Sirimiri: Malos olores en la regata de Ibaeta

Amara Viejo

Tomás Arregi dice: «No sé que le ha dado al Ayuntamiento para no dejar en paz a este barrio y a sus vecinos. En los últimos 10 años ha edificado en el mismo como si nos tuviera manía. Nosotros siempre hemos sido un barrio muy unido, muy conforme con nuestras casas, montes, arboledas y de repente, nos hacen el barrio de Morlans, que no ha quedado mal, nos hacen el Nuevo San Bartolomé, que es un horror de puro cemento, quitándonos un colegio como San Bartolomé que era precioso y haciendo un macro Marianistas que es un edificio horrible y ya deteriorado. Y para colmo con las obras del Metro nos ha dejado sin el 'Monte Peseta', sin muchísimos árboles y el paseo de Errondo hecho una pena. Por si fuera poco pretende meter cemento en la playa de vías de Easo y cargarse la ahora sin uso comisaría de la Ertzaintza de Easo, cuando este edificio puede dedicarse a algo tan necesario como apartamentos para mayores y centro de cultura».

Jardín en Bi-Lorea

Comenta María Jesús Rivero: «Quiero poner en conocimiento de los lectores del Sirimiri que yo personalmente, mi familia y vecinos que vivimos en la calle Zarautz, nos vemos afectados por la mala conservación de un jardín municipal, sito entre la avenida de Tolosa 95 y la trasera de los números 72, 74 y 76 de la calle Zarautz. Llevamos años personándonos en el negociado de Jardines del Ayuntamiento para suplicar que se atienda el mencionado jardín, que se está convirtiendo en un bosque, en medio del cual se encuentra un gran árbol con una excesiva altura respecto al resto (llega hasta un 8º piso de la torre). En los días de viento se mueve a gran velocidad para todos los lados, con el consiguiente peligro de caer hacía los edificios».

Sombra vegetal

Advierte José Antonio Arrieta: «Los recientes calores sofocantes que hemos pasado vuelven a poner de relieve la ausencia de sombra vegetal que sufrimos los donostiarras en la mayoría de los barrios. Quiero aportar mi granito de arena para mejorar esta situación con una inversión cercana a los 0 euros que consiste en no aplicar la poda inmisericorde que año tras año sufren la mayoría de los árboles de nuestras calles. Creo que se podrían podar dejando más ramas sin cortar de forma que la copa de estos arbolitos proyecte una sombra mayor en verano. Las postales antiguas de la ciudad muestran que los tamarices en el paseo de La Concha formaban una sombra densa para pasear por debajo en verano. Esto se puede volver a conseguir limitando un poco las podas, así de fácil».