La charca se encontraba ayer prácticamente vacía. J. M. López

Investigan un sabotaje contra la «charca más importante» para la ranita de Igeldo

El desagüe del depósito artificial de Errotatxo, hábitat de este anfibio autóctono situado en Igara, fue manipulado y vaciado el lunes

Claudia Turiel

Martes, 1 de agosto 2023, 20:19

Con unos cinco centímetros de longitud, es uno de los anfibios más pequeños de Europa. A su vez, se ha convertido en un icono guipuzcoano, ... ya que distingue a la flota de Dbus y fue el logotipo del Gipuzkoa Basket, al igual que la mascota del equipo. Se trata de la ranita meridional o la conocida como la ranita de Igeldo, cuyo nombre científico es 'Hyla Meridionalis'. Sobre las 12.00 horas de este martes, la policía municipal recibió un aviso de que la charca artificial de Errotatxo, que se encuentra en la calle Iribar junto al polígono de Igara, estaba perdiendo agua. Esta es una de la veintena de charcas destinadas a proteger y favorecer la reproducción de esta especie protegida, que además se encuentra en peligro de extinción.

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«Este depósito de hormigón tiene como objetivo ser un lugar para la reproducción de anfibios», sobretodo de «la ranita meridional», explican fuentes de Diputación Foral a este periódico. Todavía es pronto para saber las consecuencias que este «delito ecológico que se ha producido en pleno periodo de reproducción» tendrá en la especie, pero este suceso ha supuesto «un golpe bastante fuerte y una cuestión grave que está bajo investigación policial», señalan desde Diputación.

Ion Garin, biólogo de Aranzadi, explica que el humedal de Errotatxo es «uno de los más importantes para la especie». Esta misma charca es, además, «la más relevante históricamente para la ranita meridional», destaca el biólogo.

  • Ejemplares 235 machos cantores fueron contabilizados en 2019, un 15% menos que en 2018.

  • Indicadores del entorno «Si ellos están bien, el planeta también, sin embargo, vemos que los anfibios en general están amenazados»

Esta variedad de anfibios, explica Garin, «se reproduce más tarde que el resto», así, estima que el periodo reproductor de las ranitas estaba finalizando. «No hace mucho había machos cantando», subraya. Por ende, intuye que parte de la población de ranitas en las aguas «no habrá podido escapar», incluyendo, los renacuajos que no «habrán tenido tiempo a finalizar la fase de metamorfosis».

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La policía municipal ha confirmado que el desagüe de esta charca «fue manipulado a lo largo de la jornada del lunes». Esto es, alguien ha tenido que entrar a la charca y abrir el drenaje del depósito. «No sé quién querría hacer algo así, ni por qué», lamentan desde la Diputación.

Hace poco más de un mes, Garin contaba a este periódico la gravedad de la posible desaparición de esta especie de anfibios vertebrados. En 2001, dada la precaria situación de la ranita meridional en Gipuzkoa, la Diputación comenzó a hacer un seguimiento de esta especie. El último censo de ranitas, en 2019, dejó datos «alarmantes». En aquel entonces, se contabilizaron un total de 235 machos cantores. Esta cifra supone un 15% menos que en 2018, y un 13% por debajo de la media, de 271 ejemplares, recogida entre 2001 y 2019.

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A parte de ser una figura representativa para la población y el territorio guipuzcoano, estos anfibios también actúan como «magníficos indicadores de nuestro entorno», apunta Garin. «Si ellos están bien, el planeta también. Sin embargo, vemos que la ranita meridional, en particular, y los anfibios, en general, están amenazados. No somos capaces de adivinar qué pasaría si desapareciesen, pero si una especie que ha vivido en el planeta desde hace 200 millones de años está desapareciendo, algo nos estará queriendo decir», desliza el biólogo.

En el territorio guipuzcoano existen alrededor de «una veintena» de humedales dirigidas a a la reproducción y protección de la ranita de Igueldo. Aún así, la charca afectada es «la más persistente en el tiempo», apunta Garin, «y donde gran parte de la población de ranas se asienta». Por ello, la Diputació foral se encuentra estudiando el siguiente paso tras esta tragedia. «Estamos barajando si conviene volver a llenar la charca o no», comentan.

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Este incidente no sólo ha afectado a los anfibios, «también viven en esta charca otras especies invasoras, como peces» que también se han visto afectadas por el suceso, señala Garin.

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