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Plaza Xabier Zubiri. Los trabajos en la plaza junto al Hotel Londres afrontan ya la fase final de reurbanización y concluirán a finales de septiembre. LOBO ALTUNA

Una ruta bajo tierra que abre espacios en la superficie

Reurbanizaciones. La obra del Topo en Donostia no solo mejorará la movilidad de los ciudadanos; permite liberar terrenos en la ciudad para parques y viviendas

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Domingo, 24 de agosto 2025, 00:01

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El nuevo Topo por el subsuelo de San Sebastián no va a representar únicamente una revolución en la movilidad ciudadana. También está trayendo consigo cambios radicales en la superficie, que están modernizando el urbanismo de la capital de Gipuzkoa. Siempre bajo la premisa de ganar entornos amables para el peatón y los ciclistas -en forma de peatonalizaciones y creación de nuevos espacios verdes y de ocio-, a cambio de restárselo al tráfico rodado de los vehículos privados.

El más profundo será el último que podrá apreciarse, el de la desaparición de la actual playa de vías de Easo, donde la franja ferroviaria que hoy divide la ciudad dará paso a una nueva colonia de unas 450 viviendas rodeada de amplias plazas y jardines. Es este sin duda el proyecto urbano más ambicioso de todos los que han sido, son y serán consecuencia de la creación de la nueva línea de Euskotren entre Anoeta y Lugaritz por el centro de la ciudad. Pero no el único. Alguno, de hecho, ya es realidad desde hace años.

Benta Berri. La necesidad de abrir las bocas de entrada a la estación de Benta Berri/Universidades, culminada hace tres años, ha sido aprovechada por el Ayuntamiento donostiarra para peatonalizar espacios y reorganizar el tráfico de vehículos en esa zona. Los ejemplos más claros son precisamente los entornos que rodean los dos accesos al apeadero del Topo, tanto el que se ubica frente al polideportivo del barrio como el de la plaza Benta Berri (formalmente calle Carmelo Etxegarai), al final de la calle Matia. Ambos han sido objeto de una notoria transformación basada en la tendencia de reducir los carriles de circulación rodada para ofrecer al ciudadano más espacio para peatones, ciclistas y zonas verdes.

El ejemplo más evidente en esta zona de la ciudad ha sido la incorporación de una nueva área de estancia en la plaza Benta Berri, donde se suprimió la calzada de conexión entre la avenida de Zarautz y la de Zumalakarregi a través de esta plaza, cuya eliminación ha permitido ampliar la acera y los jardines que ya existían.

Imagen principal - Una ruta bajo tierra que abre espacios en la superficie
Imagen secundaria 1 - Una ruta bajo tierra que abre espacios en la superficie
Imagen secundaria 2 - Una ruta bajo tierra que abre espacios en la superficie

También se ha ganado espacio para ocio y juego frente al polideportivo, al haberse sacrificado un tramo de calzada de la calle Pedro Manuel Ugartemendia.

La Concha. A la espera del proyecto de la playa de vías de Easo, el cambio más perceptible por donostiarras, visitantes y turistas es por ahora el de la transformación del Paseo de La Concha, que no está directamente ligado a las obras del Topo pero donde se ha aprovechado la construcción de esta infraestructura que facilitará el acceso al corazón de la ciudad desde otros barrios y municipios para reducir de tres a dos los carriles de tráfico rodado y ampliar la acera peatonal y el bidegorri que transcurren junto a la playa.

San Bartolomé. Otro punto donde las obras ya forman parte del pasado, lo que atestigua la proximidad del momento en que la nueva línea de Topo entrará en funcionamiento, es la calle San Bartolomé, entre Urbieta y Easo. Tras cuatro años de trabajos, este tramo junto a la catedral del Buen Pastor acaba de ser reabierto este mes de agosto. A partir de ahora, la primera manzana de la calle que honra el monasterio del mismo nombre íntimamente ligado a los orígenes de la ciudad, ha cambiado sus anteriores dos carriles en doble sentido de circulación por uno solo, desde Easo a Urbieta. Lo acompaña a la derecha un carril reservado a autobuses y taxis, y a la izquierda, una fila de estacionamiento para carga y descarga entre semana, que los fines de semana y todos los días por la noche, desde las 20.00 hasta las 08.00 horas, queda reservada al aparcamiento de residentes. Ya desde los primeros días los habituales de la zona han podido comprobar que el tránsito de vehículos por esa calle es muy inferior al que había antes del comienzo de las obras, cuando este tramo constituía un punto neurálgico del centro de la ciudad.

Comienzo de la calle Easo. A mediados de julio motos, taxis y autobuses volvieron a circular por el primer tramo de la calle Easo, el que linda con la calle Zubieta y el Hotel de Londres. Otro punto neurálgico de la ciudad que ha padecido durante años las consecuencias de las obras del Topo, pero que ya han llegado a su fin. También aquí el Ayuntamiento ha aprovechado la necesaria reurbanización de la calle para dar un nuevo aire a la zona, ampliando las aceras y reduciendo a uno los carriles de circulación que, además, queda prohibida a los vehículos privados y solo se permite a taxis, autobuses y motos. Es significativo que en mitad de la calle se hayan colocado hileras de anchos bancos, como símbolo de que otra arteria otrora dominada por los coches, pasa a ser territorio con prioridad para los peatones.

Plaza Xabier Zubiri. Anexa a la calle Easo, la 'plaza del Londres' concluirá su reurbanización y será reabierta al público a finales de septiembre. Como el resto de plazas y calles que han sido 'tocadas' por las necesidades del Topo, ofrecerá un aspecto muy distinto al anterior, ganando áreas de descanso, esparcimiento y vegetación para conseguir un entorno más accesible, seguro y sostenible.

El Ayuntamiento aprovecha las obras de reurbanización para reducir carriles de circulación de vehículos y ampliar aceras y bidegorris

Los trabajos ya han concluido en Benta Berri, La Concha, San Bartolomé y calle Easo, y en un mes se reabrirá la plaza Zubiri

Los 21.000 metros cuadrados que se liberarán en la playa de vías de Easo son el gran legado urbanístico que dejará la pasante del Topo

Playa de vías de Easo. Es el punto que más lejano queda en el tiempo, pero el más ambicioso, transformador y el que más impacto tendrá en la ciudad, ya que dará lugar no solo a una plaza o calle menos congestionada de tráfico o agradable para el paseante. Sobre la actual playa de vías de Easo se levantarán varios bloques de viviendas que sumarán en torno a 450 pisos, además de zonas verdes y peatonales.

Con el nuevo Topo ya en funcionamiento el año que viene, habrá que desmantelar todo el entramado ferroviario, lo que llevará tiempo. Se prevé que las obras de construcción de los edificios no comiencen hasta 2030.

La configuración definitiva de esta zona de la capital guipuzcoana está aún por definir, y dependerá del resultado de un concurso de ideas que está en marcha. A comienzos de julio el departamento de Vivienda y Agencia Urbana del Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Donostia presentaron las tres propuestas que han resultado finalistas y que competirán por determinar cómo será la mayor operación urbanística de vivienda protegida realizada en el centro de San Sebastián en las dos últimas décadas. A la espera de ver cuál será la que se lleve el gato al agua, todas comparten la base de conjugar viviendas con amplios espacios peatonales en los 21.000 metros cuadrados que quedarán liberados y que constituyen el principal legado urbanístico que la obra del nuevo Topo dejará en la ciudad para el futuro.

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