Marta Yanci Serrano, la donostiarra abogada, la cocinera estilosa, la monologuista.

Marta Yanci Serrano: «Soy vasca, mujer, madre. Me puedo reír de lo que me dé la gana»

'Idealmente irreverente', su serie online acumula 100.000 reproducciones

Begoña del Teso

San Sebastián

Sábado, 18 de noviembre 2023

Claro que les suena. Su cara y su nombre. Marta Yanci Serrano. Su empresa de catering en Dubai, requerida tanto por sus amigos, otros extranjeros expatriados y las embajadas europeas como por la alta clase emiratí, saltó a las portadas de la prensa económica y gastronómica. Tuvo programa en Canal Cocina. De cómo esta donostiarra licenciada en Leyes, master en Derecho de la Unión Europea, profesora de universidad, esposa, madre de dos hijos, gourmet absoluta, se ha convertido en una de las sensaciones de YouTube hablamos aquí, antes de que se traiga para Donostia un monólogo que estrena dentro de quince días en un local de Madrid

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– ¡Una Yanci! Seguro que con firmes raíces en Bera de Bidasoa

– Exacto Doce hijos tuvieron mis bisabuelos. Hicieron las Américas. Mi abuelo se vino a Gipuzkoa y enamorose de una Balzola. Nació mi padre que aunque a él no le guste que se lo recuerden, aparte de Juan Antonio se llama...

– No lo digas tú, así me puede echar a mí la culpa, Pío Rufino.

– Marchó a estudiar a Valladolid, conoció a Paloma, se casaron y se vinieron a Donostia. Nací yo. Ellos dos sabían comer, eran sibaritas y gourmets. Yo desde pequeña comía de todo. ¿Ostras? Pues ostras. A los 18 tuve que decidir qué estudiar. Yo te diría que es una pu... que debas decidirlo a esa edad porque en realidad ni siquiera sabes todavía quién eres. Aunque por otro lado, yo a los 18 bien que sabía que Jorge era el amor de mi vida. Lo sigue siendo. Y padre de mis hijos. Resumiendo, hice Derecho. Lo saqué fácil.

– El master en legislatura de la UE lo cursaste en Bruselas. Tras aprender francés en un año.

– Y nos instalamos. Se piensa que Bélgica es un país aburrido. Nunca me lo pareció. ¿Cómo puedes no divertirte en la tierra de Magritte, Tintin, ese cine tan surrealista que hacen, las cervezas de los frailes y los mejillones? Y luego, claro, está lo apasionante que resulta trabajar en el tejido de las instituciones europeas, con su red de regiones, con los lobbys en plena acción en las comisiones...

– En 2005 tu marido va a Dubai por motivos de trabajo. Le acompañas. Por aquel entonces los seis Emiratos Árabes Unidos no eran tan conocidos como hoy.

– Cierto y te recuerdo que se constituyeron como país en 1971 y que la antigüedad de Dubai como Estado no es ni de 70 años. Lo digo porque me parece que aunque tienen muchos asuntos sin resolver, mucho que mejorar, han avanzado tanto o más que otros. Verdad, a mí me rescindieron mi contrato en la Universidad cuando quedé embarazada de Lucas; verdad, trabajé en una empresa principesca y como era la única mujer, mis compañeros, llegados de Arabia Saudí, no me aceptaban. Pero todo eso está cambiando. Fijate, conozco mujeres emiratíes que no quieren casarse y viven solas, sin marido. Otro detalle, muchas llevan la túnica negra tradicional, la abaya, como afirmación nacional. Hay tanto extranjero y tan poco autóctono que vistiéndola (abierta, con ropa de París por debajo), reivindican que ellas son de allá.

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– De tu servició de catering. famoso en toda la Arabia, habló mucho la prensa. Fuiste una de las primeras extranjeras en crear una empresa en Dubai...

– Y todo empezó como empiezan siempre esas cosas, preparando pintxos para nuestras reuniones con amigos expatriados... Fue increíble. Salí hasta en las revistas de lujo emiratíes. ¡Y en el 'Hola'!

– Eso último sí que marca. Con el tiempo os volvistéis para aquí.

– Y con el tiempo estalló la pandemia. No quería yo estar lejos de mis padres, con todas las fronteras infranqueables. Tampoco queríamos una gran ciudad. Nos trasladamos de Madrid a Benissa, pueblo blanco de la Marina Alta de Alicante. Con tantas nuevas compañías de tren, en un salto vuelvo a Madrid y en otro, algo más largo, me planto en Donostia para tomarme la antxoa con erizo del Txepetxa.

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«Cuando hablamos de Dubai no tenemos en cuenta que es un país creado hace menos de 70 años. Pero yo ahora vivo entre Benissa, Madrid y la calle San Marcial»

– En el confinamiento y después, tú única dedicación fue mantener la familia a salvo y sana.

– Ajá pero como me gustan mucho aquellas series tipo 'Benny Hill', series por sketches, series de un humor ágil, me puse a crear escenas en Instagram (@martayanci.serrano). Comparaba costumbres y modos de vida desde los años 60 hasta ahora. Uno, sobre el embarazo se hizo viral.

– Viralísimo y con motivo. Aún lo tienes en el insta.

– A la gente le dio por pedir más. Seguí. De pronto me apeteció ser, si no actriz (las hay tan buenas y con tanto currículum...) sí monologuista (que también las hay grandes) Resultó que en un casting para TeleMadrid al jurado le pareció bien lo que hacía. El mismísmo Josema Yuste me dijo, pásmate, que mi humor era inteligente y le tenía cogido el ritmo a la comedia. Así que me lancé a crear 'Idealmente irreverente'.

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– Porque como eres vasca, mujer, madre, abogada...

–... Puedo reírme de nosotros y nosotras. Y como mujer de leyes controlo cuándo alguien podría demandarme. Y quiero hacerlo antes de que perdamos definitivamente el sentido del humor.

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