Sirimiri: Paradas con baldosa para invidentes

Comenta José Miguel Mitxelena: «Paseando por Donostia se puede ver el estado lamentable de los puentes de Menchu Gal, Mikel Laboa, la pasarela desde el paseo de Bizkaia hasta Riberas de Loiola y un montón de tramos de la barandilla de La Concha. Por lo que solicito al Ayuntamiento que los revise, los trate con antióxido y los pinte. Es un problema no solo estético sino de salud, son muchos los niños que tocan estas superficies y después se llevan las manos a la boca. Es un arreglo que no requiere mucho esfuerzo ni mucho desembolso económico. Es hora que Donostia deje de arrastrar este deterioro que muestra en los últimos años, con pintadas en sus edificios públicos y privados, con roña en gran parte de sus infraestructuras metálicas, con bancos deteriorados y que no se han pintado en años. Da gusto por otra parte ver cuando algo se hace bien, como en el parque de Araba la sustitución de los bancos deteriorados por otros nuevos y la retirada de la maleza, que era refugio de ratas que se paseaban a sus anchas a plena luz del día».

Comenta Carlos Idarreta: «Apoyo la decisión del Ayuntamiento de trasladar la escultura de 'El Abrazo' a Miramon. Era evidente que donde estaba, en una zona tan sensible estéticamente junto al hotel María Cristina, distorsionaba enormemente el paisaje urbano de tanta calidad. Fue un adorno navideño que no tiene razón de ser que permaneciera durante tantos años en un lugar de tanta calidad urbana, así que la decisión de trasladarla a Miramon, una zona moderna, es totalmente adecuada. Zorionak al consistorio».

Opina N. A.: «Me parece un despropósito la explicación de la obra del Koldo Mitxelena, el tiempo de duración y cuanto se ha excedido tanto de coste económico como del tiempo cerrado. Nos están dando un argumento que conviene a sus intereses y nadie en ese Ayuntamiento pide cuentas de nada, ni de la no necesidad de hacer esas obras, ni del alto coste económico, ni del desvío del presupuesto y del plazo de terminación. Por diversas causas yo he conocido ese edificio cuando era la escuela de ingenieros, donde destacaban unas grandiosas escaleras de piedra que se deberían haber mantenido. Los edificios que tienen siglos en otras ciudades (universidades, museos, iglesias, palacios...) se conservan como fueron creados constituyendo un valioso patrimonio cultural. Aquí nos los cargamos sustituyéndolos por algo anodino que con el soniquete de la propaganda municipal hacen que sean aceptados por algo que podía estar en los extrarradios de ciudades sin historia».

Iñaki Pérez apela a la concejala de Movilidad: «En el paseo Oriamendi, a la altura del bar Azken Portu, hay un semáforo que regula el tráfico de esta vía principal con el de las laterales procedente de las calles Mantulene y Andoain. Es un punto que genera bastantes colas, que en horas punta llegan hasta la rotonda de Jesuitinas. El motivo es muy simple: permanece abierto 50 segundos para los que circulan por el paseo Oriamendi, que concentra la gran mayoría del tráfico, y un minuto para los de las calles transversales, de las que apenas salen un par de vehículos en el mejor de los casos. ¿No se podría regular mejor el semáforo? Al que tenga dudas le invito a que se acerque al lugar y lo compruebe. Ojalá todos los problemas tuvieran una solución tan sencilla».