Eneko Goia: «Sin tren en Easo, barajamos ampliar el parque de Araba e integrar Morlans con el Centro»
Alcalde de San Sebastián ·
El regidor afirma que los cuarteles de Loiola y la reordenación de la playa de vías del paseo de Errondo serán claves en la revisión del PGOUque ahora se iniciaEneko Goia (San Sebastián, 1971) cree que la pandemia retrasará la ejecución de algunos proyectos, pero no distorsionará los ambiciosos objetivos de la legislatura municipal, ... que ahora atraviesa su ecuador. Explica que la reordenación de los cuarteles de Loiola y de la playa de vías de Easo serán claves en la revisión del PGOU.
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- ¿Qué nota le pondría al comportamiento de la ciudadanía donostiarra durante la pandemia?
-Muy alta. No sé si un 9 o más. Esto habría sido imposible gestionarlo sin una ciudadanía que estuviera comprometida. Ya sé que muchas veces nos hemos fijado en los puntos negros, que son los que adquieren protagonismo, pero me tengo que fijar en el conjunto y la inmensa mayoría ha actuado con conciencia. Si no lo hubiera hecho, ya puede una administración pensar lo que quiera que es muy difícil gestionar una situación como esta.
- ¿Y el Ayuntamiento ha estado a la altura del reto?
-Creo que sí. Y no lo digo como un mérito personal sino de equipo. Nunca habíamos puesto a prueba la organización para dar una respuesta a una situación como esta y las cosas han funcionado razonablemente bien. Hemos tenido capacidad de adaptación y hemos podido volcar la administración a gestionar una coyuntura complicada. Quiero mostrar mi agradecimiento al equipo humano que conforma el Ayuntamiento.
«La reordenación de los cuarteles es una oportunidad también para comunicar mejor Loiola con Intxaurrondo»
Revisión de PGOU
- ¿Se puede decir que la legislatura municipal empezó en marzo de 2020 por cómo se han podido distorsionar sus objetivos por el Covid?
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-Yo no diría eso. La legislatura empezó cuando empezó y después ha aparecido un contratiempo considerable que ha distorsionado bastante las cosas y nos ha hecho tener que poner mucho esfuerzo en algo que no teníamos previsto. Nos ha afectado a bastantes proyectos, más en el tiempo que en el fondo. Pero la legislatura empezó en 2019 y ahora continúa.
- ¿Qué proyectos se van a quedar en el tintero?
-No creo que haya ningún proyecto que no se pueda por lo menos empezar. Sí que en los plazos vamos a tener repercusiones por motivos diversos: la propia situación de confinamiento afectó a obras en curso, la situación económica que era incierta y por precaución retuvimos créditos y esperamos a hacer nuevas adjudicaciones hasta que se clarificara el panorama económico, y los presupuestos en vez de estar aprobados a 31 de diciembre lo estuvieron a 31 de marzo. Hay un ciertos retrasos sobre lo que se quería hacer, pero se va a hacer. Hemos intensificado el ritmo de contratación en los últimos meses. Seguimos con la planificación y con las intenciones de ejecutar los principales proyectos por todos conocidos.
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- ¿Los retrasos de las obras del Topo y del TAV pueden empañar la legislatura?
-Vivimos muy presos de los cuatro años que dura una legislatura, pero creo que este tipo de proyectos hay que mirarlos en perspectiva. Es verdad que el tren de alta velocidad acumula retrasos y que las incidencias en las obras del Topo han provocado demoras, pero son infraestructuras de larguísimo alcance. Un Topo no se construye para unos años, se hace para un siglo. Y, en ese sentido, obras que se hacen para 100 ó 150 años que lleguen dos años más tarde tienen una importancia relativa. Yo lo veo en esa perspectiva.
- Por el contrario, la pandemia ha contribuido a acelerar en materia de movilidad...
