Amplio apoyo al segundo Euskaraldia

Las circunstancias actuales, marcadas por la distancia social, las mascarillas o, directamente, los confinamientos, no son las más idóneas para un ejercicio que se basa fundamentalmente en la comunicación y las relaciones interpersonales. Aun así, la segunda edición de Euskaraldia arranca hoy con un amplio apoyo de la ciudadanía, que pese a la incertidumbre y a las limitaciones ha renovado la apuesta que realizó por primera vez hace dos años. Decenas de miles de personas se disponen vivir quince días prestando una especial atención a sus hábitos lingüísticos, para ir modificándolos y ofrecer un espacio cada vez más amplio al euskera en su vida cotidiana.

Según datos provisionales facilitados ayer por la Viceconsejería de Política Lingüística del Gobierno Vasco, que junto con Euskaltzaleen Topagunea promueve Euskaraldia, ya son 147.000 las personas de toda Euskal Herria que, como ahobizi o belarriprest, se han comprometido a participar en ese gran experimento colectivo –y también individual– que es Euskaraldia.

El arranque oficial tuvo lugar a las 19.00 horas de ayer en el teatro de Antsoain, donde miembros de las comisiones ciudadanas de Navarra –en representación de los miles de voluntarios que han hecho posible que Euskaraldia se organice en 421 municipios de toda Euskal Herria–, participaron en un acto presentado por los periodistas Juan Kruz Lakasta y Lohizune Amatria.

Los organizadores, además de agradecer el amplio apoyo recibido desde que hace dos meses se abrió el plazo de inscripción, hicieron un último llamamiento a quienes todavía no se han sumado a lo que, a partir de hoy, será «un ejercicio práctico para cambiar los hábitos lingüísticos y agitar las inercias».

En otro acto –una entrega simbólica de chapas que tuvo lugar en San Sebastián–, en el que tomaron parte el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia; Estibalitz Alkorta, directora de Promoción del Euskara del Gobierno Vasco y representantes de las comisiones de diversos barrios donostiarras, la coordinadora de Euskaraldia, Arrate Illaro, se mostraba convencida de que el apoyo social será más amplio en los próximos días.

Illaro admitía que hace apenas tres semanas los datos parecían presagiar un evidente y en gran medida comprensible descenso en la participación, ya que el número de inscritos apenas superaba los 70.000. Ella, no obstante, estaba convencida de que las cosas iban a cambiar, y así ha sido. «También en el primer Euskaraldia hubo mucha gente que apuró los plazos para inscribirse en el último momento. En esta ocasión, además, ha habido bastantes dudas. Había gente que pensaba que al haber participado en la primera no tenía que volver a inscribirse, y también quienes creían que bastaba con apuntarse en un arigune», afirmaba.

A diferencia de lo que sucedió hace dos años, cuando la calle fue el mejor vehículo de comunicación de Euskaraldia, las limitaciones que restringen la vida social han condicionado mucho la campaña previa, y la incertidumbre también ha hecho mella. Por ello, el plazo de inscripción, cuyo cierre estaba previsto para ayer, se ha prorrogado hasta el próximo martes, día 24 de noviembre. Las inscripciones deben realizarse –el proceso es sumamente sencillo– en la web euskaraldia.eus.

Los datos provisionales confirman que el rol por el que se inclinan la mayoría de los participantes es el de ahobizi, que compromete a dar prioridad total al euskera durante los quince días, lo que implica un buen conocimiento de la lengua. De momento, el 79% se ha inscrito para actuar como ahobizi y el 21% lo hará en el rol belarriprest, al que la ciudadanía al parecer le ve poco encanto pero que los expertos consideran crucial. Las personas que entienden euskera aunque no lo hablen con fluidez, e invitan con su chapa de belarriprest a que se dirijan a ellos en euskera son, utilizando una expresión de Pello Jauregi, uno de los investigadores que más ha contribuido a desarrollar la metodología sobre la que se asienta Euskaraldia, «el colchón que se necesita para aumentar el uso del euskera».

En cuanto a la distribución territorial, es un reflejo fiel de la realidad del euskera. Así, el 44% de los inscritos son de Gipuzkoa, el 33% de Bizkaia, el 12% de Araba, el 12% en Navarra y el 2% en Iparralde. Destaca también el alto porcentaje de mujeres (63%) y el número significativo (27%) de inscritos que no participaron en la primera edición.

Por el momento, ese amplio apoyo social, que se irá ampliando en los próximos días, es la principal certidumbre de un Euskaraldia más digital que el precedente que se desarrollará en el escenario incierto de la pandemia.