San José esquiva su primera derrota

Beñat San José sigue sin conocer la derrota como entrenador del Eibar, aunque en esta ocasión le tiene que dar las gracias al central del Málaga Nelson Monte, que solo dos minutos después de que el cuadro boquerón le diera la vuelta al gol que Bautista había anotado al filo del descanso, batió a su propio portero al intentar despejar de cabeza una falta colgada al área por Matheus. El empate final dejó a ambos equipos como estaban, los armeros un pasito más cerca de certificar su salvación y a los malacitanos un poco más de aire respecto al descenso que le amenaza.

No es el resultado deseado por un técnico donostiarra empeñado en alimentar el orgullo recuperado desde su llegada ofreciendo la mejor versión posible del estilo de juego que ha implantado. De ahí que se mantuviera firme al plan de acción que utilizó de inicio en Zaragoza, con el único cambio obligado por la ausencia de Xeber Alkain, aquejado de unas molestias en el pubis.

Su plaza en el once se la entregó a Iván Gil, jugador cedido por la UD Las Palmas, que apenas había podido de disfrutar de cuatro partidos antes de que una lesión muscular le tuviera dos meses fuera del equipo hasta que reapareció colgando al área la falta que Magunagoitia cabeceó para anotar el gol del empate frente al Oviedo hace dos semanas.

Y, aunque de primeras el Eibar se instaló en campo contrario, poco a poco los armeros fueron perdiendo fuelle, apretados por un cuadro malacitano obligado por su necesidad de huir del borde del precipicio al que ha ido cayendo en barrena tras no haber sido capaz de sumar más que tres de los últimos 18 puntos en disputa.

De hecho, el primer aviso de sus intenciones llegó cuando solo habían transcurrido ocho minutos de juego a cargo de Lobete, especialmente motivado en su vuelta a Euskadi.

Aunque su remate ajustado al palo no consiguió sorprender a Jonmi, fue el detonante que impulsó a los malagueños a seguir rondando el área azulgrana.

Una insistencia que, poco después, cuando el cronómetro avanzaba hacia la media hora de juego, estuvo cerca de reportarle un penalti por una carga de Corpas sobre Dani Sánchez que en un principio el árbitro señaló. Sin embargo, el manchego fue a analizar la acción repetida en el monitor y, efectivamente, pudo comprobar que se había equivocado y, con buen criterio, anuló su decisión.

Esa fue la espoleta que el Eibar necesitaba para soltar amarras y empezar a buscar a un Bautista que parecía que no estaba, pero que apareció de manera eficiente en el añadido de la primera mitad para ponerle el lacito al excelente pase filtrado que le regaló Matheus.

Pero si alguien pensó que el Málaga iba a tirar la toalla, se equivocó de pleno, y eso que su corazón dejó de latir cuando Antonio Puertas aprovechó un pase de Bautista para marcar un gol que fue anulado por fuera de juego previo del delantero.

Sin nada más que perder, los visitantes se lanzaron entonces en tromba hacia una meta azulgrana que Diego Murillo encontró cuando se cumplía el primer cuarto de hora de la reanudación a la salida de un córner en el que ganó la posición a Arnau Comas, y volvió a dar con ella diez minutos después gracias a un latigazo del canterano Rafita que dobló la manopla de Magunagoitia.

Pero mientras aún coleaba la celebración de un gol que daba la vida al Málaga, Nelson Monte se la quitó marcando en propia puerta al tratar de despejar una falta colgada por Matheus. Y aún hubo más emociones, pero el marcador no se movió.