Los sanitarios se despiden del vacunódromo de Illunbe con «el deber cumplido»

«Illunbe es ya un símbolo, un ejemplo de lo que se puede llegar a conseguir trabajando en equipo». Así reza la carta abierta publicada en el boletín interno de la OSI Donostialdea y escrita en nombre de los propios profesionales que estuvieron trabajando en el vacunódromo hasta su desmantelamiento el pasado miércoles para ceder el testigo al Atano III. En sus siete meses de funcionamiento, más de 100 trabajadores contribuyeron a inocular cerca de 428.000 vacunas, un proceso que ha sido un «éxito».

Los sanitarios aseguran en la carta que vacunar a la pobalción guipuzcoana era uno de «los desafíos más relevantes» a los que han tenido que enfrentarse los profesionales de OSI Donostialdea. Relatan que al inicio de los preparativos para convertir la plaza de toros en un vacunódromo masivo «daba vértigo», puesto que «acondicionar y humanizar un recinto pensado para miles de personas era colosal».

A pesar de todo, los profesionales presumen de que «la organización fue ejemplar»: «Era emocionante observar como todas las personas de nuestra OSI ponían su experiencia y su saber hacer para conseguir que Illunbe fuera lo que ha sido estos últimos meses».

Tras la apertura del vacunódromo el 2 de marzo, el primero de esa envergadura en Euskadi, recuerdan que el impacto mediático fue «altísimo». «Éramos el centro del mundo. Quizás no nos dábamos cuenta, pero estábamos haciendo algo importante», apunta la carta.

Para destacar la «capacidad organizativa» de los profesionales de la OSI ponen de ejemplo las 16.000 vacunas inoculadas durante el fin de semana del 1 y 2 de mayo. «Cada persona de esta organización tiene una parte de responsabilidad en el éxito que ha supuesto Illunbe... Todos han tenido un comportamiento ejemplar, una profesionalidad indiscutible».

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