Ante el reto de reinventarse sin perder el paso
Renovado de arriba abajo, el Eibar afronta la Liga F con la ilusión de repetir su histórica octava plaza, pero con el reto de acoplarse a un bloque casi nuevo y a su nuevo entrenador
Es difícil hacer un pronóstico preciso de las opciones del Eibar en la Liga F 25/26 a escasas semanas del debut en Ipurua frente al Sevilla el próximo día 31. El verano ha traído un terremoto en la plantilla armera: cambio de entrenador, numerosas salidas de jugadoras y una oleada de llegadas que han modificado sustancialmente la fisonomía del equipo. La incógnita es si esta metamorfosis servirá para dar un paso adelante o si, por el contrario, obligará a un periodo de adaptación que lastre el arranque.
La marcha de Yerai Martin y la llegada de Iñaki Goikoetxea al banquillo supone un cambio no solo de cara visible, sino también de estilo. El debarra hereda un equipo que viene de firmar la mejor temporada de su historia en la élite pero que ahora afronta el desafío de reconstruirse sin renunciar a la identidad que le ha caracterizado.
En el apartado de fichajes, el Eibar ha apostado por un perfil joven y con proyección. Futbolistas como la extremo Sara Martín, excapitana del Real Madrid B, o la atacante Adela Rico representan esa apuesta por talento en desarrollo que puede dar rendimiento inmediato y crecer a medio plazo. Sin embargo, la ausencia de varias de las veteranas que sostenían el vestuario obliga a generar nuevas jerarquías internas y a que las recién llegadas se adapten rápido.
En la pretemporada, el equipo ha mostrado solidez defensiva en varios tramos, pero también cierta irregularidad ofensiva, una señal de que el engranaje todavía está en construcción. El calendario inicial no da margen a distracciones: Sevilla en casa, seguido de rivales directos por la permanencia y aspirantes a Europa en las primeras jornadas.
Por un lado, el Eibar cuenta con un bloque competitivo, una afición volcada y un gran estadio. Por otro, la magnitud de la renovación implica asumir que habrá ajustes, errores y probablemente cambios de once frecuentes en las primeras semanas. La clave estará en que los resultados acompañen lo suficiente para que el proceso de adaptación no se convierta en una urgencia clasificatoria.
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