El miedo a los retrasos

Desde el Bule ·

Ana Vozmediano

San Sebastián

Jueves, 25 de febrero 2021, 08:28

Dicen que para abril esto estará acabado» Un hostelero de la calle Isabel II se encoge de hombros con aire de incredulidad. «Habrá que ser ... optimista», dice un parroquiano habitual de su bar a golpe de pintxo de tortilla y caña, mientras suena el estruendo de la maquinaria a pocos metros de la barra. Sus palabras suenan poco convincentes. La ciudadanía desconfía de la palabra de los que les fijan los plazos, de los calendarios de obra que se plantean en público cuando, además, obras anunciadas y adjudicadas, ni siquiera empiezan en la fecha prevista. La renovación de la plaza de los Estudios, también en la misma zona de Amara en un ejemplo.Un poco más lejos, los pivotes que deberían suspender el nuevo puente de Astiñene se yerguen abandonados y olvidados en pleno río Urumea. Sí, se trata del nuevo enlace viario llamado a sustituir al viejo puente que ha unido desde hace muchos años Egia y el acceso a Loiola. En estado precario siempre.No hace falta recurrir a las obras del metro, topo o como quiera llamarse a la pasante ferroviaria subterránea que unirá Lugaritz y Easo a través del centro de la ciudad. El miedo y la desconfianza ciudadana tienen que ver con la obra más minúscula, con las acciones de mantenimiento o hasta con la poda de árboles. Los responsables políticos deberían ser exigentes con las contratas y no resguardarse en que la ciudadanía ya sabe que habrá retrasos. E incluso los admite.

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