La playa estaba desierta

Desde el Bule ·

Ana Vozmediano

San Sebastián

Jueves, 20 de mayo 2021, 07:08

Debía ser solo una canción de los años setenta, pero el caso es que describía una historia de amor de esas que solo pueden ocurrir ... en el Mediterráneo con un chico que admira a una chica bonita que se broncea cerca del agua. No, ninguno de los dos tiene toldo, pero si él dice que la playa estaba desierta será que tampoco necesitaban ese espacio reservado para no tener que acarrear sombrilla y silla desde casa. En San Sebastián, reina de los toldos, las sombrillas y las carpas, suenan las voces quejosas porque un año más, van a desaparecer los espacios reservados para aquellos bañistas que pagan y son agraciados con un espacio, a ser posible cerca de sus vecinos de toldo de toda la vida. Habrá que resignarse, aunque para muchos, desvirtúe la costumbre playera de toda la vida, esa parte que es tan importante como las olas y que tiene que ver con las relaciones sociales o con que el niño sepa localizar el lugar en el que está su familia.

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Habrá protestas, cada vez más conforme apriete el sol, los chavales tengan vacaciones y el mar llame con insistencia a disfrutar de un baño. Pero no parece que haya nada que hacer, más allá de esperar que los vientos del virus cambien de rumbo y permitan hasta compartir el bocadillo o el tupper.

Una mujer rubia a la que conozco muy bien, quita hierro al asunto. «Mira, yo no he dejado la playa... La playa me ha dejado a mí: Porque tumbarme en la arena me resulta difícil y las sillas del toldo me parecen más que incómodas». Y mira que las usó durante años.

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