado la sesión. A pesar de los nervios del principio, los alumnos terminan ... hablando con sinceridad con Mikel, Leire y Txebi, tres agentes de la Ertzaintza especializados en tratar sobre los peligros de internet con menores en las aulas. Son alumnos de 2º de la ESO del colegio Mary Ward de Donostia, que han cogido confianza y se sienten «cómodos y sin tensión» para hablar sobre pornografía infantil, 'sexting', 'grooming', 'bullying' y 'ciberbullying' o sobre cómo utilizar adecuadamente una 'webcam', entre otras cosas. «Ahora somos más conscientes de que en las redes sociales hay pederastas», confiesa una de las 16 chicas de la clase de 2º de la ESO. «La verdad es que tememos que cojan nuestras fotos de redes sociales y las usen en otras cuentas o para hacerse pasar por nosotras, algo que ya le ha pasado a una compañera», lamenta.
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Si de algo sirven este tipo de charlas, además de para informar a los menores sobre las posibles consecuencias de un mal uso de internet, es para poner encima de la mesa posibles casos reales. De hecho, los agentes reconocen que resulta «bastante común» ir a un centro y que, tras exponer varios casos ocurridos en el territorio, «salgan a la luz historias que después acaban siendo incluso investigadas». En el último año, en Euskadi se han realizado 1.000 actividades con alumnos desde 5º de Primaria hasta los 13 años, 306 de ellas en Gipuzkoa, llegando a un total de 9.200 niños y niñas del territorio. «Son muy constructivas», confirman estos policías.
«Un amigo me metió en los chats porno de Aldapeta, pero enseguida me salí, lo denuncié y avisé a mis padres»
Saioa Irazu
Alumna 2º ESO
Tanto es así que gracias a las conferencias recibidas en años anteriores, Saioa Irazu pudo detectar la gravedad del contenido de los chats en los que fueron incluidos miles de estudiantes guipuzcoanos el pasado mes de noviembre y que tanta alarma social causaron. «Un amigo mío estaba dentro y nos metió tanto a mi padre como a mí porque nos tenía en su lista de contactos», cuenta. «Mandaban 'stickers' y fotos porno, pero yo en cuanto entré y lo vi me salí, lo denuncié y se lo dije a mis padres», asegura. Este caso, que está siendo investigado por la Fiscalía, ha puesto de manifiesto la importancia de trabajar en la prevención y educación de los chavales; prioridad también para la Ertzaintza.
Acceso a las redes
El móvil acompaña a estos jóvenes a todas partes. Probablemente no habrá mayores expertos tecnológicos en 'reels', 'likes' y 'selfies', pero también son el flanco más vulnerable a la hora de protegerse ante los riesgos de internet y las redes sociales. «No sabemos tanto de internet como pensábamos», reconoce Alain Asteasuizarra tras escuchar con atención la charla impartida por los agentes. «Me ha parecido interesante para aprender algunos términos como 'grooming', que ni me sonaba y, sobre todo, para saber que ciertas cosas que hasta ahora nos parecían normales e incluso hemos hecho en alguna ocasión pueden suponer un delito», añadía este alumno mientras el resto de sus compañeros dialogaba sobre el mismo asunto. Por poner un ejemplo, este joven desconocía que no está permitida la difusión de una fotografía sin el consentimiento de la o las personas que aparecen en ella.
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«Ahora ya sé que mandar una foto con un amigo sin su consentimiento puede ser un delito»
Alain Asteasuizarra
Alumno 2º ESO
Preguntados por quiénes cuentan con perfil en alguna red social, llama especialmente la atención que la gran mayoría ya está presente tanto en Instagram como en TikTok, dos plataformas a las que se aconseja no acceder hasta al menos los 14 años. Todos aseguran, eso sí, habérselo creado bajo la supervisión de sus padres . «Usan con nosotros la aplicación Family Link», remarcan, cuyas herramientas permiten conocer a qué dedican el tiempo sus hijos cuando están con sus dispositivos o gestionar la configuración de privacidad. «Si los progenitores revisan las condiciones que sus hijos aceptan para poder crearse una cuenta en redes sociales y las mantienen privadas no se corre tanto peligro», señalan los agentes.
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En medio de la charla se destapa uno de los temas más comentados en la actualidad: los perfiles falsos. Los alumnos se miran unos a otros y sale alguna que otra sonrisa. No es algo que desconozcan. «Son muy peligrosos», advierten Mikel, Leire y Txebi. «No se sabe quién está detrás de ellos ni cuáles son sus intereses, así que nunca habléis con gente desconocida», recomiendan.
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La huella digital
Otro de los aspectos que los ertzainas intentan hacerles ver es que «cuando navegamos por internet, tomamos decisiones importantes cada segundo». En muy poco tiempo decidimos si entrar o no en una página, si hablar con una persona o si compartir una fotografía o vídeo, y cuando algo de esto pasa «siempre dejamos un rastro. No todo se borra», afirman los tres policías antes de recalcar que «no venimos aquí a meterles miedo, pero sí a decirles que deben estar alerta», en referencia a la huella digital.
Que estos menores abran los ojos es el objetivo de estos policías especializados en hablar sobre los riesgos de internet. «Si en estos ratos que pasamos con ellos les hacemos ver que estas realidades existen, nuestro objetivo está cumplido», concluyen.
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