Una experta en el hogar lo tiene claro: «Luz natural, ventilación cruzada y suelo radiante»
La autora y experta en Neuroarquitectura ha desgranado las claves para tener un hogar sano y amigable
J.M.
Lunes, 4 de noviembre 2024
La importancia del hogar sobre los hábitos saludables y una rutina estructurada está cada vez más demostrada. Mantener el dormitorio ordenado, las habitaciones recogidas y contar con una correcta ventilación en la vivienda son de gran ayuda en el día a día de las personas para sentirse más activas y saneadas en su propia casa. Una serie de detalles que a veces pueden pasar desapercibidos pero marcan la diferencia, tal y como ha explicado la arquitecta especializada en neurociencia Ana Mombriedo.
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Así, recientemente en el podcast 'Tengo un plan', la reconocida autora y conferenciante expuso varias claves relacionadas con la neuroarquitectura con las que convertir tu vivienda en un entorno amigable. «Aire limpio quiere decir cuerpo limpio y luz natural quiere decir sé dónde estoy. Los ritmos circadianos del cuerpo funcionan sobre todo a través de la luz solar. Entonces, si ya además tenemos un dormitorio de manera que nos podemos despertar con la luz del amanecer, esto es fantástico para el cuerpo porque es el despertador natural. Si no se puede, no se hace, pero sería lo ideal», señala Ana Mombriedo como primera clave para sentirnos siempre sanos en el hogar.
Junto a la importancia de contar con luz natural en las viviendas, Mombriedo destaca la relevancia de un correcta y asidua ventilación, preferiblemente si es cruzada. «Lo suyo es que sea cruzada, poder ventilar tanto en verano como en invierno, de manera que haya una corriente de aire y que el aire usado, el aire viciado, salga de la vivienda», detalla.
Otro de los puntos que pueden marcar la diferencia es el sistema de calefacción con el que esté equipado el edificio. Así, en el caso de poder escoger la arquitecta recomienda que «lo ideal es tener suelo radiante o que se calienten los materiales, o sea, que se calienten las paredes, que se caliente el suelo.
«Si calentamos el aire, estamos tirando energía porque el aire caliente abres la ventana y se pierde. Lo interesante es que los materiales de construcción sean los que almacenan el calor. En arquitectura esto se llama inercia térmica», sostiene.
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Entre las alternativas, Mombriedo destaca también la piedra. «Es un material con alta inercia térmica. Almacena calor y lo conserva durante gran tiempo».
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