Ciudadanos | Omar K. (omarkan_san)
«La poesía ataca, te cruzas con el arte por el barrio. Y un 'no' es solo eso, uno... »Del Raval a Lesaka y de allá a Le Bukowski (y más). Poetry attack'.
De él suelen decir en las redes cosas como «Irreverente, tierno, feroz. Sus versos no piden permiso: entran, revuelven, sacuden y te dejan pensando con ... una sonrisa torcida. (...) La palabra arde, llora, se ríe de sí misma y nos recuerda que somos humanos. Porque la poesía también es carne, voz y gesto. Y Omar lo sabe bien». Él, barcelonés reinventado en Lesaka, entre artistas y olentzeros, con Muguruza e Irazoki, anda ahora entre Le Bukowski, el Udaberri (donde hizo un recital-performance en junio) o La Inversa de Egia. En todos esos lugares asegura: «La poesía no es un susurro antiguo en un lugar polvoriento...».
Publicidad
– ¿Entonces?
– ¿Entonces qué?
«Parece que el Arte solo suceda en la ciudad. Falso, en los pueblos hay gente que es artista pero cree que lo que hace no lo es»
– Si la poesía no es un susurro antiguo en un lugar polvoriento, ¿qué es?
– Un acto de ruptura. De creación. De libertad. Más aún si en los recitales nos reunimos gente agrupada en la Trash (basura) Poets Society. La Poesía es jugar con fuego, pero jugar. Lo dijo Gloria Fuertes a la que allá por enero rendimos homenaje en la plaza Ferrerías. La poesía es más poesía cuando los micrófonos están abiertos.
– ¿Abiertos?
– Sí. En la mayoría de los recitales-perfomances-ataques poéticos el micrófono queda siempre a disposición de quien quiera cogerlo, seguir el hilo del anterior interviniente, contradecirle, reinterpretarle. Para mí eso es también poesía. La mía surge del cotidiano, de las vivencias de la calle. De la gente. De tantos jóvenes que van a ser capaces de darle la vuelta al mundo y poner patas arriba aquello que todavía hay quien da por seguro. Hablo de género, de sistema, de moral. De anarquía. Hablo de la cada vez más frágil y débil línea que separa el Arte de la Artesanía.
– ¿Qué quieres decir con eso?
– Me vine a Lesaka porque mi padre y mi hermano vivían allí. Descubrí que quien más quien menos (todos) tenían relación con el Arte aunque ni lo sabían ni nadie lo llamaba así. Trabajaban la madera, jugaban haciendo las cabezas de los olentzeros. Cualquier niño aprendía a tocar un instrumento. Porque había banda, vaya que sí. Banda de música. Y luego estaban, claro, los bertsos. No olvides que Xabier Silveira...
Publicidad
– ... Siete veces ganador del campeonato de Navarra de bertsolaris, tan provocativo él.
– ...Es de allá, de Lesaka. Para mí todo aquello fue brutal. Empecé a colaborar con todos, Creamos Bihozkada. Nos pusimos a organizar ferias de Arte y Artesanía en las que se diluían las fronteras entre lo uno y lo otro. 'Gure arte, gure artean' decíamos. Nos pusimos a grabar. Pero para eso teníamos que venir a Donostia.
– ¿Por?
– No teníamos tórculo. Luchamos por conseguir uno, nos dieron una pequeña subvención. No nos parecía bien que para hacer Arte tuviéramos que desplazarnos a Donostia. Nos parecía mucho mejor llevar allá a creadores de aquí. Puro tráfico de artistas por la carretera N-121-A.
Publicidad
– Hacíais también punto. Tejíais. Hacíais crochet.
– Cuando queríamos reivindicar cualquier mejora forrábamos algo. Conseguimos la renovación del desgastado mobiliario urbano forrando farolas y bancos públicos.
– Para entonces ya escribías.
– Sí, pero faltaban años para que me convirtiera en 'Nuestra Señora del Beti Boga'. Aquella actuación fue sonada. Recuerdo que le pedíamos protección para las calles y las gentes y la llamamos 'Del buen beber Gran Señora'. Momentazo. Me encanta usar personajes tremendos, de cuento o de fervor, en mis performances.
Publicidad
– Por ejemplo...
– Mi Caperucita no va por el bosque sino que viene a Donostia por la carretera de Endarlatsa y se encuentra uno, dos, tres controles. A Cenicienta le gusta demasiado la sidra. Más que el mismo príncipe. Seres de cuento que viven sucesos cotidianos y además enraizados aquí, en el barrio, el pueblo, la ciudad. Criaturas fantásticas que sirven para comunicar cosas y comunicarnos.
– También dibujas.
– Gracias a una artistaza, Jone Taberna. Mira, muchas veces te da apuro pedir la colaboración de gentes como Muguruza o Joseba Irazoki. Sientes miedo de molestarles o de recibir un 'no' por respuesta. Pero un 'no' es solo un 'no'. Y además, solo uno y no para siempre. Puede haber otras ocasiones. Y la respuesta puede ser un 'sí'. De hecho, muchas veces te cuentan que esos proyectos 'locos' y al mismo tiempo llenos de vitalidad son, precisamente, los que más les apetece hacer y los que menos hacen porque la gente no se atreve a contárselos.
Publicidad
– Llevas muchos ataques poéticos y performances; muchas farolas tricotadas ¿En qué momento te encuentras como artista?
– Siento un mayor empoderamiento con los textos y los personajes tienen su propia vida. Me encanta jugar con la luz, las transparencias, los símbolos. Con aparatos como el retroproyector de transparencias.
– Y con la música. En tu último trabajo, en el que iluminabas a la artista María Vidagañ mientras trabajaba sus piezas y reproducías su imagen en la pared como en sombras chinescas, sonaban...
– Las Variaciones Golberg de Bach. Exactamente la Variatio 3 interpretada, lógicamente, por Glenn Gould. ¡Attack!
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión