«Miércoles ha llegado para quedarse pero en tu fondo de armario, ¡brujas!»

Ya están llegando. Ya llegan. De hecho algunas de esas criaturas ya han tomado posiciones. En la tienda de fantasía, disfraces, máscaras, globos de helio, maquillajes de muerte y para muertos, piñatas, monos para bebés terroríficos y armas de pega de la calle Urdaneta. Mejor se toman un trago en la vinatería- bodega-vinoteca de enfrente. Un amontillado en Eceiza. Les sentará bien. Porque dentro de 22 jornadas será la Noche Más Oscura. Más Larga. Gau Beltza. Halloween y entonces la Anarkia (mayúsculas y con K) será total. Y la Folie (en français), extrema. Especialmente en ¡Magic!, la pesadilla más dulce de una niña que siempre quiso ser... ¡vendedora!

– ¿De verdad que de niña querías ser eso, vendedora?

– Absolutamente. Cuando mis padres, Manolo y Lola, se iban de viaje al volver, a mi hermano Álex le traían las cosas normales que se traen a un crío cuando sus padres vuelven del extranjero. Lo mío, por el contrario, tenía que ser algo que se pudiera vender. Estudié estética. Estudié Turismo pero lo que yo quería era poner tienda. Para vender cosas. Aunque me lo pasé bomba la temporada que fui azafata en el programa de televisión de José Luis Moreno, ¡Rockefeller por siempre! Por cierto, lo único que no me trajeron nunca mis padres ni los Reyes ni Santa Claus fue una caja registradora. Y bien que la pedí.

– Lo siento. Aunque ahora, con datafono y Ticket Bai te has resarcido con creces.

– No creas. Porque además yo la quería de supermercado..

– ¿Con cinta deslizante y todo?

– Me interesaba más el pitido. El sonido que hace el código de barras al pasar por el sensor.

– Como una cabra; con perdón.

– Eso pensaría mi padre cuando, mientras trabajaba entre sus papeles, me veía entrar en el despacho con una bandeja llena de cosas para que me comprase unas cuantas. Y vaya si lo hacía.

– Tu padre se llamaba Manolo así que no era Antonio, el único cliente que tenías al principio.

– No, claro que no, Don Antonio era Don Antonio Gevindo. Mi cliente. Imaginario.

– ¿Cómo que imaginario?

– Como que sí. ¿No tiene la gente un amigo imaginario?

– Ese que en la cuadrilla te hace el regalo sin nombre y horrible. O el amigo imaginario de los niños de las pelis de espanto. O de los niños de verdad y solitarios.

– Pues yo tenía mi cliente imaginario. Mi hermano todavía se ríe de su apellido y me pregunta cómo se me pudo ocurrir. A mi madre no le hizo tanta gracia el día que me oyó hablar con alguien en mi cuarto, entró y vio que no había nadie. Me preguntó que con quién charlaba y le contesté que si no se daba cuenta de que le estaba haciendo el paquete y cobrándole a él, a Don Antonio Gevindo.

– Señor, no me extraña que seas capaz de hacer piñatas no solo de Barbie, Cars o la Patrulla Canina sino, bajo encargo, de The Cure o de ¡Tinder! Por cierto, ¿cómo se hace una piñata?

– Secreto, No te lo pienso revelar. Lo único que te diré es que cuando los padres se dan cuenta de que la piñata ha sido la reina de la fiesta de cumpleaños, repiten o se lo cuentan a sus amigos. Te diré también que es la gente venida de Latinoamérica la que mejor entiende todo el trabajo que conlleva hacer una buena piñata. Y lo entienden porque esa 'olla de barro, cartón o estructura de alambre cubierta de papel maché, adornada de papel de colores que en su interior contiene frutas, dulces u otros premios' ( según la definición de Wikipedia) está incrustada en sus rituales de fiesta y celebración.

– ¿Quién es Alessandro Panaté?

– Mi maestro en el Universo de la creación y embellecimiento de globos. Mi instructor en la preparación de globos-burbuja.

– ¿Imaginario también?

– ¿Cómo se te ocurre? Un caballero siciliano. La gran figura del mundo del globo. Viaja muchísimo impartiendo cursos por todos los países. Acabo de regresar de uno que ha dado en Madrid. Como la vendedora que soy desde que era cría sé que tienes que reinventarte continuamente. Los globos son el futuro de las fiestas de cumpleaños, de las quinceañeras latinas, de los babyshower, de todo,

– Por cierto, he visto una foto de tu hijo Álex vestido de ninja. Bonito atuendo y el chaval, majo.

– Ahora tiene ya 18 años pero es verdad, el disfraz de Ninja es uno de los más elegantes. Solo comparable con los de las brujas modernas (pura fantasía macabra). Por cierto, Mikel es el padre de Álex y Lolo nunca olvidará el susto que nos dio una noche.

– ¿Quién es Lolo?

– Mi gran amiga. Mi gran amiga de verdad para ver juntas en casa películas y series de terror. Gritamos, reímos, nos morimos de miedo. Somos muy miedosas. Un día Mikel volvió antes de lo previsto del trabajo, nos oyó gritar y como la casa tenía dos plantas, apagó desde la de abajo todas las luces... Fue terrible, morrocotudo e inconmensurable a la vez.

– Así que Miércoles Addams es la reina de Halloween 2023.

– Todas quieren vestirse de ella. Y de su madre. Pero no lo olvides, en un armario bien surtido de horrores siempre tiene que haber una capa de vampiro, un gorro de bruja y un esqueleto.