Huesca, primera estación para volver a subir

Empezar la competición dejando buenas sensaciones es un plus para reforzar la confianza. El Eibar, que ha sufrido una transformación radical, se presenta aún con la tarea de apuntalar un bloque, algo que reconoció ayer el entrenador, Gaizka Garitano. El equipo aún no está hecho, apenas en un mes ha llevado a cabo catorce incorporaciones y no ha habido tiempo material para conjuntar en toda su extensión. LaLiga ha empezado demasiado pronto para todos.

Garitano ha aprovechado los cinco amistosos para buscar alternativas tanto en jugadores como en sistemas. Ante el cuadro oscense, también descendido y con las mismas intenciones de retornar a Primera, es probable que el técnico eibarrés apueste por un 4-2-3-1, que ponga en liza un once combinado con jugadores de la pasada temporada y nuevos fichajes. El Eibar dispone de experiencia en la categoría con jugadores que han destacado en sus equipos y que saben lo que hay entre manos. Garitano podría decantarse por Yoel en la portería, mientras que Tejero, Burgos, Venancio y Toño formarían una defensa fuerte por dentro y rápida por fuera; de pivotes Sergio Álvarez y Javi Muñoz, dos hombres versátiles y fuertes en una zona que es sensible; y en las medias puntas con Feuillassier y Corpas como extremos derecho e izquierdo, dos hombres rápidos y habilidosos, acompañados de la llegada y poderío en el juego aéreo de Edu Expósito y en punta Blanco Leschuck, un ariete alto y fuerte que se desenvuelve bien en el área.