«El txangurro al horno y la torrija de mi suegra son inigualables»

De padre italiano y madre española, Miriam Giovanelli es una de las actrices más reconocidas del panorama estatal. Una mujer dedicada a su gran pasión, la interpretación, desde que hace dos décadas hiciese su primera incursión en la pequeña pantalla.

'Sin tetas no hay paraíso', 'Física o química', 'Velvet' o 'Caronte' son algunas de las producciones que la han catapultado al éxito y a la popularidad más rotunda. Desde principios de este año triunfa con la serie 'Nacho' en Atresmedia, una ficción inspirada en la figura de Nacho Vidal y el mundo del cine para adultos.

En el plano personal, está casada con el arquitecto donostiarra Xabier Ortega y en estos ocho años de sólida relación han sido padres de dos hijos: Renata de tres años y Lorenzo de uno. A pesar de la legión de 'followers' que sigue cada uno de sus pasos, Giovanelli ha sido capaz de construir una vida discreta, alejada de los focos, preservando la intimidad de su familia.

Su cautivadora mirada y arrolladora sensualidad enamoran al instante. «Trabajadora, inteligente, cercana, divertida y amante de la familia y de sus amigos», según sus compañeros y allegados, aprovecha esta semana de agosto para disfrutar de San Sebastián y de su Semana Grande.

– Miriam, ¿cómo estás viviendo nuestra Aste Nagusia?

– Debo admitir que, a pesar de haber venido a San Sebastián durante años, esta es la primera vez que participo en la Semana Grande. La estoy disfrutando enormemente al estar rodeada de personas que aprecio y a las que veo menos de lo que me gustaría. En particular, mi primera noche de fuegos la compartí con amigos, con quienes degusté una cena deliciosa a un ritmo frenético para no perdernos el espectáculo pirotécnico.

– ¿Cómo han evolucionado tus planes y prioridades con el paso de los años?

– A lo largo del tiempo, mis planes han mantenido una constante debido a la permanencia de mis preferencias. Siempre he tenido una inclinación por las mañanas, he valorado la compañía placentera y he optado por una buena comida en lugar de una noche de copas. Sin embargo, en la actualidad, la principal diferencia radica en que mi horario está determinado por las necesidades de descanso de mis hijos.

– Volviendo a las fiestas... ¿Cuál es tu rincón favorito para una noche de fuegos artificiales?

– Hace unas semanas estuve en San Sebastián por trabajo y nos alojaron en el Hotel Villa Favorita. Mientras desayunaba en su terraza, pensé que sería un lugar perfecto para disfrutar de una noche de fuegos. En realidad, Villa Favorita es un rincón exquisito que se puede apreciar en cualquier momento del día.

– ¿Tu restaurante favorito? Puedo intuirlo...

– Saltxipi. Mis disculpas, pero el txangurro al horno y la torrija preparada por mi suegra (propietaria del afamado restaurante) son simplemente inigualables. Mi cuñado Jon ha heredado el talento culinario de Ana Mari, y su arroz con almejas no se queda atrás en absoluto. Su maestría en la parrilla significa que no podemos marcharnos sin probar el pescado a la brasa que nos recomiende, acompañado por la rica historia y los sabores del vino que Gorka nos presente. Y qué decir de mi suegro: una conversación con Javier bien merece un viaje a San Sebastián.

– ¿Un plan perfecto con amigos en la ciudad?

– Una de las facetas que más me atraen de San Sebastián es su capacidad para fusionar experiencias culturales con la belleza natural. Imagino comenzando el día explorando lugares como Chillida Leku, seguido de un delicioso aperitivo con una gilda y un vermú en la zona antigua de la ciudad. Disfrutaría de una comida en mi restaurante preferido y prolongaría la sobremesa antes de aventurarnos a Peña y Goñi para cerrar la jornada.

– Desvélanos tu plan familiar perfecto en nuestra ciudad...

– Cuando visitamos San Sebastián, mis hijos pasan los días emocionados por ver caballos, ovejas y vacas. Gracias a la maravillosa ubicación de la ciudad y la abundancia de su entorno natural, comenzaríamos nuestro día explorando una ruta por el monte. Si nuestra visita coincide con la Semana Grande, definitivamente haríamos una parada obligatoria en las atracciones del Buen Pastor y disfrutaríamos de un delicioso helado mientras paseamos por el centro. Un plan extraordinario.