-Las circunstancias actuales nos animan a dar más velocidad a determinadas cuestiones ligadas a la sostenibilidad ambiental. La apuesta por la transformación de los modos de transporte, la limitación de las emisiones... eso ya venía, pero coge ahora nuevos bríos. Las propias ayudas europeas marcan ese camino, con lo que tenemos ahora la oportunidad de abordar cuestiones que ya teníamos previstas.
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«Podrán quedar algunas cosas en función de cómo vaya la obra del Topo, pero para 2023 el Buen Pastor estará peatonalizado»
Plan de Movilidad sostenible
- ¿Cuándo estará el Buen Pastor peatonalizado?
-Yo creo que para 2023 será una realidad. Siempre estará en función de las obras del Topo, pero es verdad que a pesar de las incidencias las obras en superficie han mantenido su programación y, aunque luego puedan quedar cosas, para 2023 puede tener un aspecto bastante aproximado de lo que vaya a ser el aspecto final.
- En el programa de gobierno se habla de cambios en la avenida de la Libertad y Garibay.
-Sí, lo que pasa es que no es el momento oportuno de acometerlos a la vista de que el Centro ya está afectado por varias intervenciones, pero a medio plazo son otras transformaciones que llegarán.
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-¿Peatonalizarán estas calles?
-No plenamente, siempre hay que dejar determinadas vías para el transporte público y para los residentes. Las cosas hay que hacerlas manteniendo equilibrios. Optimizaremos el ámbito peatonal y ciclista, pero sin perder de vista que también hay otros modos de movilidad que hay que mantener.
-Una de las sorpresas de la legislatura han sido los cuarteles de Loiola ¿cómo van las negociaciones con Defensa?
-Van bien. Estamos trabajando y creo que pronto tendremos un esquema de lo que puede ser aquello. Es una sorpresa relativa. En esta vida hay que ser 'insistencialista'. Hay cosas que no se consiguen de un día para otro. Este tema viene de antiguo, ha habido muchos alcaldes antes que yo que también lo han intentado conseguir. Mantener la cuestión y ser 'insistencialista' a veces genera la oportunidad de que el contexto sea propicio y lo puedas lograr. El mérito ha estado en saber insistir y aprovechar el momento adecuado.
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-¿Será esta operación una de las claves de la revisión del PGOU?
-Sin duda. Tenemos muy claro que sobre el PGOU de 2010 hay una serie de cambios a introducir y también las circunstancias obligan. Vamos a poner el foco más en los terrenos ya urbanizados, en utilizar el urbanismo como modo para regenerar espacios de la propia ciudad que ya están en uso. La transformación de los cuarteles entra de lleno en ese espíritu, en un eje que hemos marcado como prioritario, como es el Urumea. Será una de las piezas centrales, que puede transformar de forma notable la ciudad. Además de para construir viviendas, puede ser una oportunidad para buscar el nexo de unión entre ámbitos que hoy parecen muy distantes, como Intxaurrondo y Loiola.
-Otro asunto importante en esa ciudad del futuro que debe dibujar el nuevo PGOU es la actual playa de vías ferroviarias de Easo. ¿Qué se baraja en la reordenación de este ámbito?
-Hemos realizado ya una serie de dibujos, tenemos pendiente una comisión de seguimiento con el Gobierno Vasco para poner sobre la mesa estas propuestas. Debería ser una oportunidad para 'coser' ciudad. Es un punto muy importante para que la conexión del Centro con Amara se produzca de forma adecuada y para superar algunos fondos de saco y otras cuestiones que son mejorables. Hay que mirarlo desde una perspectiva amplia, no veo solo la playa de vías; hay que mirar también al paseo de Errondo y Morlans. Es una oportunidad para que algo que es un apéndice integrarlo más con la ciudad de una forma continua. Y es una oportunidad para que haya algún equipamiento y para que el parque de Araba igual crezca.
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-¿También con nuevas viviendas?
-Sí, por qué no. Una forma de coser los ámbitos es esa.
-¿Cómo va la recaudación municipal, uno de los indicadores de la marcha de la recuperación económica?
