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Borja Isturiz, patrón del barco 'Aitona Julian IV' frente al timón. Lobo Altuna
La trastienda de la fiesta

«Los fuegos en el barco son algo único»

Los barqueros llenan todas sus embarcaciones las noches de Semana Grande para ver los fuegos artificiales de forma única desde el mar

Aimar Perez

Viernes, 15 de agosto 2025, 02:00

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Con música y envueltos en un ambiente festivo, los barcos de la motora se embarcan en la Aste Nagusia para ofrecer una forma diferente de disfrutar los fuegos artificiales. «Verlos desde el mar es algo único, no hay mejor forma de hacerlo. Estamos en primera línea, por lo que el sonido de la pirotecnia no llega con retraso como ocurre desde tierra. La gente sale encantada del barco gracias a la sensación de estar en el mar sin nadie delante que te moleste», explica Borja Isturiz, patrón del 'Aitona Julian'.

El servicio no es algo novedoso, lo llevan haciendo desde que al padre de Borja se le ocurrió la idea al principio de los años 70. Sin seguridad de que funcionara, el padre, junto a un socio, embarcaron por vez primera a aquellos donostiarras que querían disfrutar de la comodidad que ofrece el barco. «Al ver que era un éxito lo hemos repetido año tras año, y lo seguimos haciendo a día de hoy», asegura el barquero.

'La semana del bocata'

«Le llamamos así a la Aste Nagusia porque terminamos cenando bocadillos todas las noches»

Comienza su recorrido a las 22.00 horas en el muello. Tras dar unas vueltas por la bahía, justo antes de los fuegos, se coloca en primera fila al lado de la corchera y en la raya de delimitación, dentro del perímetro de seguridad. Entre las tres embarcaciones que salen, dos de ellos están equipados de unos altavoces que se utilizan para crear un ambiente más festivo con música de todo tipo. El otro será más tranquilo, irá en silencio para que todos aquellos que prefieran un ambiente más sereno también puedan gozar del viaje en barco. «La gente viene con sus cervezas, bocatas, refrescos... Y es una oportunidad para cenar mientras se ven los fuegos, o tomar algo desde la Bahía de la Concha», explica el patrón.

Para todos los públicos

«Es una fiesta, pero familiar y sin excesos. Viene gente de todos los estilos, nacionalidades y edades»

El público de esta oferta es muy variado. «Vienen muchas cuadrillas de jóvenes, también grupos de adultos, y muchas familias, incluso algunos ancianos que también disfrutan de las fiestas», añade el barquero. Muchos de los clientes que tienen repiten año tras año. «Un matrimonio viene todos los años y lo hacen cada uno de los días de la Semana Grande», explica Borja. No todos los asistentes son donostiarras. También hay franceses asiduos que se suben al barco año tras año. Vienen a Donostia con intención de disfrutar de la ciudad y a la vez vivir las festividades de forma diferente.

Los barcos de la motora acogen el 70% de su capacidad en este tipo de eventos, y lo hacen para poder ofrecer más comodidad a los tripulantes. «Los billetes suelen agotarse, incluso el día anterior cuando hay buena previsión meteorológica.

La gran diferencia

«El sonido de los fuegos artificiales llega al barco sin retraso alguno, verlos desde el mar es algo único»

El servicio ofrecido es un extra del habitual itinerario que suele tener la motora de la isla. Combinar el trabajo diurno con el especial horario de Aste Nagusia ha llevado a los patrones a nombrar a esta 'la semana del bocata'. «No solemos tener tiempo de cenar, por lo que siempre terminamos comiendo un bocadillo entre el turno de día y de noche», explica Borja.

Disfrute bajo la lluvia

El precio del viaje es de 17 euros por persona, y se ofrece todos los días de la Semana Grande. Desde la motora animan a «probar esta actividad especial, fuera de lo común».

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