Balance de la Semana Grande

La cuadrilla ha pasado la mayor parte de la Aste Nagusia en la Flamenka, el recinto principal de Donostiako Piratak. «No hemos cruzado el puente, la verdad», admitían, y aseguraban que «por el día hay muchísimo más donostiarra que por la noche, que es cuando empiezan a llegar cantidad de extranjeros». La cuadrilla agradecía que «Donostiako Piratak haya organizado actividades como comidas populares, dirigidas a los de aquí». Ellas no se perdieron ningún concierto del muelle y están disfrutando a tope de una semana llena de música, el Abordatzea y las comidas organizadas por los piratas para avivar la fiesta.

Liseth lleva años viviendo en Donostia y siente la Aste Nagusia como una más. «Este año ha sido una locura, y se nota que no hemos tenido Semana Grande en dos años», explicaba, destacando que «el buen tiempo ha acompañado la mayoría de los días, y eso se nota en el ambiente». Aunque las fiestas han resultado algo agobiantes para la venezolana, se alegra por los hosteleros «porque creo que se merecen la cantidad de clientes que están teniendo estos días». No se ha perdido la parada obligatoria en las ferias con sus hijos ni las comidas con familiares y amigos para ponerse al día. «Hemos saboreado la ciudad, algo que se agradece después de dos años de parón».

La Semana Grande es un punto de encuentro para muchos guipuzcoanos que, como Conchi, intentan pasar por San Sebastián todos los años por estas fechas. «Mi hermana vive aquí y mis hijos vienen todos los años», contaba. No ha parado en toda la semana: «Vimos al mago del Boulevard, los toros de fuego, comimos un bocadillo viendo los fuegos...». Esa es una cita que nunca se pierde. «Siempre nos juntamos en el mismo sitio y aunque no hayas quedado con nadie te acabas encontrando con alguien conocido», aseguraba. Aunque el pasado miércoles el mal tiempo cambió sus planes, lo lleva bien: «Fue una pena, pero no nos vamos a amargar por eso».