Bombones con oro hechos en Bera

«Una puesta de sol desde la Corniche hace cinco años, con la media esfera hundiéndose en un horizonte de mar, así nació la idea», explica Juan Mari Iriarte Baleztena. En su despacho de Bera no hacen falta ambientadores. El olor a chocolate negro lo inunda todo. En las baldas descansan sus creaciones: los bombones semiesféricos recubiertos por una fina capa de oro y las tabletas de chocolate con copos también de oro. Son las propuestas innovadoras y únicas que acaba de lanzar, bajo su marca 'Ekhi', «sol, en el euskera de Iparralde».

Tras media vida en el obrador familiar, donde el olor de la bollería recién horneada se mezcla con el de los pasteles de toda la vida y en el que no falta el hojaldre con forma de salmón relleno de nata y crema característico de la pastelería 'Jaione', Juan Mari, de 34 años, siguió formándose en torno a su pasión: el chocolate. «Creo que nació al ver a mi padre trabajando con él, con su textura, al fundirlo, con el olor...», evoca. Pasó por la Escuela de Pastelería de Barcelona, por Vic, por el Basque Culinary Center, fue el primer navarro con un Máster de Chocolate y trabajó en el Celler de Can Roca.

«Pero cuanto más estudiaba, más me daba cuenta del camino que no quería seguir: el de los colorantes. Todo en la innovación de este mundo pasa por ellos y yo prefiero respetar el chocolate de origen. Quería seguir mi propio camino y ya tenía la idea en la cabeza, fusionar el chocolate con el oro». Del Can Roca se vino con la confirmación de que «es importante que cada creación tenga una historia detrás».

Así que siguió su instinto y volvió a Bera. «Todo a escondidas de mi familia y de mi chica. No quería contarles nada hasta que lo tuviera resuelto y tuve que hacer muchas pruebas. De hecho la primera vez que compré oro me timaron», sonríe. «Pero como soy muy cabezón y he aprendido desde siempre en casa eso de hacerlo tú mismo, seguí adelante».

Cuando lo tuvo, cuando consiguió que la fina capa de oro descansase sobre el bombón, se lo mostró. «Se quedaron sin palabras», explica.

Cada uno de estos bombones semiesféricos pesa aproximadamente 22 gramos. El chocolate contiene 71% de cacao ecológico y proviene de Perú, la cobertura externa es una capa de oro fino traído desde Alemania, y el relleno es chocolate con leche ecológico y praliné de avellanas italianas. Ha registrado la marca y también, la patente.

Y ahora ha llegado el momento de las ventas. «Tenía claro que podía encajar muy bien como un regalo de empresa. Y cuando lo tuve entre las manos, pensé en Marbella, por lo del lujo extravagante». Además de on line, en la página Ekhichocolates.com, los vende ya en algunas joyerías y cuenta con el sello de calidad otorgado por Luxury Spain, una asociación que busca reunir a las principales marcas y productos de lujo con origen español.

«Pero nos ha sorprendido que también se están vendiendo en la pastelería de Bera. Al final, es una joya comestible», cuenta.

Además, de los bombones, que cuestan 80 euros la caja de dos unidades, ha puesto a la venta tabletas de chocolate de Ghana, Madagascar y Venezuela con copos de oro, a 25 euros, un lujo para el paladar.