Ansia por lograr el primer triunfo

Las derrotas sufridas en las dos jornadas iniciales ante el Huesca (2-0) y la Ponferradina (0-1) empiezan a pesar en el ánimo de los seguidores azulgranas, que no se encuentran tan tranquilos como aparenta estar un Gaizka Garitano confiado en que el gran potencial ofensivo que su equipo mostró en el duelo inaugural en Ipurua tenga por fin su reflejo en el marcador.

El entrenador armero no podrá contar ni con Rober Correa ni con Esteban Burgos, pero los restantes 22 componentes del plantel están prestos y dispuestos a conseguir por fin los goles que conduzcan al equipo al primero de los muchos triunfos que necesitarán para alcanzar la meta.

La confianza del vizcaíno en el gran potencial que tiene entre manos es máxima, puesto que como él mismo recordó, al Eibar no le han faltado ocasiones claras en ninguno de los dos choques que ha perdido. Con otra semana más de plazo para ajustar las piezas, los resultados positivos deben empezar a caer para que la necesidad no pase a convertirse en una urgencia que atenace a sus jugadores.

Dada la excelente imagen que mostró la escuadra eibarresa ante la Ponferradina, no se esperan más cambios que el posible estreno de Toño, en detrimento de Glauder, en el lateral izquierdo.

La gran incógnita por despejar era saber si Expósito figuraría entre los miembros de la expedición y, dado que el último entrenamiento se llevó a cabo ayer por la tarde en Ipurua, hubo que esperar hasta las 21.00 horas para comprobar que el catalán, que supuestamente se autodescartó de la lista definitiva ante los bercianos, sí que viajará con sus compañeros a Burgos. Que juegue o no ya no está en sus manos.

Tras solventar los dos primeros compromisos como visitante con una derrota por la mínima ante el Sporting y un meritorio empate arrancado en casa del Leganés (0-0), el Burgos afronta pleno de ilusión el estreno en su feudo, donde contará con el apoyo de 4.777 socios blanquinegros que han agotado todo el papel disponible para cubrir el 40% del aforo de un Plantío remodelado ante su vuelta a Segunda.

Su entrenador, Julián Calero, cuenta los minutos para reencontrarse con su parroquia ante uno de los equipos que considera favoritos a llevarse el premio gordo del ascenso, aunque según afirmó en la víspera de este atractivo choque, «al Eibar hay que tenerle mucho respeto, pero ningún miedo».

El preparador blanquinegro cree que la situación clasificatoria de los armeros no se ajusta a su verdadero potencial. «Han modificado mucho su plantilla, es lógico que necesiten tiempo para su cohesión. Pero tienen un grandísimo equipo, el juego desplegado hasta ahora no les ha hecho justicia a los resultados obtenidos».

En el cuadro local, en el que militan los ex azulgranas Saúl Berjón y Unai Elgezabal, solo destaca la baja del sancionado Gago Sierra, expulsado en Butarque.