El buzón de los lectores donostiarras

Sirimiri: Banco comido por la maleza en Altza

Expone Kontxi Agirre: «Tras todo un verano despotricando contra la turistificación que nos invade con cuanto donostiarra me he encontrado en mis excursiones al Mediterráneo y la costa de Cádiz, viene este periódico y me desmonta el monstruo. Me explico. He leído en estas páginas que lejos de encabezar el ranking estatal de turistificación, como podría creerse de escuchar a ciertos políticos donostiarras y su brigada cartelera, resulta que Donostia está a la cola de incidencia de los pisos turísticos entre las ciudades más turísticas de España, ampliamente superada por Málaga y Sevilla (el triple) o Madrid (más del doble). Además, Donostia fue en 2016 la primera ciudad española en regular los pisos turísticos. Algo que se le escapó en su mandato al alcalde Izagirre, que sí tuvo tiempo para vender el edificio municipal de plaza Lasala para hacer un hotel. ¡En la Parte Vieja y olé! Se ve que entonces aún no había descubierto el filón de la turistificación».

Advierte Imanol: «Acaba de morir otra persona despedazada por dos perros de raza peligrosa en Murcia. En Amara, y por toda la ciudad, pasean este mismo tipo de perros sueltos y/o sin bozal a todas horas. ¿Para cuándo más control? ¿Para cuándo patrullas de municipales patrullando a pie detectándolos y sancionándolos? ¿Hay que esperar a que ocurra alguna desgracia? Al tiempo».

Pregunta Estrella García: «Me parece muy bien que se imponga lo de la Zona de Bajas Emisiones. Entiendo que el objetivo es preservar el aire que todos respiramos. No he leído nada en referencia a las personas con movilidad reducida que poseen coches que no estarían, en principio, autorizados a entrar en esa ZBE. ¿Qué han previsto para ellos?».

Denuncia Pilar Díez: «Somos muchos los donostiarras que vivimos en Ategorrieta, Intxaurrondo Zaharra, Ulia y Alto de Miracruz a los que nos gusta ir caminando a nuestras casas. Cuando anochece, no hay suficiente iluminación ya que las farolas que hay en el recorrido son muy altas e iluminan las copas de los árboles, dejando el camino en penumbra. Sugiero al Ayuntamiento que, como en Jai Alai, se ponga otra luz más abajo para poder ir caminando a casa con mayor seguridad».

Responde Mar a Julián Rodríguez: Yo recuerdo que existía en la estación del Norte un billete de andén. Creo recordar que se pagaba poco y servía para controlar a todo aquel que accediera a la estación. Creo que es un lugar para los usuarios del transporte y como es incontrolable el uso que se hace de las instalaciones me parecería muy bien que controlaran a las personas que entran, ya que todos por desgracia no van a despedir a su hija. Una vez más, pagaremos justos por pecadores».

La familia de Nekane Urola Ortúzar, a través de estas lineas quiere «agradecer de todo corazón la profesionalidad y el cariño recibido, por parte de todo el personal de la tercera y cuarta planta del Hospital Amara y a las doctoras Alicia Cuesta y Ana Fuertes. Eskerrik asko denori».