Seis miradas para una mejor Donostia

Donostia lleva años haciendo una apuesta importante por el sector de la ciencia e innovación y tiene motivos para seguir haciéndolo. «Tenemos muchos actores relevantes para convertirnos en un gran núcleo de conocimiento y de creación de riqueza», asegura Gurutz Linazasoro, neurólogo y socio fundador y presidente ejecutivo de VIVEbiotech, empresa del parque tecnológico de Miramon dedicada a la biotecnología de la salud.

Ahora bien, señala que es necesario seguir trabajando para no perder esta oportunidad y tomar ejemplo de Edimburgo. «Allí hace años se hizo una reflexión para ser una ciudad avanzada y alineada con el progreso y la economía del conocimiento. La traslación de ese conocimiento al mercado es algo que hay que fomentar y mejorar en nuestra ciudad», apunta el científico. Para él es una de las fórmulas esenciales para poder atraer y retener el talento y generar empleo. «Tenemos las perlas, pero nos falta el hilo que haga que este ecosistema funcione».

El rejuvenecimiento demográfico es otro gran reto, atendiendo al paulatino pero continuo descenso de las tasas de natalidad en la ciudad. Joseba Zalakain, director del SIIS - Centro de Documentación y Estudios, tiene claro que si hay un ámbito de las políticas sociales que se debe mejorar es el de las ayudas a las familias con hijos pequeños, «dando facilidades en aspectos como guarderías y la atención infantil, promover más prestaciones económicas o programas de apoyo a padres y madres».

La inmigración también juega un papel fundamental porque «casi un tercio de los niños que nacen son de padres inmigrantes», señala Zalakain, quien sin embargo advierte que «la inmigración no hay que plantearla como una respuesta al problema demográfico». El futuro que él dibuja es el de una Donostia en la que cada vez habrá más inmigración para atender la demanda de mano de obra que va a haber, por lo que un reto clave será que la ciudad se adapte a esa realidad, «sin que se generen guetos».

En definitiva, una sociedad más igualitaria. Para ello ve necesario reforzar el estado de bienestar, «pero antes de las ayudas públicas se tiene apostar por un mercado de trabajo que dé oportunidades a todos». Los países nórdicos, con Helsinki a la cabeza, son el mejor ejemplo que se le viene a la cabeza en la aplicación de un estado de bienestar fuerte y buenos servicios públicos.

Para favorecer el mantenimiento de la juventud en la ciudad también urge solucionar el problema de acceso a la vivienda. Existen propuestas que se deberían poner sobre la mesa, empezando por el modelo de tenencia. «Aquí solo conocemos la vivienda en propiedad y el alquiler, pero no se ha explotado por ejemplo el de vivienda cooperativa en régimen de cesión de uso», explica Álex Mitxelena, profesor e investigador de la Escuela de Arquitectura de la UPV. Un modelo en el que los socios cooperativistas son los promotores de la vivienda y los que tienen el derecho a residir en ella, «una mezcla entre propietario e inquilino a la vez. En Zurich el 10% de las viviendas son de este tipo», comenta. En Suiza, apunta, hay también una mayor diversidad en modelos y tipologías de viviendas, no como en Donostia. «No están pensadas solo para la familia nuclear clásica, también para otros modelos de convivencia, como personas sin hijos, solas, o que quieren vivir juntas pero sin ninguna relación de familia».

Mitxelena también aboga por políticas efectivas que hagan que los alquileres estén mejor regulados y ofrezcan más garantías, así como por recuperar los espacios comunitarios en los vecindarios, «posibilitando que las personas en las comunidades se conozcan, se encuentren, se acompañen, colaboren, se ayuden...».

En la otra cara de la moneda está el envejecimiento de la población, el reto de lograr una ciudad amigable con las personas mayores. «¿Pero qué esperamos de nuestros mayores el día de mañana?», se pregunta Javier Yanguas, director de Proyectos de Aubixa Fundazioa y director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa. Él pone el foco en el trabajo que se tiene que desarrollar desde una perspectiva más amplia y transversal, que contemple la convivencia intergeneracional. «No podemos plantear una sociedad pensando solo en mayores o solo en jóvenes por separado, hay que buscar relaciones más igualitarias». Porque por ejemplo, señala, «ahora la riqueza entre los jóvenes ha caído mientras que entre las personas mayores ha aumentado». Según él habría que plantearse si los hijos podrán cuidar de sus padres dentro de unos años, tal y como se ha hecho durante generaciones. «Nunca hemos estado en esa situación».

La situación demográfica, con una natalidad a la baja también es un aspecto a tener en cuenta. «Se van a jubilar los niños del baby boom con muchos menos cuidadores potenciales que sus padres. ¿Quién les va a cuidar? ¿Cómo lo vamos a hacer? Hay que pensar en eso». También opina que se debe empezar a hablar de los cuidados como eje importante en términos de generación de empleo y riqueza, y señala Manchester como lugar donde se investiga y se aplican políticas para que las personas mayores participen en la vida de la ciudad y mejorar el entorno físico y social.

En el ámbito económico y empresarial el camino a seguir está muy claro para Javier Zubia, director de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa. «El reto es que San Sebastián siga siendo un polo de actividad económica potente. Lo que hemos sido capaces de hacer en el tiempo lo podemos impulsar, modernizar y hacer más grande», apunta. Y entre las puntas de la lanza, por una parte está el comercio local «que siempre ha sido un elemento diferencial, de calidad». Y por otra parte el turismo, enfocado al nicho de público de alta calidad y capacidad adquisitiva. «Para que siga viniendo le tenemos que ofrecer servicios, oportunidades, modernidad, elementos culturales diferenciales, comercio diferenciador…», asegura.

Todo ello, sin dejar de diversificar la economía, apostando por sectores de mayor crecimiento en otras áreas, como puedan ser la ciencia y la tecnología. «Y no me olvidaría de la multitud de empresas pequeñas y medianas que generan impuestos, actividad, empleo, y de los que tenemos que estar cerca y ser sensibles». En este sentido, destaca que la ciudad francesa de Burdeos está haciendo una evolución interesante. «Ha tomado una serie de decisiones y está consiguiendo ser más atractiva y amigable a nivel turístico y consiguiendo un alto dinamismo en su actividad económica».

Desde el ámbito de la gastronomía, Donostia seguirá siendo un actor fundamental en el mundo. Para Joxe Mari Aizega, director del Basque Culinary Center, lo tiene que hacer desde distintos ámbitos. «Por un lado, como parte de la cultura de la ciudad, de nuestra forma de vivir, de valorizar el entorno y el producto local. Por otro, como un atractivo turístico y de creación de riqueza. Y una tercera, con el BCC como centro tecnológico desarrollando investigación, innovación, promoviendo el emprendimiento y apoyando al talento joven innovador», señala. Ámbitos que hay que seguir trabajando «porque el mundo es muy cambiante y debemos estar preparados para el futuro».

Para Aizega, una ciudad a analizar y seguir sería Copenhague, en Dinamarca. «Hay una energía gastronómica muy interesante, con mucho talento, de la mano de jóvenes», dice.