Luz y vida bajo los tableros de la Variante

La concejala de Movilidad, Pilar Arana, avanzaba que las obras tendrán un presupuesto de casi 340.000 euros y una duración de cuatro meses, por lo que según los planes del departamento los trabajos finalizarán durante la primera mitad del próximo año. La delegada del PNV recuerda que tras la aprobación del proyecto es necesario licitar el contrato de ejecución en concurso público, un trámite que por las exigencias legales en vigor suele dilatarse hasta los cuatro o cinco meses. Según estas previsiones, las operaciones sobre el terreno no arrancarán hasta finales de año, en el mejor de los casos.

El proyecto, incluido en la segunda fase de la regeneración de Carlos I, contempla la creación bajo los tableros de un parque con bancos y asientos. Para hacerlo realidad será preciso arañarle metros al parking en superficie, que con la reordenación prevista perderá unas siete plazas. La zona se acondicionará como lugar de juego y estancia, con cuerdas, rocódromo, iluminación «cálida y bonita» entre las vigas que sujetan la Variante, aparcabicis... Una línea de bancos separará este entorno peatonal del aparcamiento. Una de las innovaciones que llegarán con el parque es la llamada cesta mola, una especie de balancín para niños con movilidad reducida. «En la ciudad hay columpios adaptados, pero ninguno de estas características», subraya Arana. También habrá varios toboganes y diferentes juegos de equilibrio.

El proyecto que recibirá este martes el visto bueno del gobierno municipal afecta únicamente al paso peatonal que discurre bajo la Variante. Tal y como anunció DV en mayo, finalmente se han descartado otras actuaciones en la superficie. Los viales de entrada y salida no se estrecharán, como estaba previsto en un principio, y tampoco se construirá una mediana de separación entre el carril que conduce a los túneles de la Variante y los dos en sentido Pío XII. Iba a ser, en cualquier caso, una mediana de poca altura, tipo bordillo, como la existente en el Alto de Miracruz.

La responsable jeltzale de Movilidad explica que esta idea, pensada para calmar el tráfico, no termina de convencer a la Diputación, titular de la carretera, por lo que «a corto plazo» no se realizará. El ente foral desaconsejó asimismo elevar los pasos de peatones señalizados en la primera fase, que se mantendrán como están. Y en el caso del radar demandado por el vecindario para que los conductores respeten los límites de velocidad, la negativa del Gobierno Vasco obliga a posponer los planes para su instalación.

En la avenida de Carlos I, pares e impares, se reordenarán las dos líneas de estacionamiento, si bien en las primeras propuestas de Movilidad se incluía la supresión de las hileras más próximas a la Variante para ampliar las aceras. Al ser esta una obra de envergadura, la intervención se limitará a reducir el número de plazas de OTA comercial -que está «sobredimensionada», según admite Arana- y sustituirlas por reservas de OTA blanda y para residentes. Con esta medida se quiere mitigar las «penalidades» que padecen los conductores de este ámbito de Amara para encontrar dónde aparcar el coche.