El buzón de los lectores donostiarras

Sirimiri: Peligro con el muro de Maldatxo kalea

Comenta I. G. Zapirain: «Cuando se abran de nuevo las urnas en los próximos comicios y, las expectativas creadas no se traduzcan en votos, una sugerencia para aquellos partidos que hoy rigen en el antiguo Casino, que decepcionados con los resultados, y con cara de fracaso, entonarán el manido discurso/excusa: «No hemos sabido explicarnos». Por favor, no nos aburran, cámbienlo por «no hemos sabido escucharles», más honesto y desde luego más ajustado a la realidad. Por cierto, se llama autocrítica. Porque lo que están haciendo Sus Majestades del Consistorio con esta ciudad, desde sus cómodas estancias y con el dinero que aportamos con nuestros impuestos, se acerca más al 'Despotismo ilustrado', con su lema 'Todo para el pueblo, pero sin el pueblo', que a una gestión de los deseos de los ciudadanos-contribuyentes de Donosti. Creo que sus hechos hablan por sí mismos, no necesitamos explicaciones, necesitamos que desde esa fortaleza en la que están instalados, de momento, se nos escuche, y actúen en consecuencia. Muchas gracias».

Advierte José Miguel Mitxelena: «Ante el envejecimiento gradual de la población de Donostia es necesario hacer apartamentos para mayores, en los que estos puedan vivir de forma independiente, pero a la vez tener servicios comunes. En todas las viviendas que se van hacer en la ciudad, por ejemplo, en las próximas que se prevé construir en el espacio de los cuarteles de Loiola se deberían reservar unas cuantas a cubrir estas necesidades. A la vez es necesario que se respete estos edificios y que no se hagan casas anodinas como las que se han construido en barrios como Martutene, Riberas de Loiola, San Bartolomé y otros tantos barrios nuevos de la ciudad. Es necesario conservar los edificios antiguos».

Se queja Maritxu Arrieta: «Este equipo municipal va a pasar a la historia por aquel que convirtió San Sebastián en un parque temático, que echó a los donostiarras de su propia ciudad. Esto que está ocurriendo es muy grave, no solo se ha tirado el dinero público en obras innecesarias, se ha roto la tranquilidad de los vecinos del Centro durante años, se ha arruinado el comercio local, se ningunea el problema del cambio climático talando árboles, derribando montes, teniendo la ciudad con baches, en las calles más céntricas, con una circulación descontrolada en el paseo de Bizkaia y Gernika, con inseguridad ciudadana etc. Y como siempre la prepotencia de no escuchar a los ciudadanos».

Escribe Elena D.: «No puedo entender que el acceso a la zona de hospitales pueda quedar atascado por una protesta –ayer la de los tractores–, por movilizaciones o por las obras de la rotonda de Anoeta. Es una vía que tiene que tener prioridad absoluta y debería prohibirse cualquier manifestación por esa vía. No abogo por trasladar las manifestaciones de las carreteras a las aceras, como propuso el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto. Pero sí por preservar la seguridad de los ciudadanos. Ayer mismo, si una ambulancia llega a tener que pasar por la rotonda de hospitales, lo hubiera tenido complicado a mediodía. Sí había un par de agentes de movilidad en moto, pero poco hubieran podido hacer una vez que los accesos se habían atascado de coches. Algún día lamentaremos un susto mayúsculo. Que las manifestaciones, con todo su derecho, tomen la calle, pero no las vías prioritarias como la del hospital».