San Sebastián

La urbanización de la última plaza de Riberas arranca a finales de octubre

La Junta de Gobierno Local prevé aprobar el próximo martes la adjudicación de los trabajos a Construcciones Otegui Gaztañaga por casi 610.000 euros, lo que supone un baja del 19% sobre el precio de licitación.

El proyecto del estudio donostiarra Hoz Fontán Arquitectos resuelve el encuentro entre dos niveles: el de la plaza existente y el acceso a los edificios que la rodean, con un desnivel de «más de dos metros de altura». Según explica la concejala de Planificación Urbanística y Vivienda, Nekane Arzallus, Jesús María Alkain se encuentra «parcialmente» urbanizada. «La plaza actual se realizó siguiendo el proyecto de urbanización redactado por el estudio Isuuru, pero en el momento en el que se ejecutó dos de los edificios que forman el límite de este espacio público estaban sin construir ni proyectar», recuerda la delegada del PNV, quien señala que ante esta situación el Ayuntamiento decidió «posponer» la ejecución de la segunda mitad de la plaza hasta conocer los proyectos de los edificios que la conformarían, con el objetivo de que hubiera una «adecuada concordancia» entre la plaza y los bloques que la configuran.

Con el desarrollo del hotel-residencia de estudiantes y el edificio de viviendas, ahora es «necesario» retomar la urbanización de la plaza de manera que esta pueda adaptarse a las nuevas construcciones y la obra pueda ser completada «al mismo tiempo», apunta Arzallus.

El diseño elegido para rematar la plaza procura «concentrar» las áreas planas en las zonas donde se prevé que se genere una mayor actividad. En este caso, se dispondrá una gran espacio delante del hotel-residencia, a la misma cota y en contacto directo con la planta baja. Previsiblemente, las actividades que se darán en el establecimiento «contribuirán a animar» la propia plaza y a dotarla de vida, teniendo en cuenta el carácter «transparente y abierto» del diseño del edificio.

La memoria del proyecto recoge que la intervención apuesta por ordenar el espacio a través de dos grandes zonas verdes de «geometría líquida», estableciéndose una relación «clara pero no directa» con la plaza existente, de líneas curvas. Así se consigue dar al ámbito una coherencia formal «fuerte y clara», además de una estética «natural y alegre».

Para salvar el desnivel entre las diferentes zonas de la plaza, los peatones transitarán por un sistema de rampas y escaleras con recorridos curvilíneos entre las dos grandes áreas verdes. Junto a la esquina interior del hotel se creará un pequeño graderío.