Sirimiri: Falta de luz en el skatepark de Pagola

Expone A. M.: «Desde que tengo uso de razón, en mi hogar siempre se me enseñó la importancia de compartir y ayudar a quienes lo ... necesitan. Este principio de aportar a la comunidad ha guiado mis acciones de manera regular y discreta. Afortunadamente, he tenido la suerte de formar parte de una comunidad que valora estos mismos principios, colaborando con iniciativas como Cáritas parroquial, roperos y apoyo a vecinas y vecinos en situaciones difíciles. Ha sido una forma de aportar discreta, silenciosa y sobre todo, mayoritariamente femenina. Nunca me he jactado de ello ni he tenido necesidad de compartirlo con el fin de recibir alabanzas respecto a mi persona. He observado, con preocupación, la polémica en torno a la suspensión de las cenas en el barrio de Egia, decisión que comparto. Me sorprende que quienes organizan estas cenas hayan reducido toda expresión de solidaridad en nuestra ciudad a su iniciativa, ignorando la multitud de acciones y dinámicas de ayuda que han existido siempre. Este enfoque no solo es limitante, sino que también puede dar la impresión de que buscan erigirse como los únicos portavoces del bien en nuestra comunidad. Es fundamental recordar que muchas personas y entidades trabajan en diferentes ámbitos para ofrecer apoyo a quienes lo necesitan. Sin embargo, parece que algunos sienten la necesidad de promocionar sus iniciativas y su imagen personal, como si fueran el único ejemplo de generosidad. Esto me lleva a cuestionar si esas cenas no alimentan más el ego personal que el hambre real de quienes necesitan ayuda. La verdadera solidaridad no debería ser un espectáculo, sino un acto genuino que surja del deseo de cuidar y apoyar a los demás».