-No es el mejor indicador, es mejor el foral del IVA y no parece que va mal. A nivel municipal, las plusvalías y las licencias no me dicen que van mal, hay movimiento, y parece que estamos en una fase de recuperación aunque todavía nos quede trecho para llegar al escenario que abandonamos en marzo de 2020, que era muy bueno.
-¿Cuándo llegaremos a ese escenario?
-No soy economista ni adivino. La situación está muy ligada a la evolución de la propia crisis sanitaria. Parece que este verano puede ser clave. Si eso es así, en 2022 ó 2023 podemos estar en la situación que abandonamos.
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-Comercio y hostelería son los que más han pagado el pato, no?
-Sin duda, sobre todo la hostelería. El comercio se ha podido defender, a pesar de las dificultades y teniendo una situación de crisis previa a la pandemia por la transformación del modelo comercial a nivel global. Se ha podido defender algo mejor por el compromiso de los propios ciudadanos y de las iniciativas de apoyo al sector que se han desarrollado. Pero la hostelería en gran medida vive de la movilidad que hasta este momento ha sido imposible.
- Ante el avance de la vacunación, ¿ee puede pensar en la recuperación este verano de algo de actividad cultural, incluso festiva?
- Con la cultural tenemos una apuesta clara. Vamos a hacer lo máximo que podamos hacer. De hecho este año también mantenemos el Jazzaldia, la Quincena y otras actividades. Son las menos difíciles de poder hacer, hemos aprendido además a trabajar en estas condiciones. Las fiestas son mucho más complicadas, son espacios abiertos, muchas se basan en la aglomeración pura y dura y eso es más complicado. No descarto nada, pero no soy un inconsciente y no lo veo sencillo, Haremos los que podamos.
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«Aunque lleguemos al 70% de vacunados, veo difícil una Semana Grandetal y como la conocemos. Haremos lo que podamos»
Aste Nagusia 2021
-¿Quiere decir que aunque haya un 70% de vacunados en agosto será difícil que se celebre la Semana Grande?
-Sí, tal y como la conocemos, sí, muy complicado.
«Confío en que el edificio Bellas Artes tenga nuevos usos antes de dos años»
La entrevista sigue con aspectos como el Bellas Artes, Illunbe, 'Hondalea'...
-¿Tendremos en esta legislatura un proyecto de nuevos usos para el Bellas Artes?
-Sí, creo que sí. No lo podemos seguir manteniendo como está. Confío en que seamos capaces de buscarle una salida al edificio esta legislatura garantizando su conservación y con un uso acompasado a los tiempos y que pueda ser viable.
-Illunbe no termina de fraguar: ni el proyecto comercial en el exterior de la plaza, ni las obras de remodelación interiores...
-Tenemos una idea clara para el interior, pero las circunstancias actuales no nos ayudan. Trabajamos con promotores de conciertos y eventos para convertirlo en un espacio multiusos polivalente, modulable. El primer paso ya lo hemos hecho con el hormigonado del suelo. Y respecto al resto de parcelas es verdad que está costando. Hubo una intención comercial por parte de los potenciales compradores y todos somos conscientes de que el modelo comercial está en transformación. Buscan orientar el proyecto hacia otros usos posibles, dado el carácter terciario del suelo, ligados al parque de Miramón o a tipologías de alojamiento que fueran posibles.
-¿Dudó en algún momento cuando Cristina Iglesias les dijo que quería su obra en el faro?
-No. No le voy a negar que después, cuando empezamos el proceso, no pensé aquello de 'quién me ha mandado meterme en esto', pero no lo dudé cuando lo planteó y después de haberlo culminado no me arrepiento de ello. Son oportunidades que de vez en cuando aparecen y ha merecido la pena. Quedará ahí como otro hito significativo de la ciudad, no como un reclamo turístico.
-¿Vamos a tener Goia para rato?
-No me va a creer, pero no me estoy planteando eso ahora.
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