Semana Grande donostiarra
«El tobogán debería estar todos los días»Iker Elduayen y Rosa Hidalgo
Miércoles, 16 de agosto 2023, 06:41
El tobogán acuático de más de 100 metros de largo, situado en las terrazas del Kursaal, vuelve a empapar a pequeños, y no tan pequeños. La atracción es un año más un reclamo vistoso y muy refrescante para cientos de familias que no dudan en repetir y sumergirse en el agua, con motivo de la Semana Grande. «Cuando sale el programa de Aste Nagusia es lo primero que busco», cuenta Koro Laurenzena, que trae siempre a sus nietos porque, de toda la oferta «es lo que más ilusión les hace». «Es un plan muy completo, los niños se lo pasan en grande y, si hace calor, se refrescan. Todo ventajas». Y para que la mañana no quede en el olvido, la abuela, teléfono y cámara en mano, se ocupa de capturar el momento del salto a la salida de la atracción. «Aquí les espero con el móvil porque, ya que estamos, una foto o un vídeo hay que hacerles», explica entre risas.
No es la única. Centenares de parientes aguardan, en varios lugares estratégicos del recorrido, para lograr la instantánea del pequeño de la casa lanzado y mojado en el tobogán de agua. «Es un momento que les hace ilusión y nosotros felices de tener un teléfono y poder hacer una foto para guardarnos el recuerdo», comentan entre los padres y madres que, al igual que Laurenzena, esperan al final del trayecto.
En la cola para tirarse, los hay experimentados, pero también primerizos encantados con la atracción acuática. Marian Álvarez es el primer año que la visita con sus hijos, y ya han acudido los dos días que el tobogán ha estado instalado. «Nos estrenamos este año, pero les gustó tanto el primer día que han insistido y hemos vuelto el segundo», comenta. Como recién estrenada, añade que la actividad «es genial y muy adecuada para los niños», pero reconoce que hay que cogerle el tranquillo e ir practicando con, cada vez, más saltos. «Gracias a que el chico encargado les ayuda a coger impulso y hace que el trayecto sea más divertido», reconoce.
Más de una vuelta
A medida que avanza la fila, el número de repetidores es cada vez mayor. Amaia Astigarraga cuenta que su hijo «ya ha repetido más de dos veces». Para la madre que recoge a su criatura en la base y vuelve a ocupar un puesto a la espera de que llegue el turno, «el tobogán es algo que deberían plantearse ponerlo más días». «Dado que los hinchables este año no son muy allá, creo que esto sí es una buena opción para los niños. Pediría que lo alargasen», propone. «Y si además hace bueno, no creo que haya mejor plan», concluye.
En las inmediaciones del Kursaal se han congregado turistas y curiosos que veían por vez primera la atracción enfrente de la playa de Zurriola. No obstante, la mayoría eran familias guipuzcoanas que deseaban ver disfrutar a los más pequeños. Yolanda Cernuda espera el turno de sus sobrinas en la, cada vez, más extensa fila y, mientras les cambia de atuendo, a uno más adecuado para el agua, les esparce crema solar protectora. «A los críos les fascina tanto que no quieren salir y hay que repetir, por lo que, aquí estamos», dice sonriente.
Pero la atracción no solo cuenta con un público infantil, que es el mayoritario. A muchos adultos también les gusta refrescarse y subir al tobogán. Unos por diversión, y otros por acompañar a sus hijos. «Los niños tenían muchas ganas de probarlo y he tenido que subir con ellos, pero no me arrepiento. Me ha encantado», dice Marta Fernández.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión