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Después de haber cortado la sangría de derrotas lejos de casa que arrastraba precisamente desde la única victoria que logró en Albacete allá por el 9 de septiembre, el Eibar fue incapaz de enlazar un segundo triunfo consecutivo en su vuelta a Ipurua casi un mes después de despedir el año con un empate (1-1) cedido en la recta final ante el Granada.
Y eso que se presentaba de nuevo ante su público con fuerzas renovadas tras el ansiado triunfo logrado en Elda (1-3) en el exitoso estreno de Javi Martínez e Iván Gil apenas unos días después de convertirse en los dos primeros refuerzos adquiridos en el mercado invernal.
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El gas de la botella que Ander Madariaga descorchó a las primeras de cambio se fue diluyendo tras un error defensivo al inicio de la segunda mitad que no hubo forma de enderezar, porque la escuadra de Joseba Etxeberria no mostró los recursos suficientes para pasar de un empate insuficiente que le vuelve a dejar atascado en mitad de la tabla.
De poco sirvió un fulgurante arranque en el que ni siquiera dio tiempo a echar en falta a un Bautista que, aquejado de unas molestias musculares de última hora, se sumó a la lista de bajas en la que Matheus y Merquelanz volvieron a figurar junto al lesionado de larga duración Troncho.
Porque al Eibar no le hizo falta adentrarse en el área contraria para generar la ocasión que le permitió tomar la delantera a las primeras de cambio. La acción se gestó varios metros atrás, en una falta forzada por Iván Gil que él mismo se encargó de lanzar, sin demasiado acierto, pero con la fortuna de que el balón, que rebotó en la barrera manchega, cayó a pies de Ander Madariaga, estratégicamente situado en la frontal esperando una posible segunda jugada.
Libre de marca, el canterano tuvo tiempo de bajar la pelota, acomodársela y sacarse de la chistera un disparo ajustado al palo derecho de Lizoain que, pese a su gran estirada, solo pudo seguir con su mirada para ver impasible cómo se introducía en su portería.
Tocado por una varita, el de Berango estalló de alegría, al igual que lo había hecho el pasado lunes en el Pepico Amat cuando anotó el gol que encarriló la remontada que reportó la segunda victoria a domicilio de la temporada en Elda.
Un alentador inicio que, sin embargo no tuvo la continuidad esperada, puesto que tras otro rebote que Jorge Pascual no consiguió concretar casi en boca de gol, la escuadra armera se vio obligada a replegarse ante el empuje de un Albacete que se negó a darse por vencido.
Y una vez más se pudo comprobar que cuando el Eibar no tiene el balón se convierte en un equipo vulnerable, que se resquebraja en cuanto los rivales consiguen superar su primera línea de contención.
Y eso que al Albacete le costó casi media hora realizar un primer disparo a puerta que Jonmi atajó. Pero ese remate con la puntera del exjugador del Amorebieta Jon Morcillo no fue más que un aviso de lo que estaba por llegar, no en vano el portero azulgrana tuvo que lucirse con una espectacular palomita para impedir que un extraño despeje de Arambarri a la salida de un córner se convirtiera en todo un golazo en propia puerta por la escuadra en el añadido de la primera mitad.
Pero tras llegar al ecuador del partido con un suspiro de alivio, el problema de fondo que se fue evidenciando con el paso de los minutos emergió a la superficie con una concatenación de errores. El más grave, obviamente, lo cometió Cristian, que presionado por Kofane perdió un balón que ningún compañero pudo recuperar antes de que Fidel lo filtrara entre líneas para que Javi Rueda redondeara una combinación que desarboló completo a la zaga azulgrana.
Buscando una reacción tan rápida y efectiva como la que su equipo protagonizó el pasado lunes, Joseba Etxeberria, que ya había retirado en el descanso a un amonestado Javi Martínez, movió ficha rápido y recurrió a Xeber para encontrar la profundidad que le estaba faltando a su juego.
Y casi le funciona, porque nada más salir, el hondarribiarra estuvo a punto de reventar la banca al recibir un pase de Antonio Puertas en posición franca, pero su gozo y el de todos los seguidores eibarreses quedó en un pozo cuando Lizoain rechazó con acierto su disparo.
Después de Xeber también fueron desfilando Guruzeta, Toni Villa y el debutante Aitor Galarza, delantero del filial que acumula ya once dianas con el equipo que marcha segundo en el Grupo II de Segunda RFEF.
Pero pese a que los tres, y en especial Guruzeta, tuvieron opciones para acabar desnivelando la balanza, no hubo forma de batir a un Lizoain que se sacó la espina del error que otorgó la victoria al Eibar en el Carlos Belmonte.
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