La investigadora de la UPV/EHU Gema Varona, en el exterior del centro Carlos Santamaría del campus de Ibaeta. Usoz
Gema Varona

«No es creíble decir que solo hay unos pocos casos de abusos sexuales en la Iglesia de Gipuzkoa»

Vasco de Criminología ·

«Antes de hablar de prevención hay que saber lo que ocurrió. De lo contrario, ¿cómo vas a prevenir?», asegura la investigadora de la UPV

Javier Guillenea

San Sebastián

Domingo, 6 de febrero 2022

La doctora del Instituto Vasco de Criminología de la UPV/EHU Gema Varona ha investigado durante años los abusos sexuales dentro de la Iglesia católica ... española y ha participado en el estudio más ambicioso sobre esta cuestión que se ha realizado en España. «Las víctimas quieren un reconocimiento de que lo que les pasó sucedió realmente, que no se lo inventaron», dice.

Publicidad

- La Fiscalía General del Estado ha pedido a los fiscales que remitan todos los procedimientos penales sobre abusos sexuales en la Iglesia. ¿Qué busca concretamente?

- Pide datos desagregados, porque dentro de las memorias anuales de la Fiscalía General del Estado no se puede discriminar quién es el autor. Ahora lo que se está pidiendo es que por provincias se vea esto en los expedientes.

- ¿Qué va a salir a la luz?

- Va a ser la punta de la punta del iceberg porque la mayor parte de los casos están prescritos. No sé hasta qué punto la fiscalía continuará investigando porque en principio la prescripción es una de las causas de extinción de la responsabilidad penal. Sin embargo, hay casos abiertos, lo que nos da una indicación de que es un problema que persiste.

- Otra vía es la de la creación de una comisión parlamentaria. ¿Qué puede dar de sí?

- No tengo grandes expectativas, no creo que pueda responder correctamente a las necesidades de las víctimas.

- ¿Por qué?

Publicidad

- Porque las víctimas necesitan un espacio fuera de disputas partidistas, necesitan espacios de acogida que se adapten a sus necesidades, tienen que estar fuera de los focos. Esa comisión tiene que ser independiente, formada por profesionales especializados que se ganen la confianza de las víctimas. Lo ideal es tener comisiones independientes con colaboración de la Iglesia y con profesionales que puedan escucharlas.

- ¿Cuál debería ser el objetivo de esa comisión?

- Tendría que estar presidida al menos por el propósito de no hacer más daño a las víctimas. Es una comisión con un objetivo de bien común para toda la sociedad, no solo para las víctimas. Tendremos que intentar su igualdad de acceso a la comisión y garantizar el anonimato, la no exposición. Y hay que ver también qué hacemos con los testimonios y las fuentes documentales que se recojan, porque eso no se puede quedar ahí, no se puede hacer todo ese trabajo y decirle luego a las víctimas que no se va a iniciar un mecanismo de reparación.

Publicidad

- Para que la comisión logre algo necesita la colaboración de la Iglesia.

- Todos los estudios arrojan un porcentaje de un 4% del clero que de alguna manera podría haber cometido abusos, otra cuestión es que haya habido prácticas de ocultamiento y encubrimiento no penalmente jurídicas, pero sí malas prácticas éticamente reprochables de silenciamiento. La inmensa mayoría de las personas que integran la Iglesia están ahí para ayudar a otras, lo que hace que sea incoherente esta mala respuesta. Yo creo que para la Iglesia es una gran oportunidad para ponerse en primer plano como una institución que previene este tipo de abusos que sabemos que se cometen. Es una gran oportunidad para ganarse la confianza y sobre todo para responder a las víctimas, que no se merecen ese trato y que piden cosas razonables.

Oportunidad

«La Iglesia está ante una gran oportunidad de ponerse en primer plano como institución que previene los abusos»

Reconocimiento

«Hay historias horribles de personas que lo que quieren es que les digan a sus padres que lo que les pasó ocurrió de verdad»

- ¿Qué piden?

Publicidad

- No piden venganza sino que se las escuche. Quieren un reconocimiento de que lo que les pasó sucedió, que era inmerecido, que hubo una mala respuesta y que no volverá a suceder, que se han puesto los medios para ello. Algunas víctimas entienden que la reparación son esas garantías de no repetición.

- ¿Por qué la Iglesia española es tan reticente a abrir las ventanas?

- Se tiene miedo. Se ha tardado mucho en actuar y esa tardanza ha hecho que se incrementen los miedos.

- ¿Es miedo a que haya una explosión de casos?

Publicidad

- Miedo a eso y al descrédito reputacional, pero si no investigas tú te terminan investigando; por eso también tenemos que tender la mano, colaborar, ganarnos la confianza de la Iglesia para poder colaborar.

- La Iglesia española ha creado protocolos de prevención. ¿Es suficiente?

- Y también se han abierto algunas oficinas de atención a víctimas. La cuestión es si hemos empezado un poco la casa por el tejado. Claro que tiene que haber medidas de prevención, pero el papel lo resiste todo. Algunos protocolos fueron criticados por víctimas porque parecían más preocupados en evitar la responsabilidad civil subsidiaria por culpa 'in vigilando'. Leías el texto de los protocolos y parecía que iban más en ese sentido. Antes de hablar de prevención, o al menos simultáneamente, tienes que saber qué ha pasado por que si no, ¿cómo vas a prevenir? La cuestión está en que para prevenir tenemos que saber cómo fue posible el abuso. Algunos sacerdotes con los que he hablado me dicen, refiriéndose al abusador, que cómo van a denunciar a su hijo. Esa es una visión que ve al abusador como hijo o hermano pero no ve a la víctima, que en ese sentido también es hija o hermana. Esto ha hecho que se perpetúe la ley del silencio

Noticia Patrocinada

- ¿Cuántos casos hay contabilizados en Euskadi?

- No puedo dar una respuesta porque no se han contabilizado. Hay datos periodísticos y son pocos en comparación con otras comunidades autónomas. Lo que ocurre es que la única base de datos disponible en España es la que ha hecho recientemente un periódico. Esto es muy extraño. Nosotros intentamos hacerlo pidiendo colaboración con la Iglesia pero no hemos tenido respuesta. Si no se abren los archivos es imposible medir el alcance de los abusos. Nosotros hemos colaborado con unas cien víctimas en el País Vasco.

- En Gipuzkoa la cifra que da el Obispado es de cinco víctimas.

- Para atenernos a un rigor metodológico, por comparación con otros territorios y considerando el peso de la Iglesia católica en Gipuzkoa, personalmente creo que son pocos, que hay más. Si lo que nos quieren decir es que en sus archivos hay cinco casos desde 1950, eso es absolutamente no creíble. Otra cosa es que sus archivos no hayan recogido todos los casos pero entonces, ¿por qué no lo han hecho? Quizás esa sea la pregunta. Cinco casos desde 1950 no es realista si pensamos en el peso de la Iglesia católica en Gipuzkoa.

Publicidad

- La Iglesia dice que estos abusadores son manzanas podridas, que no es algo generalizado.

- Una de las víctimas decía que a los que afirman esto se les olvida que una cesta de manzanas podridas al final va pudriendo al resto. Y también se preguntaba qué son las víctimas en la cesta, quiénes son. ¿Son la cesta, las manzanas o ni siquiera cuentan?

Secretismo

«Si no se abren los archivos eclesiásticos es imposible medir el alcance de los abusos sexuales»

Desamparo

«Si un religioso me hace eso y además me está diciendo que Dios lo quiere, ¿cómo voy a confiar en los demás?»

- ¿Estas víctimas se sentían desamparadas, incluso por sus familias?

Publicidad

- Esto es muy triste. Hay personas que eran monaguilllos y querían ser sacerdotes, y el cura era su figura ideal y quien de repente te ayudaba. Hay un abuso de poder en el sentido de que se va ganando la confianza poco a poco, no es algo de la noche a la mañana. Podría tratarse de un niño acomplejado o que sufría 'bullying' o que destacaba, a veces eran familias que recibían el soporte de la Iglesia y cuando la víctima comenta en casa lo que le ocurre le dicen que no será para tanto o no le creen. Hay historias horribles de personas que sostienen que lo que quieren es que, aunque su padre o madre esté con alzhéimer, alguien les diga que esto ocurrió de verdad, que él no se lo inventó.

- Les hablaban del cielo pero les hacían vivir el infierno.

- El abuso sexual en la infancia es una ruptura de tu autoimagen, de la confianza en ti mismo, que terminas pensando que te lo merecías, que has hecho algo para ello. Es una ruptura de la confianza en los demás porque si la persona que me tiene que proteger en un colegio, que encima es mi confesor, que encima es la persona a la que yo admiro como modelo de vida, que se supone que es mi interlocutor con Dios, si esa persona me hace eso y además me está diciendo que Dios lo quiere, ¿cómo voy a confiar en los demás?

Publicidad

- ¿Cree que los abusadores confesaban sus pecados?

- Sí, claro. Nos hemos encontrado con víctimas que nos han dicho que su abusador les decía que ya se iba a confesar. Esto es muy importante, porque lo que hace particular la victimización de abusos sexuales en la Iglesia es la traición de la confianza no solo institucional sino también espiritual.

«El abusador les llegaba a decir que aquello era una forma de llegar a Dios»

- ¿Qué les lleva a los abusadores a actuar así? ¿Cuál es el caldo de cultivo en el que se mueven?

- Hay muchos estudios y muy controvertidos. Lo que estamos viendo en todo esto es un abuso de poder. Hay muchas personas que realmente creen que están por encima del bien y del mal, que son diferentes por su condición de religiosos. Ellas mismas se autoconvencen, es lo que en criminología llamamos técnicas de neutralización de la culpa, de decir que no es para tanto, que en realidad la víctima lo quería o lo provocaba. En estudios que se han hecho en otros países hay personas con problemas graves de pedofilia, que siente atracción sexual por los niños, pero para otras personas simplemente fue una cuestión de oportunidad.

- ¿Cómo recuerdan aquello las víctimas?

- Cuando nos relatan el primer momento hablan de confusión, es un lío mental impresionante que se mantiene en el tiempo. Una de las víctimas me dijo: 'después de que fui abusado tres veces empecé a correr sin saber a dónde, solo quería correr'. El silencio de las víctimas era la impunidad de los victimarios, y ellos trataron de perpetuar ese silencio. Cuando algunos dijeron hasta aquí hemos llegado, el abusador les llegaba a decir que eso lo quiere Dios, que es una manera de autoconocerse, una manera de llegar a Dios o que son gestos de cariño. Después, a lo mejor les decían 'quién te va a querer' o 'no te voy a apoyar más en tus estudios' o 'fíjate qué va a pensar tu familia' o va salir todo lo que hemos hecho' y, por supuesto, que 'no va a volver a pasar'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad